Es probable que muchos de los aquí presentes hayan conocido el mundillo gracias a la inquebrantable ATARI, y si no es así al menos saber de historias lejanas de su leyenda. Una que todavía sigue viva y que este ATARI Mania se encarga de hacerla perdurar además de custodiar.
¡Malditos píxeles muertos!
Un día más en el trabajo. Un día aparentemente corriente como supervisor de una exposición donde encontramos 25 juegos de ATARI. El problema viene cuando varios píxeles muertos han tomado cuerpo escapando de las propias recreativas que los contienen.
Debemos abrirnos paso en cada sala hasta encontrar la siguiente tanda de minijuegos.
Para llegar hasta ellos y eliminarlos primero tenemos que abrirnos camino por el museo, consiguiendo herramientas para avanzar por cada una de las salas del edificio con puzles muy sencillos. Con una estética pixel art muy acertada y algún filtro de imagen interesante nos sentimos rápidamente metidos en ese universo ochentero tan querido actualmente. Mención especial para una banda sonora bastante inspirada y que sin duda sirve como motor para envolverte más en su mundo.
Pero son esos enfrentamientos contra los mentados píxeles el verdadero corazón de ATARI Mania. Una serie de minijuegos en los que se mezclan, de forma algo caótica, todo tipo de juegos de la compañía de géneros dispares recordándonos inevitablemente a los divertidisimos NES Remix. Eso sin olvidar a uno de los padres de todo esto como la serie Wario Ware aunque en menor medida.
Un surtido de150 minijuegos mezclando juegos y recordándonos a los divertidísimos NES Remix
Así, cada uno de esos oscuros enemigos añaden tres nuevos juegos a los previos enfrentamientos haciendo que el cóctel final llegue a las 150 pruebas distintas. Estupendo, ¿no? Pues debería serlo…si tienes la gracia para conseguirlo.
A veces nos toca disparar, otras huir de las balas. Las reglas son algo confusas.
Remixes sin chispa
Curiosamente ATARI Mania provoca que las propuestas que toma como referencia cobren mayor importancia haciendo palpable que nada funciona bien por arte de magia. Sí, es muy divertido ver al gusano de Centipede en medio de una batalla de Pong y otras tantas extrañas situaciones, pero eso no garantiza que jugablemente también lo sea.
La exigencia de las pruebas, las malas colisiones de los sprites, la duración excesiva de algunas pruebas y su desequilibrada jugabilidad hacen que jugarlos muchas veces se convierta en un tedio. Tedio por la repetición, por lo aburridas de algunas situaciones y sobre todo por la falta de chispa al presentarlos.
Es muy divertido ver al gusano de Centipede en medio de una batalla de Pong pero eso no garantiza que jugablemente también lo sea.
Jugar a Wario Ware era terriblemente divertido, loco y atrayente para todos pero ese “algo” no está presente en ATARI Mania, resultando en un bonito homenaje con referencias que no todo el mundo será capaz de hilvanar ni reconocer.
Su escasa duración se ve salvada por el factor coleccionista pudiendo obtener carátulas y manuales de instrucciones escaneados de los títulos que se utilizan para crear los minijuegos del título. Sin duda, un añadido que a un servidor le ayuda a recapacitar en lo que supone tener un producto de estas características entre manos… aunque no llegue a más.
El PONG de tus pesadillas toma forma.