Estamos muy acostumbrados a vivir aventuras para salvar el mundo, ¿pero qué ocurre cuando ya está todo hecho? Muchas veces el mundo queda desolado y su reconstrucción la damos por hecha, o la vida del héroe ya no la seguimos. Littlewood quiere trasladarnos a ese momento, encarnando a un héroe amnésico que salvó hace nada al mundo del malvado brujo.
Littlewood, un pueblo a tu gusto
Una vez que hemos creado a nuestro “aventurero” y bautizado al pueblo, tenemos que ir poco a poco reconstruyéndolo. Al igual que en otros títulos similares, necesitamos dinero y materiales para construir lo que queramos, aunque también podemos mover todo lo que hay a voluntad al sitio que prefiramos (por si queremos restructurar). Es fácil de utilizar y podemos crear edificios, árboles, tiendas y otros lugares o vegetación siempre y cuando tengamos el plano para ello.
El ritmo de juego está bien llevado para introducir las nuevas mecánicas, y pese a que al final se puede pescar, recolectar, cocinar, cazar bichos y otras tantas tareas, estas van apareciendo poco a poco y son sencillas de utilizar. Eso sí, cualquier tarea consume cansancio y, al llenar la barra del mismo, toca ir a dormir (también podemos dormir antes si nos interesa que avance un día). La estructura de días y estaciones (30 días) ayuda a que haya que mantener cierto orden y planificación para hacer las tareas, y que no sea todo a lo loco, mientras se avanza en la historia y descubrimos más sobre nuestro personaje y sus amigos.
Combates tampoco tenemos, puesto que ya vivimos la aventura. Por lo tanto, realmente estamos ante un simulador de reconstrucción de ciudad, aunque muy sencillo en opciones y posibilidades, lo cual le hace más ágil y accesible para aquellos a los que otros títulos del género se les hacen más complejos por todas sus variables. Eso no quita que haya opciones, incluso de amistades (que suben de nivel) con compañeros que pueden acompañarnos a realizar tareas, y de los que podemos hasta enamorarnos.
Sencillo pero efectivo
Lo realmente especial de Littlewood es que sin hacer nada realmente nuevo, concentra mucho, y de una manera que no hay margen de error a hacerlo mal y que todo se vaya al garete. Es por tanto, un juego que busca relajarnos sin ofrecer tampoco demasiados aspectos a controlar, pero sí los justos para que haya que conseguir dinero y materiales. Por lo tanto, puede convertirse en ese gran aliado para matar el tiempo sin que haya “castigo” por llevar tiempo sin jugar o incluso por no recordar los controles.
Puede que la barrera de entrada (más allá del idioma) para muchos sea el estilo gráfico. Venir de Stardew Valley o Animal Crossing puede pasar factura, pero es efectivo para distinguir los distintos elementos. Siempre puede pedirse más, pero el resultado es correcto y los retratos de los personajes les dan algo más de vida a los “pinipon” pixelados que vemos en pantalla. La música es adecuada para este juego que respira paz y tranquilidad, pero puede no resultar demasiado variada.
Littlewood es un juego “con fin”, es decir, se puede completar en más de 20 horas, pero puede que aquellos que disfrutan con este tipo de género suban hasta más del doble su duración consiguiendo todas las misiones posibles y subiendo experienca con otdos los personajes. Como no puede ser de otra manera, puede volverse infinito si así lo deseamos, pero al menos hay una meta estabelcida para el que juegue de esa manera. Lo dicho, estamos ante el juego de gestión de ciudades hecho para aquellos que no quieren preocupaciones o quieren probar el género sin complicarse mucho.
