Se ha hecho de rogar, pero por fin está con nosotros, y vendiendo como rosquillas. La saga Yakuza (actualmente Like a Dragon) se ha convertido en uno de los 3 pilares de SEGA, por lo que no tenerla disponible en una consola Nintendo (salvo aquel remaster de Wii U que no vimos por aquí) era algo que necesitaba solucionarse. Y lo acaba de hacer con Yakuza Kiwami, el remake del primer juego con extras y mejoras. Eso sí, nos sigue llegando en el mismo idioma que el original, es decir, con todos los textos en inglés.
Kiwami significa extremo
Kazuma Kiryu es un yakuza que va a convertirse en cabeza de una nueva rama de la familia, pero un día todo cambia cuando un suceso trágico sacude a dos de sus amigos de toda la vida, y por ello tiene que pasar 10 años en la cárcel hasta que reciba la condicional. A su salida se encuentra un mundo cambiado, varios misterios que resolver y la necesidad de volver a ser el de antes (así es como el juego “capa” al personaje tras los primeros compases y nos toca ir mejorándolo).
Si bien la trama principal nos lleva a colaborar con diferentes personajes para comprender qué ha ocurrido realmente, el protagonismo es para la ciudad. En ella ocurre de todo, se siente viva (teniendo en cuenta la época del juego) y está compuesta por muchos personajes particulares y lugares en los que realizar actividades. Y esa es parte de la magia de Yakuza, que lo mismo estas jugando a los dardos, que compitiendo en carreras de Scallextric o que pegándonos con ciudadanos de todo tipo.
Por tanto, estamos ante un juego que mezcla exploración con muchos diálogos y combates. Estos últimos se basan en ser un beat’em up en 3D en arenas en los que tenemos que reventar a los rivales con varios tipos de golpe y con una “cogida”, pudiendo utilizar diferentes estilos de combate y velocidad (que se pueden cambiar al estilo de DMC). La posibilidad de utilizar distintos tipos de golpe, esquiva y movimientos especiales bastante bestiales le dan fuerza a los combates, aunque es cierto que quizás pueda pegar de machacabotones en ocasiones.
En Switch como un dragón
Al final, introducirse en la vida de la gente y darle un trasfondo a todo lo que ocurre requiere el uso de cinemáticas o secuencias tipo novela visual para mostrarnos su mundo, por lo que a veces el ritmo baja intensidad al durar esas secciones cierto tiempo. Este ritmo también se ve afectado por las batallas aleatorias que nos esperan en varias ocasiones, que además presentan ciertos picos de dificultad en algunos momentos (el juego posee varios modos de dificultad.
Y no se puede hablar de Yakuza sin hablar de su apartado sonoro, Por un lado, la enorme calidad de las voces en japonés, con Takaya Kuroda al frente, se nota en todo momento, y le da a los personajes un carisma y vitalidad que se ve potenciado por unos movimientos faciales que acompañan (en varias situaciones exagerados eso sí). La música por su parte contiene temas de todo tipo, más salvajes, más propios del pop japonés, otros tecno o incluso actuaciones del actor de voz, todo ello para ofrecer un buen apoyo a las diferentes situaciones variopintas que tenemos a nuestro alcance.
Por su parte, el apartado gráfico es bastante fiel con lo que se vio en su versión original de PS4. La resolución ha bajado, y si llevamos jugando mucho tiempo puede haber algún tirón en zonas de exterior con gente (recomendado reiniciar el juego si llegamos a ese punto), pero por lo demás, el trabajo del port es prácticamente impecable. No en vano, es uno de los juegos más pesados de la consola (cerca de 23 gigas), por lo que los recortes son mínimos, y eso se agradece. Además, es algo que nos hace soñar con ver Zero y Kiwami 2 en la consola, dejando el resto para una nueva generación y así tener la oportunidad de disfrutar de la saga en su totalidad.
Yakuza Kiwami es un juego especial. Hay que conectar con él, de la misma manera que ocurre con los metroidvania o con los “souls”. Si ese es el caso, y se es seguidor de la cultura japonesa (ya sea su realidad, sus ciudades, el manga o cualquier otra cosa) seguramente se convierta en una experiencia que forme parte de la vida de cada uno. Al ser el primero quizás es algo más tosco en mecánicas y su ritmo no siempre es constante, pero al final las partes inmersivas consiguen sobreponerse a las malas.
Versión del juego analizada: 1.0.0
