Momodora: Reverie Under the Moonlight (de aquí en adelante Momodora IV) es el último título de la saga de Bombservice que lleva puliendo una fórmula estilo metroid desde hace años, siendo este juego el culmen de todo el trabajo y mecánicas que se han trabajado durante todo este tiempo. Con un mundo interesante con más detalles de los que podemos apreciar a simple vista, estamos ante una precuela del primer juego de la franquicia, que además es un título que puede disfrutarse sin haber tocado los demás.
Momodora y una tierra en decadencia
En la piel de Kaho, una sacerdotisa, recorreremos el mundo en busca de una audiencia con la reina para poder salvar a la aldea de Lun de una tragedia inminente. Para ello contaremos con la ayuda inicial de un arco de flechas ilimitadas y de una hoja de arce que reparte leñas casi mejor que una espada.
En nuestro camino a lo largo de Momodora IV encontraremos plataformas, enemigos variados y muchos personajes con los que mantener extrañas conversaciones (con textos en castellano). Las partes en las que los saltos son los protagonistas no suelen ser muy complicadas y cuentan con algún que otro mecanismo o puzle sencillo, aunque la exploración por su parte sí que puede ser recompensada con dinero o algún coleccionable.
Sin embargo, los combates son otra historia, y el juego nos obliga a dominarlos muy bien para poder completarlos. De las tres dificultades que podemos elegir, encontramos que en dos de ellas hay momentos que nos ponen bastante contra las cuerdas, obligándonos a hacer uso de artimañas como golpear un proyectil para repelerlo, rodar a través de un enemigo o disparar desde la lejanía para evitar un combo de golpes que acabaría en muerte segura.
Jefas con un poder demencial
De primeras tendremos una secuencia más o menos lineal de desarrollo, pero como suele pasar en este tipo de juegos, habrá que revisitar zonas para llegar a lugares inaccesibles en un principio pero a las que podremos entrar una vez que hayamos conseguido una habilidad nueva. Por suerte el juego utiliza en sus puntos de guardado también un sistema de teletransporte para movernos mucho más rápido, además de ser un momento en el que la cantidad de objetos curativos que tenemos se rellena (algo cuyo control es fundamental).
Con una duración superior a cinco horas, y mayor para los coleccionistas, el juego nos plantea escenarios diversos, y batallas especiales contra diferentes jefes que nos harán usar toda nuestra pericia para poder salir airosos de ellas mientras atacamos al punto débil del enemigo. Estas luchas son variadas y unos de los momentos más memorables del juego, pero también son de los más complejos.
En lo técnico estamos ante un homenaje a los juegos de la época de Super Nintendo en toda regla. Desde el estilo de formato (4:3), hasta el diseño de escenarios y de personajes, todo nos traslada a una época que para muchos fue maravillosa. Además, el juego utiliza sus diseños para jugar con nuestra concepción de la historia, creando un universo que tiene unos diseños alegres para una historia algo sombría. Los efectos de sonido y la banda sonora orquestada funcionan muy bien y hacen que el conjunto artístico funcione bien en su conjunto.
Momodora IV es un juego con encanto, jefes interesantes y unas animaciones muy bien trabajadas. Sus combates nos obligan a actuar con cabeza, y su desarrollo es perfecto para los speedrunners, pero también para aquellos que quieren explorar con calma. Aunque al final puede hacerse un poco repetitivo, tiene un control muy preciso.
