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Análisis de Summum Aeterna

Los españoles Aeternum Game Studios siguen expandiendo el Aeternaverso con, esta vez, un roguelike. Summum Aeterna, a diferencia del metroidvania Aeterna Noctis, no tiene un principio y un final propiamente dichos, ni unos escenarios creados ex profeso para la ocasión llenos de recovecos que explorar, sino que con la excusa de derrotar a la Reina de la Luz y dado que somos inmortales (bueno, no, podemos morir, pero volveremos a la vida en un nuevo ciclo que… es complicado), recorreremos niveles generados de manera procedimental en los que, eso sí, podremos influir gracias a una agradable novedad en el género: las semillas.

No juzgues el día por la cosecha que has recogido, sino por las semillas que has plantado

 

Permitidme la primera persona al confesaros que no soy, y esto bien lo sabéis muchos, un apasionado de los roguelike, sin embargo y dado su buen hacer con su anterior título no tenía dudas en cuanto a que si había algún juego de este estilo que podía llegar a engancharme, ese era Summum Aeterna. Bien, os ahorraré sorpresas al reconocer que, efectivamente, así ha sido, y es que no me esperaba algo tan complejo como lo que hoy tenemos aquí, aunque arrastra males endémicos del género al que pertenece.

Una vez más, toca manejar al Rey de la Oscuridad en su afán de combatir, y es que eso será lo que seguiremos haciendo aquí, de hecho de manera más constante que en Aeterna Noctis. La exploración, aunque presente dado que hay innumerables cofres y salas especiales que visitar, se ha visto reducida en pos de la acción más pura, y es que lo procedimental es lo que tiene, que al generarse las salas y mundos de manera “aleatoria” (mediante algoritmos), nunca estarán tan cuidados como en un juego con un diseño de niveles pensado y estudiado. Por contra las plataformas han ganado presencia, y el mapa, que muestra dónde están los cofres y otra suerte de artilugios que iréis desbloqueando al avanzar en vuestro periplo, nos evitará llegar a zonas sin recompensa alguna habiendo tenido que sortear toda clase de trampas para nada.

Pequeños defectos que se ven compensados por casi todo lo demás, aunque ojalá la ciudad, que nos servirá para cambiar de aspecto, mejorar armadura y armas, comprar mejoras permanentes y hacer germinar semillas (ahora iremos con ellas), entre otras cosas, tuviera mucha más vida e incluso un diseño diferente. Hablando de las semillas, estas son sin duda el elemento diferenciador de este Summum Aeterna, ya que dependiendo de la que elijamos, así crearemos un mundo u otro. Pero no solo hablamos de que tengan una ambientación diferente, con sus enemigos únicos, trampas, etc., es que además, dependiendo de la genética de la semilla, sobre la que además podremos influir, y de su nivel, encontraremos unos potenciadores u otros, podrán aparecer jefes de mitad de nivel, el mapa será más grande, empezaremos con un arma ya en un nivel superior, las trampas nos harán más daño, los enemigos aguantarán más o menos… Como veis, será importante saber cómo modificar la genética de estas semillas, algo que podremos hacer de distintos modos.

Y es que, como imaginaréis viniendo de quien viene, no estamos ante un juego sencillo, aunque al morir, y lo haremos con frecuencia, conservaremos buena parte de los coleccionables que hayamos conseguido antes. No así los modificadores de las armas o el dinero, pero siempre avanzaremos algo, aunque sea un poco, y cada cierto tiempo se nos obsequiará con algún elemento particular, como diseños de nuevas armas. Así siempre sentiremos que estamos algo mejor preparados para enfrentarnos a ese jefe al que casi ni tocamos la última vez. También será importante planificar con qué arma nos enfrentamos a la zona y jefe, o jefes, en cuestión, ya que habrá áreas en las que agradeceremos ir con las pistolas dobles, como la de los vikingos, por ejemplo, y otras en las que la espada y guadañas serán más útiles. Por supuesto en mitad de la partida encontraremos más armas, incluso de distinto tipo, y podremos elegir cambiarlas por las que tenemos o recolectarlas y sumar puntos. Decisiones nada sencillas a veces porque no sabremos lo que nos espera más adelante; ¿pillo esta espada que inflige quemaduras o saco pasta por ella por si más adelante hay otra mejor? Y eso es lo bueno de Summum Aeterna, que nunca estaremos seguros de nada, pero siempre dependeremos de nuestra habilidad para salir airosos. Claro que ir armados hasta los dientes siempre ayuda.

Evidentemente, cuanto más juguemos, más se repetirá todo, aunque el estudio ha intentado minimizar esto lo máximo posible. Las semillas sirven para tal fin, así como el árbol de habilidades, y funciona, aunque en particular notaremos que los enemigos, si bien son distintos en diseño de una zona a otra, repiten patrones de ataque y a veces hasta se parecen entre sí. Visualmente Summum Aeterna recuerda a Aeterna Noctis, y eso es bueno, con escenarios, animaciones y diseños hechos a mano a los que solo podemos achacar que, al verse desde tan lejos, no se lucen como deberían. Gráficamente agradable, algunas veces habrá tirones, que no ralentizaciones, que se producirán cuando haya varios enemigos en pantalla, estemos atacando y usando el dash (esquiva) todo a la vez. En las horas que llevamos jugando nos ha pasado solo un puñado de veces, pero ahí está, y el modo que limita los frames por segundo a 30 no es la solución pues no acaba de estar bien resuelto. Por lo demás, encontraremos escenarios preciosistas que dan sensación de amplitud y un diseño de personajes secundarios que seguirán la (buena) línea vista ya en su anterior juego. Tan solo les pedimos el poder, aunque sea en un futuro, aumentar el tamaño de algunos subtítulos, y que se olviden de poner puntos suspensivos cada dos frases. En lo referente al sonido, estamos ante un título con unos contundentes efectos que además cuenta con una banda sonora con melodías reconocibles por los fans y otras nuevas que hemos acabado silbando después de nuestra sesión; eso es bueno.

Summum Aeterna no es perfecto, ningún roguelike lo es (quizás Hades sea lo más parecido a la perfección en el género), pero está muy bien medido y sobre todo añade un punto de innovación que se agradece y mucho y que hace que sintamos que podemos influir en el devenir de sus mundos. También conserva más cosas a cada ciclo que otros juegos similares, y eso, para quienes no solemos tocar esta suerte de títulos, ayuda a que sigamos adelante. Y si os gustan los retos, aquí encontraréis uno a la altura de su predecesor.

Resumen
Un roguelike que quiere evolucionar el género, y eso siempre se agradece. Quizás el inventario de armas sea un poco limitado (por tipos, no por número de estas), y los enemigos se acaben pareciendo entre sí, pero todo lo demás destaca sobre muchos otros juegos similares. Al final, eso sí, lo procedimental le pasa factura, aunque en menor medida que a sus competidores.
8
Notable
Escrito por
Señor Bichos para ti.

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