Faith es uno de esos títulos que acabó convirtiéndose en una experiencia de culto, y ello le ayudó a tener tres capítulos, que llegan ahora reunidos y con algunas mejoras en FAITH: The Unholy Trinity, el título que nos ocupa y ha llegado a Nintendo Switch. Ahora que se acaba de lanzar la versión 1.5.0 del juego, es el momento de por fin analizar y ver qué lo hace especial.
Salto de faith
21 de septiembre de 1987, un hombre se dispone a terminar un trabajo que no pudo completar con éxito anteriormente, el de exorcizar a una chica poseída por un demonio. El viaje no es tan sencillo, pues hay peligros por el camino e incluso en nuestra mente.
Todo esto se traduce en un juego que podría ser, salvo por aspectos rotóscopicos, bordes, fuente y algunos ajustes, un título de la era de NES en sus inicios o de Spectrum. La vista es isométrica, los escenarios se basan en líneas que los definen, y hay ciertos elementos que sí tienen más detalle para darle más vida y otros para que los veamos o interactuemos con ellos.
El juego consta de tres capítulos, uno de ellos con un prólogo, que en total nos llevará a más de cinco horas de juego (algunas más si vamos a por todos los finales de cada capítulo o si queremos todas las notas coleccionables). Eso sí, esto es en parte debido a que el movimiento del personaje es lento, tal y como lo sería en el tipo de juego que emula. Eso sí, si nos falta alguna nota escondida y hemos sacado los finales del capítulo, podemos jugarlos en modo turbo.
Cuidado con el diablo, pendejo
Nuestro protagonista generalmente se mueve, y tiene un botón de acción que, durante la gran parte del juego, se basa en levantar una cruz. Con ello hacemos frente a enemigos, resolvemos puzles y hacemos que aparezcan las notas que hay escondidas, que son las que nos cuentan el 90% del lore para entenderlo todo bien. En cuanto a los puzles, generalmente son sencillos y se entienden observando las notas y el escenario, aunque alguna vez hay que pensar un poco fuera de la caja también.
El movimiento del protagonista es un homenaje pero también una maldición, y es que en varios encuentros, tenemos que medir muy bien la alternancia entre levantar la cruz y movernos para esquivar a enemigos que se lanzan sobre nosotros o veremos la pantalla de Mortis en numerosas ocasiones (sí, los menús y la pantalla de muerte están en latín, además de en inglés).
El estilo gráfico, como ya hemos dicho, es retro (bien retro), y compuesto por pantallas a cuadrados entre las que nos movemos en completo 4:3 (con bordes). Las voces, que las hay, suenan distorsionadas como si estuvieran reproducidas por un hardware viejo, algo que también ocurre con los efectos de sonido. La música por su parte, cuenta con varios temas al estlo 8 bit, entre los que se encuentran piezas de música clásica como Claro de Luna de Beethoven, que le dan a la experiencia el tono clásico y nocturno que se busca.
Faith: The Unholy Trinity es un juego que luce inicialmente más “cutre” de lo que realmente es, porque en movimiento sorprende para bien y al final quieres seguir jugando y conocer su mundo. Sabe asustar, tenernos en tensión y contar una historia interesante, pero el movimiento de su personaje, ciertos momentos que nos obligan a repetir una sección larga porque no se guarda o la falta de traducción al castellano le evitan ser una experiencia más accesible y ligera para los jugadores. Aún así, es una experiencia imprescindible para los seguidores del terror, especialmente del religioso.
Versión del juego analizada: 1.5.0