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Análisis de Ion Fury

El rey no hay muerto

Llega a nuestras Nintendo Switch un juego que nos quiere llenar de nostalgia con un tiro de pistola en la sien. Hablamos de Ion Fury, el juego que supuso la vuelta al ruedo de los maestros de 3D Realms a lo que mejor saben hacer: shotters en tercera persona molones. Como si no hubiera pasado el tiempo, regresan partiendo desde el punto más alto que alcanzaron. Tal es el caso que este Ion Fury podría pasar como una secuela (una secuela pero buena) directa del Duke Nukem 3D.

Algo viejo

Ion Fury es un juego de disparos en tercera persona que recrea las experiencias vividas en el género hace 25 años, tanto gráfica como jugablemente, en el mejor de los sentidos. El trasfondo del juego nos pone en la piel de Shelly Harrison, alias Dinamita, la agente especial y nos sitúa en pleno ataque terrorista de seres transhumanistas y nuestra misión es enfrentarnos a estos criminales y acabar con su organización, no sé si os sonará de algo.

Vuelven los protagonistas chulos, los niveles altos de testosterona (esta vez dejando el machismo atrás) y la violencia gratuita. Ion Fury es todo lo que nos gustaba en los shotters de los años noventa. Hacemos usos de gatchets, disponemos de la colección más variada de armas letales, y volvemos a masacrar a los villanos más engendros jamás creados.

El juego, además, no es un recorre pasillos. Podemos esperarnos un reto para el jugador a la altura de los títulos de los que toma como referencia, en el que hay que asegurar el realizar tiros certeros y no quedarnos muy expuestos frente a enemigos. Olvídate de la salud autoregenerable y no los checkpoints que aparecen cada tres pasos, estás ante un juego para pistoleros.

También podemos esperarnos escenarios con un diseño más inteligente de lo que se acostumbra actualmente. Como antaño, contamos con varios caminos y posibilidades para afrontar los distintos asaltos, añadiendo de esta forma variedad y una rejugabilidad innata. Estamos ante auténticos laberintos.

Algo nuevo

Que Ion Fury nos quiera transportar 25 años al pasado no significa que todo se mantenga igual que hace 25 años. De hecho, se podría decir que el título conserva lo mejor de una época y la actualiza con los avances en el género, de tal forma que esencia queda viva, mientras que la jugabilidad no se queda obsoleta.

Esto lo podemos comprobar en su sistema de apuntado, el cual se puede dirigir con libertad en los tres ejes longitudinales. En los clásicos, la mira quedaba centrado en pantalla, quedando el apuntado sujeto a la posición de nuestro personaje.

Por ende, el desarrollo se ha vuelto más espectacular, o cinematográfico, por decirlo de alguna forma. Y que no se nos malentienda, Ion Fury sigue siendo un shotter puro como una roca. Es en la variedad de situaciones donde ha pegado un salto, haciendo que el juego no caiga en ningún momento en la monotonía.

Arte retro

Otro apartado en el que se hace notar la modernización es en su apartado gráfico. Y no te asombres al leer esto. Ion Fury hace uso del motor gráfico con el que se desarrollaron juegos como Duke Nukem 3D. Pero aprovechándose de la potencia con la que cuentan los sistemas actuales, el motor hace gala de un aspecto que no se había visto antes. Se consigue así que ese diseño poligonal, junto a esos sprites dibujados a manos, luzcan más vivos y mejor que nunca. Simplemente espectacular.

En total Ion Fury nos puede durar entre 8 y 10 horas dependiendo de nuestra pericia, solo para superar la aventura. Eso sin contar los numerosos secretos que se hallan escondidos en los escenarios, ni los contenidos adicionales. Y debido a que se trata de un juego centrado en la jugabilidad más pura y frenética, que cuanta con varios niveles de dificultad, y con un diseño de escenarios grandes, con múltiples caminos y opciones, pues nos encontramos con un título altamente rejugable.

Puede que haya público que crea que no es necesario volver a experiencias pasadas existiendo ya las originales, o que directamente no entiendan la razón de ser del título. Pero para aquellos a los que les invadan la nostalgia y disfrutaron como locos de un género que ha dado infinititas horas de plena diversión, en Ion Fury encontrarán un juego divertidísimo al que el paso del tiempo le ha enseñado por qué esos juegos que rememora eran tan buenos. Y todo esto de la mano de unos veteranos que saben muy bien lo que se hacen.

 

 

 

 

 

Resumen
Puede que haya público que crea que no es necesario volver a experiencias pasadas existiendo ya las originales, o que directamente no entiendan la razón de ser del título. Pero para aquellos a los que les invadan la nostalgia y disfrutaron como locos de un género que ha dado infinititas horas de plena diversión, en Ion Fury encontrarán un juego divertidísimo al que el paso del tiempo le ha enseñado por qué esos juegos que rememora eran tan buenos. Y todo esto de la mano de unos veteranos que saben muy bien lo que se hacen.
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