La apuesta de Nintendo para este otoño es Super Mario 3D All Stars, un recopilatorio de algunos de los juegos en 3D del fontanero. Prepárate para volver a disfrutar de Super Mario 64, Super Mario Sunshine y Super Mario Galaxy, pero ten en cuenta que solo estará disponible hasta el 21 de marzo de 2021.
La recopilación
Super Mario 3D All Stars consiste en los tres juegos antes mencionados. Los fans de la saga os daréis cuenta de las grandes ausencias. Si bien Super Mario 3D World, el de Wii U, va a salir el próximo febrero para Nintendo Switch con contenido añadido (y también a precio de novedad), nada justifica la ausencia de títulos clave como Super Mario 3D Land y, especialmente, Super Mario Galaxy 2, considerado por muchos (incluyéndome a mí) como el mejor Mario en 3D de la historia.
La recopilación incluye, además de los juegos, las bandas sonoras para que las podamos elegir desde el menú. En el menú parece haber espacio para más elementos, pero solo son seis. ¿Tal vez lanzarán más adelante los juegos que se han dejado en el tintero?
Sobre los juegos, son versiones sin apenas cambios con respecto a los originales. De Super Mario 64 han cogido la segunda versión de Nintendo 64, la que tenía vibración. Una lástima, porque nos perdemos las novedades que se incluyeron en la versión de Nintendo DS, que iban desde un completo rediseño del aspecto visual hasta nuevo contenido en forma de 30 estrellas más y 3 personajes jugables. Además, Super Mario 64 no está traducido al castellano, lo que puede suponer algún problema para quien lo coja por primera vez y no domine el idioma de Shakespeare.
Super Mario Sunshine y Super Mario Galaxy se benefician enormemente del aumento de resolución, gracias en parte a la simpleza de las texturas y del diseño gráfico tan resultón que ostentan. Para Super Mario Galaxy, casi parece como si los años no hubieran pasado. Hay algunos cambios en la traducción para añadir los iconos o las particularidades de la adaptación de Nintendo Switch, aunque no todos los iconos han sido revisados.
En general, como podéis ver, la recopilación en realidad es poco más que poner los tres juegos juntos, subirles la resolución y cambiar los iconos de los mandos (no todos). Es decir, muy poco digna para lo que realmente se merecen estas obras maestras de la historia de Nintendo.
Super Mario 64
Super Mario 64 es el peor parado de los tres. En parte porque, al emplear como base la segunda versión de Nintendo 64 (originalmente exclusiva de Japón) se olvidan de las mejoras incluidas en la versión de Nintendo DS. No está traducido al castellano y el aspecto de la pantalla es 4:3, como de televisor antiguo, pero sí tiene vibración.
Donde más se nota esta decisión es en el aspecto visual, ya que cuenta con un diseño extraño y que poco tiene que ver con el Mario al que estamos acostumbrados a día de hoy. Después está el tema de las cámaras, que se manejan de forma incómoda debido a que en Nintendo 64 no había un joystick para controlarlas, sino unos botones amarillos especiales. Quitando eso, Super Mario 64 sigue siendo un juego divertido y memorable.
Accedemos a los niveles saltando a cuadros que están ocultos tras puertas. En cada nivel podemos conseguir una o más estrellas, lo que hace que sean rejugables hasta cierto punto. Las puertas se desbloquean cuando alcanzamos un número determinado de estrellas. Esta fórmula, introducida en este juego, ha permanecido casi inalterada hasta Super Mario Odyssey incluido (aunque saltándose Super Mario 3D Land y Super Mario 3D World), siendo probablemente Super Mario Galaxy 2 el juego que más partido le ha sacado jamás.
Los niveles son variados y tenemos gran libertad, tanto dentro de ellos como fuera. La parte exterior es el castillo desierto de Peach, en el cual hay una gran cantidad de secretos y zonas a explorar.
En Super Mario 64, aparte de saltando, los enemigos se derrotan a puñetazo limpio y también podemos conseguir algunos (aunque limitados) power ups para solventar determinadas situaciones. Mención especial merece la icónica gorra con alas, imagen por excelencia del juego.
Se le nota el paso de los años y no está en castellano, pero no deja de ser una obra maestra en toda regla y, pese a tener más de 20 años, ha envejecido mucho mejor que algunos juegos más recientes.
Super Mario Sunshine
Super Mario Sunshine siempre fue la oveja negra de la familia. La fórmula es muy continuista con respecto a Super Mario 64, solo que añadimos elementos importantes como el ACUAC, una especie de manguera que nos permite también planear. En Nintendo Gamecube se controlaba haciendo uso del gatillo analógico del mando, pero en Nintendo Switch sus funcionalidades están repartidas en dos botones. Si queremos apuntar y lanzar agua, pulsamos un gatillo. Si queremos correr y lanzar agua, pulsamos el otro. El agua es fundamental, ya que será nuestra herramienta para limpiar los grafitti que asolan isla Delfino, la principal motivación de la aventura.
Super Mario Sunshine mejor de forma casi milagrosa con la subida de resolución, y aunque se han dejado algunos iconos por adaptar a Nintendo Switch, se juega perfectamente a día de hoy. Eso sí, es un poco tosco y las cámaras no son del todo perfectas, aunque desde luego mucho mejores que las de Super Mario 64.
