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Análisis de Joggernauts

Que Nintendo Switch tenga de serie dos mandos para muchos juegos es una ventaja, aunque obviamente los títulos más complejos requieran más botones. Esto es algo que aquellos trabajos que son sencillos en control aprovechan claramente, por lo que es normal que haya varios nindies que vean una oportunidad fantástica para ofrecer una experiencia cooperativa o competitiva fuera de lo normal, sabiendo que no hay que hacer la compra de ningún mando adicional. Ejemplo claro de ello es Joggernauts, juego que nos ocupa.

Estando solo entretiene, en compañía divierte

Con una pequeña historia (en perfecto castellano) el juego nos plantea una situación de excusa para la trama: se han perdido varios trofeos de la sala de vitrinas y, de paso (pero menos importante), piezas para que nuestra nave pueda volver a despegar tras estrellarnos. Por ello tendremos que visitar las lunas del planeta en el que nos encontramos para arreglar lo que ha sucedido. El juego lo hace todo en tono de humor, justificando su propio recorrido de niveles como algo hecho por el bien del planteamiento de la aventura.

En cada nivel tendremos que llegar a una zona final llevando a dos o más héroes que se mueven solos, con los que podremos saltar. Hasta ahí es un runner del montón, pero lo que lo hace especial es que podemos alternar qué personaje de la dupla o grupo que llevamos es el que está en cabeza, ya que los objetos de un color solo pueden ser obtenidos por dicho personaje, y lo mismo ocurre para derrotar enemigos. De hecho a veces la cosa se complica a nivel plataformero y tendremos que llevar a cada personaje por un camino distinto.

En cada nivel hay varios objetos coleccionables, pero los más destacados son los trofeos (que son parte de nuestra misión). Una vez que llegamos al final, se nos presenta una secuencia de enemigos seguida para que los atravesemos sin fallar para obtener un bonus en caso de hacerlo bien. Al principio todo será muy sencillo, pero luego los cambios nos obligarán a ser rápidos y a tener nuestra atención en varios lugares al mismo tiempo.

Runner, colores y gritos; eso es Joggernauts

Por lo tanto, jugar solo es algo que entretiene y nos hace estar pendientes, pero el juego gana puntos gracias a su multijugador local para hasta cuatro jugadores. De esta manera el juego se complica un poco, pero cada uno de los jugadores puede saltar con su propio personaje, además de ser él el encargado de poner a su muñeco en posición de líder (algo que requerirá que hablemos entre todos para ver la mejor estrategia). Es un multijugador a la vieja usanza que nos obliga a cooperar y pasarlo bien tanto dentro como fuera de la pantalla, aunque también nos tiremos de los pelos.

El problema es que la vida es compartida entre todos los personajes, por lo que si empiezan a dar a todo el equipo, caeremos en cuestión de segundos. Cada vez la situación se vuelve más loca y de hecho, si tenemos compañía, querríamos que el juego fuese un pelín más largo que los poco más de veinte niveles que ofrece. A pesar de ello es rejugable, entretenido y un una duración adecuada. Eso sí, pese a que todo está muy orientado al cooperativo, se necesita que haya un nivel parejo de habilidad para que se disfrute del mismo, ya que si no pueden llegar los problemas…

Joggernauts resulta bastante simple en diseño técnico, pero es muy eficaz en lo que ofrece. Cada uno de los aliens controlables tiene una apariencia bastante amigable, además de que tenemos la posibilidad de escoger nosotros los colores que se van a utilizar, para que así cada jugador escoja su favorito – o si alguno tiene algún tipo de problema visual, que pueda tener a mano alguno que no le suponga molestia. La música es agradable, pero el aspecto sonoro destaca más por sus efectos de sonido, que encajan muy bien con la estética ofrecida (aunque no con nuestra frustración entera ante su dificultad).

Joggernauts es un juego bonito, difícil y que resulta bastante interesante para jugar con los amigos. Puede que acabéis todos estrellándoos los mandos, pero será una experiencia maravillosa. No es muy largo y si se juega solo pierde gran parte de su encanto, pero es uno de esos títulos que te hacen ver que la creatividad todavia no ha tocado techo.

Escrito por
Pikmin de nacimiento y strawhard de corazón, colecciono monedas DK por diversión.

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