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Análisis de The Legend of Heroes: Trails of Cold Steel III

Llega The Legend of Heroes: Trails of Cold Steel III a Nintendo Switch, la tercera entrega de la subsaga Trails of Cold Steel perteneciente a la veterana saga The Legend of Heroes, desarrollada por Nihon Falcom, creadores de Ys. Complicado, ¿verdad?

Un mundo conectado

The Legend of Heroes es una saga creada por los mismos creadores de Ys, cuya octava entrada, Lacrimosa of Dana, pudimos disfrutar en Nintendo Switch. En el caso de la aventura de Adol, a pesar de ser una octava parte, se podía jugar perfectamente sin conocer nada de la historia de ese mundo y lo único que te perdías eran pequeñas referencias, que ni mucho menos empañaban el resultado final, ya que Ys VIII: Lacrimosa of Dana era un juego auto conclusivo.

Con este precedente, uno puede pensar que Trails of Cold Steel III podría ser lo mismo, pero en absoluto. La saga The Legend of Heroes está conectada directamente, como si de una serie de televisión se tratara, y esta tercera parte empieza después de un lapso temporal con respecto a la segunda. Rean, nuestro protagonista, es ahora profesor y tiene que enseñar a sus alumnos a convertirse en las futuras fuerzas militares del país. Y la cosa no terminará con esta entrega, sino que todavía hay una cuarta por venir.

Dicho esto, debo desaconsejar a cualquiera que quiera jugar a este juego sin conocer la saga hacerlo, ya que para disfrutarlo es necesario no solamente haber empezado en Trails of Cold Steel, sino también conocer los juegos anteriores (Crossbell arc y la saga Trails in the Sky). Ninguno de estos juegos está disponible para Nintendo Switch y los de Crossbell ni siquiera lo están en occidente.

Horas de conversaciones de anime

Aparte, la dinámica de juego es un poco extraña. A pesar de contar con un sistema de combate brillante y con un montón de actividades para hacer, gran parte del tiempo que inviertas en Trails of Cold Steel III consistirá en hablar con los diversos personajes, muchos de ellos viejos conocidos de los juegos antes mencionados. Básicamente, todos estos personajes se desarrollan a través del diálogo y pasan muchas, muchísimas cosas en esas conversaciones. Y, al final del capítulo, tienes algo de exploración libre para hacer una misión y librar unos cuantos combates.

El ritmo de juego es tan extraño, que empieza con un prólogo situado en un momento avanzado del juego, en el que te sueltan a combatir sin explicarte nada ni del juego ni de los personajes. Simplemente avanzas y vas probando los comandos. Después, hay una introducción de anime que consiste en muchos personajes con sus nombres apareciendo (personajes que en tu juego aparecerán aun así con ???). Y, finalmente, empieza la aventura con Rean, con una hora de diálogos seguida de 20 minutos de exploración de una mazmorra que sirve, atención, como tutorial para el sistema de combate. ¿Pero qué invento es este?

Pues porque el juego no está pensado para ti, que no has jugado a ninguna otra parte de la saga, sino para los viejos fans de The Legend of Heroes, y el tutorial sirve entre otras cosas para que aprendas las dinámicas nuevas que han incorporado al sistema de batalla.

Combates refinados por el paso de los años

Sistema de batalla, por cierto, con un montón de posibilidades y muy bueno en general, aunque quizá peca de ser demasiado complejo e irrelevante. Complejo por las miles de posibilidades (Por ejemplo, hay tres tipos distintos de “magia”, cada una con su contador) e irrelevante porque la sencillez de los combates es tal que apenas rascarás la superficie. Además de que se introducen casi todas las acciones de golpe y no te da tiempo a asimilarlas con naturalidad.

El sistema se parece al de Final Fantasy X, aunque añade detalles muy interesantes como la colocación de nuestros personajes o los ataques de área. Aparte, podemos conectar a dos de nuestros combatientes para que puedan hacer combos poderosos cada vez que alguno de ellos efectúa un crítico. Realmente, las bases del sistema son brillantes, como ya lo eran en la saga Trails of the Sky (donde nace este sistema y mucho más accesible para el novel en la saga, por tener una mucho menor cantidad de referencias).

Como si de Wii se tratara

En el apartado artístico no destaca especialmente. La música va en la línea de la saga Ys, aunque un pelín menos inspirada. Visualmente parece un juego de la época de Wii con “filtro HD”, lo cual no es necesariamente malo del todo, pero tampoco es bueno, obviamente. Ah, y el juego está completamente en inglés (o francés). Y vas a tener que leer MUCHO, ya que más del 50% del juego son diálogos entre personajes que rememoran eventos de juegos pasados.

Por desgracia para mí, al único juego de la saga que había jugado era a The Legend of Heroes: Trails of The Sky, que es el que se suele recomendar como punto de partida. Desde ese juego hasta Trails of Cold Steel III hay 7 juegos, cada uno con sus 30-40 horas de juego, y algunos de ellos ni siquiera han salido en occidente. Ninguno para Nintendo Switch.

Solo para fans de la saga

Si eres fan de la saga, adelante, Trails of Cold Steel III es tan bueno (o mejor) como los anteriores. Si no, advertido quedas de la dinámica (muchísimo diálogo con multitud de referencias a juegos pasados) y de que este título es tan solo un capítulo más en una saga enorme. Que sí, que puedes leer la información de otros juegos por ahí o disfrutar de la introducción interactiva que te han preparado (en inglés), pero tu nivel de conexión con los personajes no va a ser lo suficientemente alto como para que disfrutes del juego como se merece. Por mucho que quiera, no puedo recomendártelo salvo que cumplas las condiciones necesarias.

Resumen
Solo para seguidores veteranos de la saga, no apto para recién llegados. Una lástima, porque a pesar de todo, el sistema de combate es interesante. Una lástima que haya tantos diálogos con referencias a los juegos del pasado y que, además, no esté en castellano.
6.5
Justo
Escrito por
Escribo análisis de vez en cuando. Llevo haciéndolo desde los oscuros orígenes de la web, cuando por internet vagaban las hadas y los dragones y todo, todo, era mejor.

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