Una de las novedades es que isla Delfino, el lugar donde ocurren los hechos, ya no es una zona desértica como el castillo de Peach, sino que está lleno de vida y de cosas por hacer. En él encontramos los distintos niveles, detrás de marcas de pintura, cada uno de ellos con diversas variantes que superar para obtener los soles (equivalentes a las estrellas de los otros Mario).
El uso del agua es muy ingenioso y, desde luego, está a la altura de lo que se espera de un juego de Super Mario, aunque quizá tiene algunos problemas que lo alejan de la perfección, como muros invisibles o cámaras algo rebeldes. De la misma forma, es menos fresco que Super Mario 64 o Super Mario Galaxy. Aun así, merece mucho la pena y este sí que está en castellano.
Super Mario Galaxy
Super Mario Galaxy es el mejor juego de esta recopilación y, probablemente, el segundo mejor plataformas en 3D de toda la historia, superado solamente por su secuela Super Mario Galaxy 2 (recordemos, la ausencia más dolorosa de esta recopilación). Los controles están perfectamente adaptados a Nintendo Switch y es increíble la precisión del puntero cuando jugamos en el televisor. Cuando lo hacemos en la consola, usamos la propia pantalla táctil como sustituta. La acción de giroscopio, además, puede realizarse con un botón, aunque podemos seguir agitando el mando si queremos, no os preocupéis.
Lo más curioso de este juego es que parece innovador, pero en realidad no lo es tanto. Simplemente coge los mejores elementos de los juegos anteriores y los lleva casi hasta la perfección (la perfección llegaría en su secuela). Sin embargo, la estética y el diseño de niveles es sobrecogedor y es lo que nos resulta tremendamente innovador. Realmente es este diseño tan depurado la única innovación del juego, pero desde luego tiene una importancia capital. Es decir, la jugabilidad base se mantiene con respecto a las anteriores entregas, pero el diseño de niveles evoluciona increíblemente.
Para empezar, los niveles dejan de ser planos y se reparten en plataformas esféricas o casi esféricas. Mario está anclado a ellas por la fuerza de la gravedad, pero si salta lo suficiente hacia otra puede que se ancle en aquella. Esto le da una dimensión tremenda a los escenarios y Nintendo sabe muy bien cómo sacarle punta.
El diseño de niveles explota esto y todo lo visto en anteriores juegos, llevándolo hasta cotas de calidad nunca antes vistas. Además, el juego es muy largo y variado, sorprendiendo siempre hasta el final.
A nivel visual, también supone un salto hacia adelante, aunque técnicamente no fuera especialmente más espectacular que Super Mario Sunshine. El salto está en el cuidado detalle de los escenarios, que necesitan muy poco para lucir excepcionales, y por supuesto eso hace que con el aumento de resolución casi parezca un juego actual. ¡Y eso que tiene 13 años!
Además, la banda sonora también alcanza una calidad nunca antes vista en un videojuego de Mario, con unas composiciones magistrales y una producción muy buena en muchas de las pistas. A partir de este juego, este tipo de nivel musical (tanto en calidad como en producción) se convertiría en un estándar de la saga. Para muchos, la banda sonora de este Super Mario Galaxy es la mejor de la saga, y no es para menos.
Super Mario Galaxy por si solo casi justifica adquirir este recopilatorio, especialmente si no lo has jugado antes.
Super Mario 3D All Stars
Super Mario 3D All Stars es una recopilación muy justita de juegos magistrales. Los juegos son todos de sobresaliente (¡o más!), especialmente si los juzgamos dentro de sus respectivas máquinas, y en la actualidad han envejecido muy bien (o se mantienen fresquísimos, como Super Mario Galaxy). Pero no podemos evitar observar el punto negro de este título, que es la recopilación en sí.
Los juegos no presentan ninguna novedad. ¡Ni siquiera se han molestado en traducir Super Mario 64 o cambiar los iconos del mando de Nintendo Gamecube en Super Mario Sunshine!
El precio es muy alto, ya que Super Mario Galaxy se vende por 20 € en Wii U y Super Mario 64 por 10 en Wii U. Vale que son obras maestras, pero son juegos que en el mejor de los casos tienen más de 12 años y que ya se han vendido en varias plataformas (salvo Sunshine). Esta recopilación no aporta absolutamente nada más allá de un ligerísimo lavado de cara, y ese es el principal problema. Y, por si esto fuera poco, la recopilación deja de estar a la venta el 21 de marzo de 2020, tanto en físico como en digital. Puede que lo retiren, puede que lo incluyan de forma gratuita en Nintendo Switch Online o puede que saquen una versión nueva que sí incluya tanto Super Mario Galaxy 2 como Super Mario 3D Land.
¿Deberías comprar esta recopilación? Si no has jugado a los juegos, sin dudarlo. Si los has jugado, hazlo bajo tu responsabilidad y sabiendo que no aporta prácticamente nada, por lo que tal vez te decepcione. Como diría un viejo forero de Revogamers: Buenos juegos, Mala recopilación. Solo que no son buenos, son obras maestras.