Hyper Ligh Drifter marcó tendencia el día de su salida, sentando las bases de lo que hoy en día conocemos como Neon Slasher, que no es otra cosa que un Hack and Slash repleto de luces de neón y acción frenética donde repartimos golpes al ritmo de la música electrónica con nuestro arsenal de armas láser. Phantom Trigger se inspira fuertemente en el título que da nombre al género, algo más que evidente tras echar un simple vistazo a su apartado gráfico. Pero más allá de las apariencias, es un juego que aporta sus propias ideas dando como resultado un título con una jugabilidad completamente diferente.
Hoy es el primer día del resto de tu vida
Esta es la historia de Stan, un hombre corriente de clase media casado y sin hijos, que una mañana cualquiera se levanta para ir a trabajar. Su mujer, Pam, bióloga de profesión, le espera en la cocina preparando un desayuno sorpresa. Pero la sorpresa se la lleva ella cuando Stan cae inerte al suelo. Los médicos se muestran cautelosos, pero una cosa está clara, te mueres y tienes tres opciones: un económico tratamiento experimental sin garantías, una costosa operación a vida o muerte o dejar que la naturaleza siga su curso y no hacer nada. ¿Que hará Stan? ¿Que harías tú?
Paralelamente un Extranjero llega a un misterioso campamento. No sabemos quien es, ni porque está allí y sus moradores lo reciben con cautela y una advertencia: “No eres el primero ni serás el último, todos los que se adentran mueren”. Pero esto no lo detiene y continua adelante con la bendición de Árbol, corazón del campamento, y la ayuda de la risueña Hormiga en busca de aventurrias.
Este es el planteamiento de Phantom Trigger, la historia de un hombre que se enfrenta a la decisión más difícil de su vida y como lidia con ello refugiándose en un mundo surrealista de fantasía electrónica. Ambos mundos están relacionados y de algún modo lo que vemos en la realidad se refleja en el otro lado. Criaturas, escenarios, enemigos, … en mayor o menor medida podemos ver un atisbo de lo que ronda la mente de Stan y esto hace que la historia sea realmente interesante.
Pero claro, todo se va al traste por la terrible traducción al español que denota un desconocimiento profundo del idioma, con errores a la hora de tratar el género e incluso frases mal formadas o diálogos que parecen no tener sentido. Amén de la esporádica frase en otro idioma. Para la segunda vuelta, como no sabemos ruso (la versión original) optamos por el inglés, que resulta ser adecuada. Ahora sí, podemos disfrutar de la historia, entender que se quiere transmitir con esos peculiares diálogos e intentar perseguir los finales alternativos.
¿Que habría pasado si…?
Una forma de extender la duración de un juego no demasiado largo, es incluir finales alternativos. En una novela visual por ejemplo, estos finales cambiarían en base a nuestras elecciones en los diálogos. Para Phantom Trigger, este punto no acaba de estar claro y es difícil saber en que momento o como se decanta la balanza por un final u otro. Es decir, hay diálogos con múltiples elecciones que reciben la misma respuesta,por lo que no parece haber ramificaciones en estos casos.
Por otro lado, durante nuestras aventurrias encontramos objetos que los moradores desean. Podemos dárselos o no, parece que da igual. Si me cargo a cierto personaje … ¿cambia el final? Es genial que se le deje al jugador experimentar, pero cuando hacemos algo y no vemos un efecto evidente el conjunto se vuelve menos satisfactorio. Algo que se echa en falta, es la gestión de estos finales alternativos. En Steam existen los logros como prueba virtual de nuestra hazaña, no es así en la plataforma de Nintendo. Por lo que un sistema adicional como un registro y poder continuar la partida en un new game +, se antoja esencial.
