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Neonwall

La compañía independiente JanduSoft, de la que además podemos y debemos presumir pues son españoles, ha creado un curioso juego de puzles y habilidad que homenajea a la cinta de Steven Lisberger y lo que es más importante, lo hace airosamente.

El laser Tag se abre camino

Neonwall nos deja muy claro desde el primer momento que aquí de lo que se trata es de jugar. En esta ocasión, la excusa elegida es que hemos sido abducidos en un pinball por el poder de un rayo y ahora deberemos guiar a la colorida bola en su camino por los también coloridos raíles.

Para ello, haremos uso de dos pistolas que cambian el color de la bola para hacerlo coincidir con el del tramo del camino en que se mueve para que así se desplace más rápido y desbloquee los muros que nos impiden el paso.

La secuencia es sencilla y se entiende mejor con un ejemplo: si la bola es roja, la pistola de la izquierda será verde y la de la derecha azul, por ejemplo, así que si disparamos esta última, la derecha, la bola pasará a ser azul y la pistola cambiará a roja.

Esto lo aprovecharemos tanto para influir en el movimiento de la bola como para acabar con muros (disparándoles con la pistola de su mismo color) o mover plataformas (misma mecánica).

Por supuesto la pistola de cada mano podrá ser de cualquiera de los 3 colores ya mentados, por lo que no podremos aprendernos que la mano derecha sirve para esto y la izquierda para esto otro, sino que habrá que estar atentos en todo momento al tono cromático de nuestra arma.

Con la práctica llega la perfección

En realidad lo de estar atentos será más bien al principio, y es que Neonwall es uno de esos arcades donde la práctica será el camino para alcanzar la perfección.

Si en los primeros compases iremos despacio y pensando qué color tenemos en cada mano y cuál es el adecuado en la situación en que nos encontremos, si somos persistentes automatizaremos totalmente los controles y dejaremos de fijarnos en eso para pasar a mirar únicamente a lo que vendrá. Ahí será cuando realmente empecemos a divertirnos.

Lo bueno es que Neonwall cuenta con una curva de dificultad realmente bien ajustada, donde las primeras pantallas son bastante permisivas pero según vamos avanzando más elementos se irán sumando a las mismas como plataformas móviles, rayos láser mortales o una desesperante cuenta atrás.

Y es que en Neonwall podemos dividir sus más de 30 niveles en 3 tipos: tipo puzle (los normales), tipo carrera (el rayo de la muerte nos persigue) y los contrarreloj (recogiendo más tiempo por el camino).

Lo malo es que cuando empezamos a dominar realmente el juego, casi lo estamos acabando.

Porque no nos engañemos, Neonwall no es largo. Puede que alguna pantalla se nos atragante; cuestión de aprendérnosla.

Además, no trae mas modos más allá del individual, ni un competitivo o cooperativo en modo local ni siquiera rankings online.

Alma de neón

Técnicamente la obra de JanduSoft nos da una de cal y otra de arena. Por una parte los colores neón es obvio que resaltan más sobre un fondo negro, pero 30 pantallas con los mismos elementos y casi el mismo fondo (a veces hay montañas, pirámides…) resulta terriblemente monótono, sensación a la que contribuye su música electrónica, siempre recubierta de un aura oscura que por momentos acrecienta la sensación de victoria al llevar la bola a la meta pero que otras veces aumenta nuestro nivel de nerviosismo más de lo deseado.

Sin embargo, de inicio agradeceremos ver un entorno 3D en un juego de puzles de la eShop, y cuando avancemos lo suficiente y empecemos a cansarnos, vendrán los giros y rotaciones de cámara, que no influyen demasiado en la jugabilidad pero suman en vistosidad.

En lo referente a los distintos métodos de control, aquí también daremos las gracias por haber implementado el uso del apuntando mediante el movimiento de los Joy-Con. Ajustando la sensibilidad de los mismos seremos unos auténticos vaqueros tiñebolas en cuestión de minutos, aunque no siempre apuntaremos con la precisión deseada a los obstáculos, pero serán pocas estas ocasiones.

Si lo jugáis en portátil o con el control tradicional en la televisión, sabed que poder, podéis, pero el juego no se pensó para eso, por ello la experiencia plena solo se consigue desarmando los Joy-Con y apuntando a la pantalla. Es atrevido, más para un estudio pequeño, pero funciona muy bien.

Color en la eShop

En definitiva, por los casi 10 € que cuesta este Neonwall, tendréis un entretenido producto patrio que destaca por su originalidad y su buen hacer con el control. No es demasiado largo, algo que depende más bien de vuestra pericia, pero el equipo ya ha confirmado que añadirá más contenido vía DLC en el futuro, así que si os engancha, contad con que pronto tendréis otra dosis.

No es perfecto, sobre todo muestra una preocupante falta de modos y la música no será del agrado de muchos, pero si os gustan los juegos retantes y sois amigos de los controles por movimiento, Neonwall será una decisión acertada.

Escrito por
Señor Bichos para ti.

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