La serie Castlevania sigue invadiendo nuestras New 3DS con una nueva entrega de la época de Super Nintendo. En esta ocasión estamos ante el juego que conocimos en Europa en su momento como Castlevania: Vampire’s Kiss, que es a su vez una versión del Castlevania: Rondo of Blood aparecido en la PC Engine. Este Castlevania: Dracula X tuvo la difícil misión de ver si daba la talla tras el portentoso Super Castlevania IV y aquí nos corresponde ver si mantiene el tipo pasados los años.
Dracula nunca muere
Todas las señas de identidad de un buen Castlevania las tenemos presentes en este juego. Nuestra misión es ir avanzando por niveles de plataformas con nuestro látigo en mano para poder acabar con el Conde Dracula, que ha secuestrado a la novia de nuestro protagonista, Richert Belmont. En el camino tenemos unas cuantas fases con montones de enemigos que se coronan con un enemigo final que suele ser mastodóntico.
Esta descripción nos vale para casi cualquier juego de la serie, por lo que no nos dice nada nuevo que nos permita juzgar esta entrega. Es por esto que debemos entrar a valorar, principalmente, las diferencias de este Castlevania: Dracula X con el resto de Castlevanias.
Nuestro personaje está igual de limitado que en la mayoría de juegos de la serie, ya que disponemos de nuestro látigo con el que podemos golpear sólo de frente a los lados o saltando. Los saltos, son igual de ortopédicos e imprecisos como suelen ser en Castlevania, ya que nuestro personaje salta como si fuera una roca, con su misma agilidad, con lo que caerás al vacío en muchos de los numerosos agujeros que hay en las pantallas.
Contamos con nuestro látigo que, a diferencia de otras entregas, ya lo tenemos en el máximo posible sin posibilidad de mejorarlo y también tenemos la posibilidad de utilizar un arma secundaria, como el agua bendita, un cuchillo o el hacha. Para poder utilizarlas debemos ir recogiendo corazones por los escenarios e incluso podemos hacer una magia especial si conseguimos un buen número de corazones.
Los escenarios y detalles gráficos de Castlevania: Dracula X están a la altura, con escenarios variados y plagados de detalles y donde destacan los jefes finales, que son grandes y cada uno con una mecánica bien diferenciada para poder acabar con ellos. La música también da la talla con las típicas melodías tétricas de la serie que acompañan a la perfección.
Castlevania: Dracula X: Correcto sin deslumbrar
Todo hasta aquí parece correcto y efectivamente lo es, pero se hecha en falta un “algo más” que encumbre a este juego como uno de los mejores de la serie Castlevania. Por ejemplo, el desarrollo de las fases es bastante sencillo en comparación a otros juegos de la saga, sí que nos encontramos con algún enemigo o salto más difícil de lo normal, pero en general sólo el último nivel se encuentra a la altura del reto que suelen suponer los niveles clásicos de otras entregas.
Además, el juego se hace especialmente corto. Son 7 niveles que en la época de Super Nintendo serían más que suficientes pero es que a poco habilidoso que seas en poco más de 2 horas estarás enfrentándote a Dracula. Bastante más corto comparado con el Super Castlevania IV aunque, por suerte, en este caso tenemos un final alternativo que descubrir lo que puede hacer duplicar esa duración.
Y, como todos los juegos de la Consola Virtual, podemos guardar el avance en cualquier momento a través de la pantalla táctil, lo que te puede ayudar en los pocos momentos realmente duros del juego.
Y el hecho de que sea una conversión de un juego de PC Engine hace que no utilice ninguna característica de la Super Nintendo como sí hace el Super Castlevania IV, a pesar de que este Castlevania: Dracula X salió 3 años más tarde.
En definitiva, todo ello en conjunto hace nos encontremos con un juego que coge una buena base pero que le faltan todos esos detalles que hacen deslumbrar una nueva entrega de una serie tan prestigiosa como esta de Konami. Desde luego si no lo jugaste en su día, Castlevania: Dracula X no es mal juego para pasar un rato entretenido pero no es el mejor Castlevania.