Somos muchos los acostumbrados a la temática zombi y a enfrentarnos con un devastador arsenal a grandes hordas. Es por ello que The Walking Vegetables: Radical Edition, conocedor de ello, ofrece un nuevo enemigo, las verduras. Puede que no sean tan aterradoras, para la mayoría, pero sí que son algo diferente y, por supuesto, peligroso. Sobre todo tras una malvada transformación a raíz de una invasión alienígena, que nos lleva como agente policial a saltar a las calles y plantarles cara.
Poco pretexto más requiere este título indie, que sin mayor dilación te lanza a la acción. Una acción que te hace visitar unos escenarios procedimentales, con una perspectiva top-down, donde tienes que disparar y golpear a todos estos seres ahora tan poco saludables que te atacan por todas las direcciones. Además, a diferencia de la versión original de PC, todo ello en perfecto español.
Apocalipsis vegetal
Como ya hemos indicado, no hay mayor historia, salvo una pequeña introducción que nos pone en situación. Una vez hechas las presentaciones toca ponerse manos a la obra, requiriendo su intuitivo control poca explicación también. Con el joystick izquierdo te desplazas y con el derecho mueves el puntero a tu alrededor marcando la dirección.
El juego consta de hasta tres mapas diferentes, divididos en distintas áreas, empezando de cero al perder las vidas. Al limpiar las suficientes podrás enfrentarte al jefe final, saltando tras ello al siguiente mapa. Entre medias encuentras edificios con enemigos, una tienda donde comprar armas y munición y fases de bonificación con hordas. En función de lo que te detengas durante la partida, completar la campaña puede abarcar entre media y una hora. Esta no es la duración total de The Walking Vegetables: Radical Edition pues, además de requerir de varios intentos, cada partida ofrece elementos diferentes para que la juegues varias veces, más habilidades desbloqueables.
Pasando a la acción, para defenderte dispones de varias armas de fuego – puedes almacenar un número limitado -, una de cuerpo a cuerpo y otra arrojadiza. En líneas generales, cuentas con un arsenal muy completo, que va desde pistolas y lanzacohetes a espadas láser. No obstante, una vez termines la partida o mueras estas desaparecen, empezando siempre con una pistola básica de munición ilimitada, una porra y un café arrojadizo.
Sin embargo, es algo que no ocurre con las habilidades. Estas se van desbloqueando al superar diferentes retos, como terminar la campaña en tiempo récord, y permiten por ejemplo aumentar la vida u ofrecer inmunidad a algunos elementos, aunque solo se pueden llevar hasta cuatro.
El acceso a las armas es también aleatorio, tanto cuando los enemigos las sueltan mediante baúles como al comprarlas, pues no siempre figuran las mismas. Para adquirirlas dispones del dinero que consigues derrotando enemigos y rompiendo objetos del escenario. No obstante, además de las monedas existen unos minerales, más limitados y difíciles de conseguir, que no solo se conservan cuando mueres sino que dan acceso a armas especiales y mejoras como el transporte rápido.
Dos personas, por favor
Cambiando de tercio, junto a sus peculiares enemigos tenemos otro elemento distintivo, su estética ochentera. Por ello, podría verse The Walking Vegetables: Radical Edition como una mezcla de Hotline Miami y The Binding of Isaac. Sin embargo, si los diseños son bastante divertidos y recuerdan al primero, la experiencia se queda a medias de ambos.
La mecánica que ofrece para desplazarse y apuntar funciona bastante bien, pero en portátil puede llegar a ser un poco molesta por la propia ergonomía de la consola. En esta línea, es muy recomendable también reducir la vibración. A pesar de esto, su manejo a grandes rasgos es más que correcto, residiendo los principales problemas en la estructura.
Una vez comienzas The Walking Vegetables: Radical Edition no tardas mucho en conocer el alcance de esta propuesta y lo que te puede dar de sí. Su duración es un aspecto ambiguo, garantizando partidas con una duración reducida, mayor o menor en función de tu habilidad y lo que te pares a buscar. Lo que le hace decantarse como punto negativo es el poco calado de la variabilidad de sus contenidos.
Una vez superada esas primeras tomas de contacto, la variación de escenarios, enemigos y armas, así como la consecución de habilidades, pueden antojarse para muchos jugadores poca recompensa para lanzarse una vez más.
Es precisamente aquí donde aparece el elemento que repunta bastante la experiencia, su modo cooperativo. Al igual que con tantos otros, contar con persona al lado no solo lo hace más ameno, sino gratificante. Solo necesitas compartir un segundo par de Joy-Con para que otro jugador se incorpore e intercambie golpes con las verduras. Como valor añadido, en caso de morir uno de los dos este puede regresar en el siguiente mapa. De misma manera, la dificultad también se ve incrementada.
No siento los tallos
Si algo puede decirse de The Walking Vegetables: Radical Edition es que no engaña a nadie. Solo tienes que contemplar un poco lo que ofrece para saber si es un título en el que puedes llegar a pasar horas.
Es por todo ello que pese a sus bondades se queda muy cerca de ser algo más. La temática, las armas y los enemigos los tiene, pero le falta ese ingrediente que te consiga retar y mantenerte horas enganchado como otras propuestas similares. Si hay que destacar algo es la opción de jugar en cooperativo, un elemento que mejora el resultado final y bajo el cual más disfrutable se hace.
