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Alchemic Dungeon

Desde hace tiempo tenemos por la eShop Alchemic Dungeon un roguelike basado en turnos, que ha llegado a Nintendo 3DS completamente en inglés. Quizás el nombre os suene y es debido a que antes de hacer su llegada a la portatil de Nintendo primero hizo su aparición en iOS y en Android.

Elige tu personaje sabiamente

Si estáis buscando jugar a un roguelike con una trama que os enganche, entonces estáis mirando el juego equivocado, ya que aquí no hay historia alguna. Se podría decir que nuestro objetivo en Alchemic Dungeon es superar las diferentes mazmorras, acompañados del personaje que elijamos, para ir en busca del  cristales que aguardan al final de cada mazmorra.

Vamos a tener cuatro personajes distintos, Fighter, Dwarf, Hunter y Witch, cada uno diferenciado no solo por su estética sino también por sus atributos de fuerza, resistencia, inteligencia y destreza. Es bastante recomendable que se prueben los personaje y se elija el que mejor se adapte a nuestra forma de juego. Por ejemplo, si miramos los atributos del Figher es el personaje más equilibrado y si miramos el del Dwarf se puede ver que tiene bastante resistencia.

Como ocurre en cualquier roguelike las mazmorras se generan de forma aleatoria, por lo que nunca vamos a poder aprendernos el camino hacia las escaleras, ni saber que enemigos vamos a encontrarnos. Además, conforme vamos superando las mazmorras, se va volviendo más complicado y es debido a que cada vez van siendo más largas y difíciles de superar. La dificultad también afecta a la durabilidad de las pociones por lo que tenemos que usar una buena estrategia para sobrevivir.

Luchando por turnos

Aunque la jugabilidad de Alchemic Dungeon es bastante sencilla, ya que solo tenemos que mover a nuestro personaje, recoger objetos y craftearlos, el principal problema que tiene el juego, a mi parecer, es que no han medido bien la dificultad del juego. Por ejemplo, la primera mazmorra después del tutorial, que tiene la dificultad más baja, es difícil de superar a no ser que la suerte o nuestra habilidad se pongan de nuestro lado. El hecho de que todo es aleatorio puede provocar situaciones bastante injustas como aparecer en una nueva planta y estar rodeado por más de 10 enemigos (por lo que puedes darte por muerto).

Se trata de un roguelike basado por turnos, por lo que cada vez que nuestro personaje realiza una acción (como atacar, movernos o usar un objeto) pasa un turno, para nosotros y posteriormente para el enemigo. Podemos cambiar la frecuencia en la que vuelve a ser nuestro turno con algunas pociones que nos suben nuestra velocidad o bajan la del enemigo.

Una vez derrotado el enemigo recibiremos experiencia para subir de nivel y en ocasiones también podemos recibir algún objeto. Si hemos recibido algún golpe, o nos ha dejado algún efecto como parálisis, podemos usar una poción siempre que sea nuestro turno. La salud también se puede recuperar andando (aunque solo sea de 1 en 1) o o encantando nuestras armas o armaduras. Por ejemplo, si encantamos la poción de salud a nuestra armadura cada vez que recibimos un golpe podemos curarnos 3 puntos de salud. Si nuestra salud llega a cero esto significará el fin de la partida y deberemos comenzar desde el principio. Nuestra barra de salud también puede bajar rápidamente si nuestro parámetro de “Hambre” llega a cero, por lo que también es otro factor al que tenemos que estar pendiente.

¿La alquimia es nuestra salvación?

La alquimia juega un papel importante en Alchemic Dungeon. Es la que nos hace sobrevivir a las trampas y enemigos que nos aguardan en las mazmorras. Podemos fabricar armas, armaduras, escudos, cascos y pociones. Se podría decir que las pociones son bastante importantes, ya que si nos la ingeniamos bien, podemos fabricar pociones para hacer que los enemigos se duerman o teletransportarnos hacia otro lugar de la mazmorra (para las emboscadas de enemigos es la mejor opción).

El tema de la alquimia es bastante fácil de entender, ya que el propio juego te va diciendo cuales son los materiales que necesitas para poder fabricar el objeto deseado. La dificultad de la creación reside en encontrar dichos objetos, ya que estos los podemos encontrar de forma aleatoria en las mazmorras (cofres, rocas, arbusto y arboles). Este factor aleatorio puede, o favorecernos mucho pudiendo fabricar pronto buenas armas y armaduras, o desfavorecernos sin que nos toquen los materiales que necesitamos.

Alchemic Dungeon y los gráficos en 8 bits

El apartado artístico de Alchemic Dungeon destaca por su estética pixel art en 8 bits, a la cual se le podría haber sacado más partido, añadiendo más elementos visuales. Quizás los escenarios puedan parecernos demasiado vacíos salvo cuando están plagados de enemigos. Aunque algo que tiene a su favor el juego es su interfaz. Tiene una interfaz bastante entendible por lo que el podemos guiarnos de forma intuitiva aunque no sepamos algunas palabras en inglés.

La banda sonora no desentona con la apariencia del juego pero tampoco hace que el juego reluzca mucho más. No hay una pista mejor o peor que la anterior y, como vamos a pasar bastante tiempo rejugando los niveles, al final cansa un poco el escucharla.

La idea de juntar la alquimia y la mazmorras es buena pero creo que en Alchemic Dungeon no se ha terminado de llevar por el buen camino. Como puede ocurrir con los juegos de este género se va acabar volviendo repetitivos. Además de ocasionarnos frustraciones cuando llevas bastantes pisos recorridos y te matan, por lo que te deja esa sensación de haber hecho todo eso para nada.

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