Revenant Saga es una muestra más de que todavía le queda algo de vida a la eShop de Wii U. Este RPG de Kemco, una compañía que siempre ha tenido bien nutrida a consolas Nintendo, tiene ese aire de J-RPG clásico que tanto nos gusta, aunque parece que es uno de los muchos aparecidos durante el boom de los móviles (y además en inglés). ¿Cómo será realmente? Vamos a verlo a continuación.
Desde que el Revenant me cambió…
Lo primero, la historia. Estamos ante un relato típico, pero sin llegar a ser del todo monótono. Va a haber algunas sorpresas y los personajes tienen el carisma suficiente para que los recordemos durante un tiempo. En una pequeña aldea, con el fin de ayudar a su amiga de la infancia, nuestro protagonista Albert decide formar parte de un proyecto experimental para curar una epidemia que asola el territorio; pero realmente formará parte del proceso de conversión de humanos a Revenant, personas que son poseídas por un demonio y se convierten en carcasas vacías. Por fortuna la operación se detiene a mitad de camino, y en su cuerpo conviven tanto él como el demonio, que no puede tener el control total.
De esta forma, Albert deberá vivir manteniendo en oculto ser uno de los seres que amenaza su mundo, utilizando sus poderes junto a otros humanos con poderes especiales, como la valquiria Esther. Este hecho no solo tiene significado en la historia, sino que en los combates permitirá un pequeño giro de tuerca como veremos en unos momentos.
El desarrollo del juego es como el de la mayoría de j-RPGs clásicos. Un estilo similar a los 16 bits con vista cenital atravesando el mundo, mazmorras, ciudades y otros lugares en los que los combates serán con apariciones aleatorias de enemigos, salvo en ciertos eventos. Las batallas por su parte, cambian el estilo visual por uno en 3D al estilo de la generación de Nintendo 64. No es la panacea gráfica, y nunca se le pidió.
… luchamos juntos contra el mal
Los combates tienen las clásicas acciones como ataque, movimientos especiales u objetos, pero se añade el efecto de las transformaciones, esos estados en los que se desata todo el poder de los personajes, mejorando sus atributos y obteniendo nuevas habilidades en el proceso. Por el contrario, hay varios aspectos que hay que vigilar, ya que los personajes transformados no pueden ser curados, y si mantenemos mucho tiempo este estado (que puede revertirse) podríamos llegar a perder el control de las acciones de nuestro personaje. Y como no pueden ser curados, tampoco resucitados en combate, por lo que hay que tener pies de plomo con ello.
En cuanto a extensión, la decena de horas no nos la quita nadie, sobre todo si somos de disfrutar de los juegos y no ir directamente al objetivo. El mapa del juego hará que el progreso nos haga ir en “línea recta” durante la historia, evitando tener que ir de una punta a otra constantemente, sobre todo porque con ello acabaríamos hartos de los combates aleatorios. Con las misiones secundarias ocurre algo parecido, pues el objetivo estará generalmente en el siguiente lugar a visitar o incluso en las inmediaciones de la petición.
La música, otro aspecto que suele brillar en este género, se encuentra en un camino a medias hacia el éxito en este caso. Hay pocas canciones y, a pesar de que no son malos temas, el hecho de que se repitan tan a menudo les resta valor y por lo tanto se crea una sensación algo plana en el ambiente.
En definitiva, Revenant Saga es un RPG al estilo clásico y con algunas características propias. Hay objetos especiales que nos invitan a completar cierto número de combates, algún que otro diálogo divertido y unos protagonistas bien trabajados para el tiempo que dura la aventura. Su principal problema (o quizás virtud) es llegar a una consola que está en camino al desuso, cuesta abajo y sin frenos, y con otras ya lanzadas que pueden convencer más.
