El terror acecha en las profundidades, aunque también puede aflorar y que nos lo encontremos en la superficie, aunque sea de una forma distinta. Sobre estos conceptos se apoya precisamente Dredge, un juego de pesca, terror (que no sustos) y gestión de inventario que llegará a Nintendo Switch esta misma semana y del que además ya podéis probar una demo.
Y cuando cae la noche…
La vida de un pescador nunca es fácil, pero se complica aún más si encallamos en una remota isla de un archipiélago donde todos y cada uno de sus habitantes son más misteriosos que el anterior, destacando el alcalde de la más grande, que además se aprovechará de que nuestro barco ha sufrido graves y grandes daños y se cobrará a base de bien el arreglárnoslo, y además tendremos que pagar un tributo para “mejorar la ciudad” (guiño, guiño). ¿Cómo lo haremos, cómo pagaremos nuestra deuda? Saliendo a faenar y vendiendo todo en la pescadería local, o en cualquiera de las que hay repartidas por otras islas, pero ojo con lo que llevamos en la bodega, y sobre todo cuidado con que caiga la noche y aún nos encontremos en mar abierto…
Dredge se ha definido como un juego de terror pero tampoco es del todo cierto. Sí puede estar cerca del survival horror, y ciertamente abraza conceptos lovecraftianos, de ahí lo de “terror”, pero es una etiqueta que viene dada más bien por la sensación que nos produce el ver cómo cae el sol y sabemos que no vamos a llegar de día a puerto, desconociendo qué puede estar merodeando a escasos metros del casco de nuestro barco, y también por las historias que cuentan unos personajes a medio camino entre lo macabro y lo hilarante, también en su diseño.
Porque aunque puede parecer un juego de pesca, eso es lo de menos, o por lo menos el hecho de pescar en sí, porque capturar peces y venderlos es fundamental, así como dónde venderlos o qué desechar de la bodega para hacer sitio a una pieza que a lo mejor nos da más dinero. Lo que pasa es que capturar es tan sencillo como ir a una zona con peces y realizar un pequeño minijuego de dar a un botón cuando el indicador está en la zona verde; así, sin reto, da igual que sea un atún de 250 kilos que una caballa de kilo y medio, y encima es algo que haremos muchas veces. Por fortuna el resto de mecánicas, como las de organizar el inventario al más puro estilo Resident Evil 4 o la de mejorar nuestro barco o instrumentos, sí son lo suficientemente satisfactorias como para que nos pasemos las entre 10 y 12 horas que nos llevará completar la aventura pegados al televisor, sobre todo cuando toque huir de lo que sea que nos persigue al ponerse el sol. Eso si hacéis las misiones secundarias, algunas necesarias para avanzar en la historia y otras no, pero todas ellas con interés para aquellos que gusten de leer una buena anécdota, sobre todo si sois aficionados a lo oscuro y decadente, nota común de todos los habitantes que pueblan los asentamientos que encontremos.
Esta decadencia choca frontalmente con el estilo visual escogido. Dredge es bonito de ver, minimalista pero con buenos detalles, y se nota que el equipo ha puesto de su parte en intentar darle una personalidad propia, tanto a los entornos 3D como a las ilustraciones que veremos cuando interactuemos con la gente. En el sonido es donde desde luego no destaca este título, con poco más que algún sonido ambiental aquí y allá. Puede que se haya hecho adrede para así sentirnos más solos en el mar, pero es que tampoco tendremos nunca esa sensación porque los escenarios no serán tan amplios ni las partidas tan largas (hay que volver a puerto antes de caer la noche, recordad, aunque pescar entonces tendrá premio…).
Así, Dredge es recomendable para todos aquellos que quieran vivir una aventura donde la tensión y una buena historia (o varias) importen más que el hecho de pescar, que al final no será tan importante (ni tan divertido).