Three-punches outsider
El combate y resolución de rompecabezas en Phantom Trigger gira entorno al mismo concepto que el popular juego Simon puso de moda en los 80. Contamos con tres armas diferentes, una espada azul rápida pero con poco impacto, un látigo verde para atraer enemigos y lanzar objetos y un potente puño rojo capaz de derribar al enemigo. Además, podemos saltar de un lado a otro de la pantalla para evadir a los enemigos o desplazarnos rápidamente por los escenarios.
Durante los enfrentamientos podemos combinar como queramos estas cuatro acciones en combinaciones de tres golpes. Con la secuencia adecuada, se ejecutan habilidades especiales como un circulo de fuego o una ola de frió que congela al enemigo, entre otras cosas. Estas combinaciones las vamos descubriendo conforme suben de nivel nuestras armas por el uso. Además, podemos utilizar el escenario a nuestro favor, haciendo uso de trampas, atrayendo enemigos hacia zonas en llamas, lanzándoles objetos del escenario e incluso los propios restos de un enemigo abatido.
Es un sistema de combate genial, variado, original, pulido y por encima de todo divertido, que sin embargo puede hacerse algo repetitivo por la poca variedad de enemigos y sus tácticas. Cada nueva zona de las cuatro que podemos visitar, introduce alguno nuevo, pero la mayoría son como una amalgama de los anteriores en cuanto a su repertorio de ataques o una variación de color que ataca de la misma forma, cambiando sólo el elemento. Los jefes por su parte son completamente originales y el primer paso para derrotarlos es averiguar como hacerles daño. Aquí no se han complicado demasiado y la mecánica de tirarles un artefacto a la cara con el látigo se repite más de lo que nos gustaría.
¿Supone un reto? Por un lado los combates con enemigos normales pueden llegar a complicarse, especialmente si no tenemos paciencia y nos lanzamos a lo loco agarrando enemigos cuando se disponen a golpear. En el lado opuesto están los jefes, que aún en difícil no plantean mayor desafío.
Simon dice … ¡lucha!
Hastiados de combates contra enemigos escurridizos, empezamos a saltar rápidamente para avanzar en la historia. Aquí entran en juego las zonas cerradas. De forma aleatoria, los enemigos pueden tendernos una emboscada que cierra una zona hasta que quede completamente limpia. A las olas continuas de enemigos se añade un semáforo que va cambiando su vulnerabilidad: azul hielo, rojo fuego y blanco inmortal. Es una forma inteligente de obligar al jugador a subir las armas de nivel y a la vez no usar siempre la misma. Aquí hay una omisión importante que no debería ser así, el látigo verde, dejado fuera porque por sí sólo no hace daño.
No sólo de combate se nutre la jugabilidad, también tienen relevancia la exploración y los puzles. Los puntos de guardado (repartidos generosamente) indican al ser activados en que dirección se encuentra nuestro objetivo, pero si queremos recoger ciertos objetos secundarios nos tocará ser concienzudos y alejarnos un poco del camino. Los puzles, por otro lado, además del clásico botón a pulsar, nos proponen memorizar secuencias de colores que debemos reproducir a base de golpes.
De tu arte nace mi obra
Como un caramelo en la puerta de un colegio, o así dice el dicho, Phantom Trigger es visualmente irresistible para todo amante del buen pixel art. La fuente de inspiración de la que mama resulta más que evidente, y no es otra que Hyper Light Drifter. En esta ocasión, el discípulo supera al maestro en cuanto a impacto visual se refiere. El arte del que hace gala, ha ganado en detalle y vida, con unos escenarios animados cargados de efectos de partículas de calidad. No obstante, algo que Hyper Light Drifter hacía de forma soberbia, como era el hecho de contar una historia a través de imágenes, con escenarios, ruinas, paisajes, … en Phantom Trigger se hace más tímidamente y queda demasiado sujeto a interpretación.
