13AM Games es un estudio al que se le tiene cariño dentro del panorama nindie, pues su título debut estuvo hecho específicamente para Wii U (Runbow). Luego lo vimos en Switch y otras plataformas al igual que su segunda obra, Double Cross, un plataformas con toques de investigación que por aquí nos gustó. Ahora para su tercer juego, Dawn of the Monsters, han cambiado el tamaño de los personajes para ofrecernos un beat’em up protagonizado por kaijus y mechas de 60 metros.
Hilando una buena batalla
Hablar del fin del mundo parece que se ha vuelto parte de nuestra rutina, aunque es mejor hacerlo en la ficción. En un futuro en el que la crisis climática colapsó, diversos monstruos del interior de la tierra y del fondo marino han atacado en distintas olas a los habitantes de la superficie. Por suerte la ofensiva está preparada, y además de dos robots gigantes, se ha conseguido “domar” a dos de los primeros monstruos más solitarios para que luchen también por la causa.
Esto nos lleva a jugar una reconquista de la Tierra a través de 33 niveles repartidos en 4 mundos, y todos ellos pueden jugarse en solitario o en cooperativo local con otro jugador. Más allá de estos niveles que podemos rejugar cuando queramos tenemos una galería a desbloquear, un glosario con información de los personajes y el mundo, un lugar para visualizar las conversaciones y un laboratorio que utilizamos para mejorar a nuestros personajes y cambiarles la apariencia.
A la hora de jugar estamos ante un clásico beat’em up, pero que sabe salirse de lo habitual con un par de mecánicas extra. Así pues, tenemos un golpe normal, un golpe fuerte, un botón para coger objetos y rematar enemigos (consume una barra especial pero nos cura) y una arremetida para cargar desde lejos. Pero además de eso tenemos un bloqueo y una esquiva, que funcionan como en algunos hack ‘n slash, permitiéndonos reducir daño o incluso evitarlo ya sea con un parry o evitando el ataque.
Multijugador limitado en Dawn of the Monsters
Por lo tanto, un juego que podría parecer tosco por el tamaño de sus personajes y su movimiento algo lento, gana mucho en velocidad y dinamismo, potenciado por un sistema de combos y ataques especiales de usos limitados para darle una sensación más épica y de destrucción a las luchas. Como suele ocurrir en varios títulos de este género, la sensación de repetición se puede hacer presente, aunque el hecho de permitirnos jugar los niveles sueltos ayuda a reducir esto mucho. Además gracias a que cada personaje tiene diferentes ataques y al tema de los aumentos los más técnicos pueden rejugar buscando su estilo óptimo de juego.
Los aumentos son una recompensa que recibimos en las misiones y que pueden ser equipados a los diferentes personajes para modificar alguno de sus 7 atributos (ataque, defensa, velocidad, % crítico, daño crítico, medidor de furia y vampirismo) o bien incluir acciones adicionales como aturdir a los enemigos o aumentar la potencia de un golpe determinado si previamente se ha hecho otro. Son muchas variables pero está presentado de una forma muy sencilla para que expertos y novatos puedan sacarles todo el partido.
A nivel gráfico encontramos un título que busca traernos una sensación de cómic viejo, pero tambén el aspecto de las películas “reales” de kaijus se hace varias décadas. Todo esto se logra con un cell-shading que funciona muy bien, acompañado de una gran variedad de enemigos y jefes diferentes a los que se les ha puesto mimo y detalle (y eso se nota). Los escenarios y los personajes estáticos quizás lucen algo menos, pero encajan bien con la presentación. La música acompaña muy bien a la acción, pero son las voces y los efectos los verdaderos protagonistas del apartado sonoro, con un buen doblaje al inglés y sonidos de monstruos de gran calidad.
Dawn of the Monsters es un juego que tiene un nicho, pero que también se abre a cualquier aficionado al género del arcade de acción en dos y tres dimensiones. Cuenta con una buena presentación, una correcta traducción al castellano y un detalle por todos los monstruos que nos consigue cautivar. Eso sí, cualquiera que no sea amante de las puntuaciones o de sacarlo todo se puede quedar sin alicientes para jugar más tiempo.
