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Análisis de Xenon Racer

En el año 2030 la gran mayoría de vehículos son voladores, sin embargo, aún hay esperanza para los amantes del asfalto y el olor a goma quemada. El campeonato de coches impulsados por electricidad y gas xenón está a punto de celebrarse y las ciudades más vanguardistas serán las que lo cobijen. Lástima que tan buena idea, nada mal ambientada y con aspectos bastante bien cuidados, haya descuidado otros fundamentales. Además, en Nintendo Switch tenemos una versión de Xenon Racer que no merecemos.

Una fórmula que funciona casi del todo bien

Xenon Racer es un juego que quiere recordar a otros pero siempre sin perder su esencia, y por momentos lo consigue. Tiene elementos de Wipeout o POD Speedzone tales como su ambientación o los turbos, pero sobre todo otros de los All-Star Racing de SEGA (ahora Team Sonic Racing) y de Ridge Racer, como la manera de entender una jugabilidad basada en superar las curvas haciendo uso del derrape sin soltar el pie del acelerador.

Ambientado en ciudades bañadas por el lujo y la tecnología (al menos en el futuro) como Dubái, Boston, Miami o Tokio, además de otras localizadas en China y Canadá, aquí lo importante serán 3 cosas: saber tomar las curvas, elegir bien nuestro coche o modificarlo, y aprender cuándo usar su turbo de gas xenón.

El problema reside en que de estos 3 puntos, 2 no cumplen como deberían, siendo uno de ellos, el referente a cómo tomamos las curvas, fundamental. Con 3 maneras de derrapar, usando el freno normal, el freno de mano o soltando el acelerador y volviendo a acelerar, no se entiende que todas ellas sean tan parecidas en cuanto a qué consiguen. ¿Qué diferencia hay entre el freno de mano y el normal? Poca, muy poca, quizás el de mano os pare más en seco (al revés de como entienden esto la gran mayoría de juegos de este estilo), pero todas las curvas son salvables con ambas técnicas sin que elegir una u otra suponga una diferencia notable.

De cualquier forma, Xenon Racer, con sus sinuosos trazados, tampoco todos igual de bien planteados, consigue que pasar una curva cerrada a tope de velocidad sin tocar las protecciones sea muy satisfactorio una vez hemos cogido el punto a nuestro vehículo.

Si lo hacemos bien, llenaremos una de las 3 barras de DRS, o sea, de turbo, algo que también conseguiremos pasando por determinadas marcas del suelo. Al usarlo adquiriremos velocidades de vértigo que, al contrario de lo que hayáis podido leer, se notan incluso en esta versión para Nintendo Switch; normalmente.

Reflejos y sombras, ¿para qué?

Personalización del futuro

La otra gran baza de este Xenon Racer es su garaje y la cantidad de piezas de las que dispone. Es, posiblemente, de lo más cuidado que hemos visto en mucho tiempo en juego alguno de carreras arcade.

Elegir un coche significa partir de un diseño base y poder modificarlo ad infinitum, prácticamente. Los desarrolladores lo saben, y por eso han incluido una opción donde iremos, a golpe de botón, viendo diseños aleatorios de chapa y pintura para nuestro bólido. Eso sí, si queremos que su diseño base cambie (más morro, más clásico, deportivo, dragster…) tendremos que ganárnoslo desbloqueando coches, mejoras y circuitos en su modo campeonato.

Pero antes de entrar en este y otros modos, hay que, precisamente, elegir bien piezas y vehículo, como ya hemos comentado. Además de los evidentes e innumerables cambios estéticos, habrá piezas que influyan, y mucho, en su manejo, frenada, aceleración, recuperación o velocidad punta, haciendo insuperables determinados retos si no hemos adquirido o mejorado previamente un coche adecuado.

Bien en modos, regular en lo demás

Su modo principal, el campeonato Xenon Racing, consiste en superar una serie de carreras cumpliendo para ello un requisito variable bajo unas condiciones también variables. Puede ser quedar en una determinada posición después de superar varias etapas, superar una prueba eliminatoria (se elimina al que vaya último cada equis segundos), o atravesar, en tiempo, los checkpoints de la pista.