Hablemos ahora de la música. Es adecuada, pero pasa bastante inadvertida hasta el punto de que tenemos la sensación de estar escuchando siempre lo mismo. Los efectos de sonido, en cambio, nos acompañan en cada paso, cada golpe. Espada, látigo y puño, producen diferentes tonos en cada etapa del combo, finalizando con fuerza. Una puerta que se abre, las explosiones, los ataques enemigos, gemidos de dolor, sonido ambiental, … está bien surtido y escucharlo con unos buenos auriculares lo hace aún mejor.
Efectos secundarios de un tratamiento interrumpido
Phantom Trigger es un pequeño desastre a nivel técnico. Seamos francos, nunca había jugado a un título para una plataforma de Nintendo con tantos errores, muchos de los cuales se deberían haber detectado en un fase de beta testing, y es difícil imaginar cómo algo así podría pasar por un control de calidad. Sin embargo, no dudo de que el estudio responsable tomará cartas en el asunto para resolver estos problemas con la mayor brevedad posible. De hecho a la hora de escribir estas líneas la versión para Steam ya ha recibido el infame parche día uno, como es costumbre en esta época de juegos que salen a la venta sin terminar.
No obstante, debe tener peso y quedar constancia, que un juego no puede salir en estas condiciones a la venta. Sobre todo si presenta bugs que literalmente rompen el juego impidiendo al usuario progresar. Podríamos clasificar los bugs que hemos encontrado en varias categorías: desde lo puramente estético, pasando por aquellos que se solucionan reiniciando dese el último punto de guardado, para llegar a los que te obligan a empezar una partida nueva.
Los síntomas de una enfermedad curable
Dentro del primer saco nos encontramos con un error en el ordenado de los sprites, que provoca que nuestro personaje se superponga a las farolas que encontramos en el campamento. El siguiente consiste en una vagoneta que se desliza fantasmagóricamente hasta los confines de la pantalla y otro más del mismo estilo hace que un enemigo quede atascado en una animación en bucle. Dentro de lo que cabe, estos errores se pueden perdonar aún a riesgo de destruir nuestra inmersión con el juego.
Más molesto resulta que utilizar el salto sobre un punto de guardado no lo active. No es el único problema que presenta esta mecánica, ya que si se dan las circunstancias adecuadas, nos permite salir del mapeado sin posibilidad de volver dentro, lo que nos obliga a reiniciar. Del mismo modo se soluciona otro que nos dejó enclaustrados en una zona cerrada con enemigos inmortales.
Pero la joya de la corona se la llevan un par de bugs que nos obligan a empezar una nueva partida, afectando a sendos modos de historia y arena. El desencadentante del primero de ellos es algo tan inocente y predecible como matar a cierto personaje del campamento. Una acción que está dentro de lo posible, pero cuyo efecto no es precisamente lo que los desarrolladores tendrían planeado y, más adelante, en cierta secuencia de historia (dependiendo de cuándo lo matemos), el juego se cierra de forma inesperada y la única forma de pasar ese punto es empezar de nuevo sin matar a tan nefasta criatura. El segundo tiene que ver con uno de los jefes en el modo arena que, por algún motivo, permanece inmovil durante una de sus fases y, al derrotarlo, no desbloquea las barreras que dan acceso a la siguiente zona, quedando atrapados. Cabe mencionar que esta ristra de errores la hemos encontrado sin hacer nada especial.
Diagnóstico de Phantom Trigger
Phantom Trigger es un juego que he disfrutado mucho más que Kamiko, pero menos que Hyper Light Drifter. Viene a situarse en un punto intermedio, pero lastrado por sus defectos. Tiene complementos interesantes, como la opción de jugar en cooperativo con un segundo jugador que comparte la misma barra de vida o los finales alternativos. No es un mal juego, de hecho es divertido, genial visualmente y con un gameplay original y cuidado. El problema es que está mal ejecutado y sus errores pesan, nada que no tenga solución con algún que otro parche. En resumen, mejor esperar a que lo arreglen y ya de paso, a una rebaja.
