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Análisis de JackQuest: The Tale of The Sword

Esta es la historia de Jack, y de cómo en medio de una pequeña velada en el bosque, su amada Nara, es secuestrada por Korg, un temible orco. ¿Podrá Jack junto a su nuevo aliado, una espada mágica que habla, rescatar a su amada? ¿Qué peligros encontrará nuestro héroe? Todo esto es JackQuest: The Tale of The Sword.

Rescates y mazmorras

La historia es sencilla y nos brinda la típica excusa que necesitamos como jugador para poder salir a la aventura. Un rescate y una damisela en peligro. El malvado orco Korg nos espera en la última sala de una profunda cueva. Con esta premisa, JackQuest: The Tale of The Sword no destaca por su historia aunque tampoco es necesario, solo es el pretexto para presentarnos una interesante cueva a explorar. Estamos ante uno de estos juegos en los que el argumento es solo una excusa y lo apuesta todo a sus mecánicas jugables.

La estructura de JackQuest: The Tale of The Sword es sencilla y es otro elemento que conoceremos a la perfección. El juego hace uso de un diseño de niveles basado en un estilo “Metroidvania” (mezcla de estilos entre los juegos Metroid y Castlevania de la era de 8-16 bit), pero mucho más pequeño de lo habitual. Contamos de una sola zona jugable de un tamaño medio y con una estructura muy laberíntica. Tenemos que ir buscando determinados ítems, los cuales están custodiados por jefes, con lo que ganar nuevas habilidades que nos permitan llegar a zonas antes inaccesibles.

El combate es simple y se basa en dos tipos de ataque: el básico y el especial, cuyos ataques gastarán una gema. Por suerte, podemos ir ampliando nuestro medidor de gemas y corazones, ya que encontraremos muchas junto a las pociones al derrotar a los monstruos de la mazmorra.

Otras armas como por ejemplo el arco, usaran un especial que hará que nuestro personaje se mueva a la velocidad del rayo. Este elemento funciona como ataque y como mecánica para ayudarnos a pasar por determinadas zonas como por ejemplo un pasillo de pinchos etc. Quizás el aspecto más molesto es el hecho que no tengamos un mapa completo para poder guiarnos. El sustituto será un objeto en forma de orbe que hará que podamos intuir los caminos y ver dónde están las puertas y llaves. El problema viene cuando vemos que tenemos un campo de visión muy limitado que hace que nos resulte complicado poder situarnos.

El otro elemento importante, junto a la exploración y el combate, son las plataformas. Estamos ante un título muy exigente que, en muchas ocasiones, nos ha recordado a Super Meat Boy. Contamos con un salto doble y podemos rebotar por las paredes, lo que ha hecho que la mayoría de secciones muramos hasta que, por insistencia y a base de ensayo y error, dominemos el tramo en que nos encontrábamos. Es todo un acierto que cada pocas secciones haya puntos de guardado, de lo contrario, el jugador podría llegar a la frustración al morir tantas veces.

Un clásico hasta en el aspecto gráfico

El aspecto gráfico, colorido y en pixel art es muy cumplidor. Nuestro personaje cuenta con bastantes animaciones y en conjunto no hay nada que desentone. Sin embargo, el estar siempre jugando en una sola zona hace que pueda resultar monótono. Tanto la cueva como la mayoría de enemigos cuentan con aspectos bastante genéricos. Es decir para hacernos una idea los primeros jefes son un Limo y una Araña gigante, enemigos nada sorprendentes en un genero como el que nos encontramos. Destacar alguno de los jefes que cuentan con más animaciones o están más trabajados respecto a los enemigos habituales. Lamentablemente esto solo sucede en ocasiones puntuales. La banda sonora acompaña con cierto tono épico. pero puede llegar a ser repetitiva ya que en los únicos momentos que cambiaremos de canción serán en los enfrentamientos finales y los temas tampoco son especialmente brillantes.

Resaltar que el título se puede jugar en modo portátil, modo sobremesa y modo televisor sin ningún problema ni diferencia técnica. Podremos jugarlo también con el mando pro, siendo este último el mejor controlador gracias a su cruceta de calidad. Nos llevará unas 3 horas completarlo, lo cual hace que sea una buena opción si buscas algo rápido y más en este género, donde los juegos suelen ser mucho más largos.

JackQuest: The Tale of The Sword es un juego correcto, no hay nada desastroso o criticable más allá de ser tan genérico. No innova ni sorprende en ningún aspecto. Si la propuesta te interesa lo disfrutarás, pero también lo olvidarás en 5 minutos.

Resumen
JackQuest: The Tale of The Sword ofrece lo que promete y cumple correctamente como Metroidvania simple rápido y efectivo. No inventa nada y lo olvidaras al poco rato pero no aburre.
6
Justo

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