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Garage

Tinybuild es una de las desarrolladoras independientes que más están apostando por Nintendo Switch lanzando en ella gran cantidad de títulos en los últimos meses. En esta ocasión nos traen un juego que podemos disfrutar exclusivamente de manera temporal en Nintendo Switch. No hablamos de otro más que Garage.

Devolviendo la muerte a los muertos

Garage es un juego acción que se desarrolla bajo una vista cenital o vertical, como prefieras llamarlo, en donde tenemos que superar una gran cantidad de pantallas aniquilando la avalancha de enemigos en estada de descomposición que se nos echan encima sin cesar al mismo tiempo que intentamos sobrevivir.

Garage presenta mecánicas y una jugabilidad bastante tradicional en el género. Nos movemos con el stick izquierdo y miramos a nuestro alrededor con el derecho. Con un botón repartimos estopa a base de puños o con las diferentes armas blancas y de fuego que se van desbloqueando a medida que avanzamos, a cada cual más poderosa que la anterior.

También tenemos que reconocer que ha habido cierta exigencia en la jugabilidad que propone Garage. Para asestar un golpe certero a los enemigos tenemos que disponer de un pulso de hielo ya que tenemos que ser precisos para acometerlo. Esto eleva la dificultad del título por lo que pasaremos por momento un tanto tediosos a lo largo de la aventura.

Sobredosis de efectos oníricos

En cambio, en cuanto a su apartado artístico nuestras sensaciones han sido positivas. Garage imita un aspecto ochentero y eso se puedo notar en el diseño de entornos así como en los colores empleados, así como en sus melodías. Por encima de su estética destacamos los efectos luminosos y en especial a los filtros que eventualmente se incorporan a la aventura-  Es original, es vistoso y realza el acabado del título.

Por otro lado, entrando en aspectos más técnicos, encontramos los tiempos de carga algo elevados. También achacamos esos momentos de incógnita al abrir puertas, lo cual no sabemos si es un fallo de carga o provocados para aumentar la tensión. El caso es que no sabemos que nos depara las estancias contiguas a nuestra ubicación hasta que abrimos la puerta que la comunica. Una vez abierta, su contenido tarda escasos segundos en aparecer de golpe, momento suficiente para ser atacados por un enemigo de improvisto.

Garage también posee una historia que se desarrolla a través de imágenes estáticas. Todo comienza en un garaje, despertando en el interior del maletero de un coche. Cuando recobramos el conocimientos, no sabemos quienes somos ni como hemos llegado a un lugar tan terrorífico e inundado de criaturas (no hay mucha variedad también hay que decirlo) con ganas de arrebatarnos la vida. Así empezamos a descender por las platas de este infierno en forma de garaje que también vienen a ser el descenso por el propio infierno personal de nuestro protagonista.

Llegamos así a las conclusiones de Garage, en donde alabamos su interesante y original puesta en escena, a la vez que achacamos la falta de un desarrollo jugable más diferenciado del resto de propuestas similares. Al final lo que nos queda de Garage es un título entretenido en el que se siente cierto mimo en su desarrollo.

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