La peculiaridad de este modo es que, para saltar de un campeonato a otro, donde para ganar habrá que cambiar de coche o mejorar mucho el que tengamos, podremos ir por un camino u otro. Si elegimos la ruta más difícil, obviamente las recompensas serán mejores, incluyendo coches y circuitos, y esta será la única manera de desbloquearlos, aunque la verdad es que circuitos tampoco tiene demasiados el título, por suerte 3DClouds, la desarrolladora, ya ha detallado su plan de actualizaciones gratuitas donde este número aumentará.

No faltan tampoco los modos carrera rápida y su multijugador a pantalla partida, donde podremos jugar con los vehículos y pistas que hayamos desbloqueado previamente en el campeonato.

A dobles se ve igual de ¿bien? que solo, al menos.

A dobles, donde además podemos jugar usando un solo Joy-Con por participante, el juego no se resiente demasiado, pero eso es más bien porque a un solo jugador todo Xenon Racer se ve ya feo de por sí, horrible, de hecho. Esta ha sido una de las mayores trabas a la hora de elegir esta versión y, pese a que no debería pesar tanto en una decisión así, lo cierto es que lo hace. La intro, pregrabada, va a tirones, las carreras tardan en cargar mucho más de lo deseado, las texturas son de otra generación (anterior), el framerate es inestable, pero tampoco lo hace injugable, las sombras y reflejos de la carrocería son inexistentes y los efectos gráficos, derrapes, humo, etc., van a destiempo; pero sin duda lo peor es que hay objetos que aparecen de forma totalmente repentina, y no son solo decorativos. Vallas y muros que marcan por dónde tenemos que ir se harán visibles cuando ya será demasiado tarde, provocando una inevitable colisión.

Su modo ventaja consiste en disputar pruebas eliminatorias y de checkpoint fuera del campeonato, y su modo online no hemos podido probarlo, ni creando sala ni esperando 20 minutos a encontrar una, por lo que no podemos saber si funcionará de forma fluida o no.

Escape de gas

Ya hemos visto cómo Xenon Racer, pese a no contar con una gran cantidad de circuitos, puede entretener gracias a sus amplias opciones de personalización o a unas carreras rápidas y variadas en cuanto a formas de obtener la victoria. Sin embargo, además de los fallos ya mentados, no podemos dejar pasar otro que, eso sí, acaba de ser parcheado al menos parcialmente, y no es otro que su inteligencia artificial. Xenon Racer es injusto, pero no “injusto” como Mario Kart, no, es desmedido, irreal. Si alguna vez os habéis quejado del hándicap de los FIFA ahora no sabréis siquiera cómo describir el hecho de ir sacando a cada vuelta más tiempo a nuestros perseguidores para acabar en la tercera a 9 segundos del primero haciéndolo igual de bien o mejor que en los cronos anteriores. Es algo que además siempre pasa en esta tercera vuelta, por lo que las carreras a una sola las ganaréis holgadamente. La CPU parece volar y nada más comenzar esta vuelta de la muerte os encontraréis a todos los coches pegados a vuestro tubo de escape. ¿Cómo? Lo único que se nos ocurre es que lo hizo un mago.

Además, y no es el primer juego en el que pasa esto, dar al home del mando de Nintendo Switch no pausa la partida, algo que entenderíamos jugando en línea, pero que ocurre en todos los modos.

El público son ecografías 4D con ropa.

Esperemos que esto, así como mejoras radicales en su aspecto gráfico, se solucionen pronto de la mano de un parche porque estamos ante un título con buena base, aunque sin pulir, con unos diseños de los coches soberbios, ni en vuestra imaginación de juventud eran tan molones, con unas opciones de personalización a años luz de la competencia, una música y estilo muy de antaño y con un modo campeonato variado y retante como ninguno.

Por el momento, por desgracia, Xenon Racer en general es un juego parco en contenido de peso (circuitos principalmente), con un online desierto y una IA que nos cuesta creer (y no para bien). Y en Switch, en particular, es todavía peor.

Resumen
Xenon Racer está más cuidado estética que jugable y gráficamente. Tiene ideas muy buenas, sobre todo en su modo campeonato, y una personalización envidiable, pero la falta de variedad en circuitos y su lamentable IA hacen que esté muy por debajo de lo esperado. SI encima elegís la versión de Switch, preparaos para lo peor gráficamente hablando.
5
Simple
Escrito por
Señor Bichos para ti.

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