Recuerdo que en la década de los 90, cuando tenía solo 6 o 7 años, uno de mis programas favoritos era Humor amarillo (Takeshi castle), posteriormente me lo tragué en las muchas reposiciones de canales como Telecinco o Cuatro. El programa iba de unos “chinos” que tenían que realizar carreras de obstáculos muy locas las cuales acababan con mucha probabilidad con el concursante golpeado o en el agua. ¿Era emocionante? No desde luego, ¿divertido? Pues rotundamente sí. Reconozcámoslo, una de las cosas que nos hacen más gracia al ser humano es ver a nuestros semejantes recibir golpes. Y de esto va Nippon Marathon, de correr y recibir muchos golpes para ser visto por la mayor audiencia posible.
Correr como un “chino cudeiro”
La jugabilidad del título estaría más o menos inspirada en juegos como el de los juguetes Micromachines, es decir, vista cenital pero con nuestros personajes corriendo en circuitos alocados llenos de obstáculos. Sobre el papel la idea es muy buena, pero por desgracia el sistema de físicas es un poco tosco y hace que las carreras pierdan dinamismo y continuamente caigamos.
Las maratones se realizan por tramos inspirados en Japón y están llenos de obstáculos estrafalarios: típicos señores cruzando la carretera con un cristal, perros callejeros con muy mala baba, etc. Lo importante será quedar primero y, sobre todo, no quedarse atrás. Al jugar 4 personajes en pantalla, compartiremos la misma cámara que seguirá a los que vayan primero. Si quedamos fuera de ella por haber chocado, quedaremos fuera de la carrera. Los circuitos están divididos en subtramos que nos dan una pequeña puntuación según la posición que quedemos en ellos, esto determinará el nivel de popularidad del concursante, que vendría a ser el equivalente a los puntos para clasificar al corredor.
Estrafalario no es sinónimo de fealdad.
No vamos a engañarnos, soy consciente de que este tipo de juegos de corte indie en muchas ocasiones tienen que tirar de aspectos retro para poder cumplir gráficamente. No obstante, sin ser exigente, el aspecto gráfico de Nippon Marathon es bastante horroroso. Es decir, aunque los escenarios son más o menos aceptables, no podemos decir lo mismo de los personajes, con aspecto de estar sacados de un proyecto muy amateur o de un estudiante. Otro aspecto negativo son las constantes caídas en la tasa de imágenes por segundo que sufre en las carreras.
No todo es negativo en Nippon Martathon. Lo mejor que presenta el juego es la banda sonora original. Aunque escucharemos la misma canción una y otra vez, esta es excelente dando incluso ganas de correr y jugar por muchas trabas que nos pongan. La podéis escuchar en el tráiler enlazado al principio del análisis.
Cuando todo se hunde nos quedan los amigos.
Jugablemente es justito y gráficamente nefasto no obstante donde tiene algo de sentido el título es en el modo a 4 jugadores. Si descartamos (muy recomendablemente) jugar solo, nos encontramos con la posibilidad de jugar con hasta 4 jugadores usando solo un Joy Con por jugador. Al seguir todos las mismas reglas y luchar con las desastrosas físicas la verdad es que el título gana bastantes enteros.
Nippon Marathon nos provocará risas y piques gracias a las situaciones estrafalarias que nos propone. Este punto hace que podamos sacarle algo de provecho jugando con amigos y, en este sentido, podríamos llegar incluso a recomendarlo si la intención es jugarlo siempre a 4 sin usar personajes controlados por la consola.
Humor Amarillo no era el mejor programa. Todo era “cutre” en exceso, pero divertido al verlo en familia o con amigos. Creo que en ese sentido Nippon Marathon ha conseguido lo que se había propuesto, que era precisamente convertirse en el Humor Amarillo de los videojuegos: Horrendo a ratos, pero divertido con amigos.
