Desde Japón nos ha llegado a Nintendo Switch OU, una aventura extraña que entra bien por los sentidos y que promete ser extraña. ¿Estará todo el conjunto a la altura de las expectativas? Antes de verlo con más detalle os avisamos de algo muy importante, y es que el inicio es algo extraño y no se entiende muy bien, y es necesario llegar a cierto momento de la historia para que todo cobre sentido.
Zarry y OU
En esta aventura narrativa encarnamos a OU, un chico que se levanta en un lugar misterioso sin saber nada sobre sí mismo ni sobre la estancia en la que se encuentra. Una zarigüeya de nombre Zarry se dispone a hacerle de guía para ayudarle a salir de esta región llamada U-chronia, aunque la travesía será extraña cuanto menos. Todos los textos están en inglés (hay una traducción al español en camino), pero como hay varias referencias a la cultura mexicana, veremos más de un texto, incluyendo los propios del escenario, ya en español.
El método de avanzar es sencillo, nos movemos por escenarios en dos direcciones, generalmente de derecha a izquierda, con la posibilidad de correr, interactuar con objetos y la posibilidad de realizar una acción adicional, que durante gran parte del juego se trata de lanzar pegatinas. Al lanzar una pegatina en la dirección de un objeto particular, esta se pega al mismo y nos da una descripción del mismo o algo de información extra. Además, existen pegatinas especiales que hacen algo más en ciertos objetos, como la de fuego, que puede quemar madera o lianas.
El juego se divide en una serie de pantallas breves, en las que tenemos que hablar con Zarry y otros personajes, usar nuestras habilidades y resolver un pequeño y muy sencillo puzle que nos permita avanzar a la siguiente pantalla. Todo el avance es lineal, pero en ocasiones el juego nos lleva a un lugar en el que es necesario volver a una pantalla ya visitada para conseguir algo, y aquí es donde está el mayor pero del juego: el backtracking. No se basa en ir a la pantalla que nos interese en cuestión, sino que el juego nos devuelve, por ejemplo, de la pantalla 12 a la 4 para conseguir algo en la 5, y tenemos que avanzar casi siempre linealmente desde la 4 a la 12 todo el camino, aunque no haya nada que hacer en la mayoría de pantallas.
Cortito pero con alguna repetición de más
A lo largo del viaje hay algunos momentos en los que podemos tomar decisiones (o simplemente no hacer nada, que también es una decisión), y eso influye en lo que vemos en cierto momento de la aventura. Este punto de inflexión, del que no hablamos para no hacer ningún tipo de spoiler, cambia totalmente la percepción que nos queda del juego, y la cosa desde el mismo podríamos decir que mejora, aunque es cierto que piede que no ya que algunos elementos se vuelven repetitivos.
A nivel audiovisual el título es una gozada. Escenarios y elementos pintados a mano funcionan muy bien, y solo hay algún momento en el que el personaje puede chirriar un poco, pero nada grave. Por su parte, la música tiene bastante fuerza para acompañar este viaje incierto, sentimental y pensativo, y se queda en la cabeza fácil. En lo técnico no hay fallos, aunque quizás los tiempos de carga entre pantalla y pantalla nos hubiera gustado que fueran más cortos.
OU es una aventura que dura poco, y ver el final nos puede llevar menos de tres horas. Es llamativa en su apartado artístico y la atmósfera es interesante, pero su uso del backtracking y su desarrollo lento con elementos repetidos, son dos apartados que pueden evitar que el enganche llegue desde el inicio. Eso sí, el final está muy bien y es bonito, por lo que ya es cosa de cada uno si el camino inicial merece la pena para llegar al destino, pero personalmente habríamos acortado el juego un poco.
Versión del juego analizada: 1.0.2