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Análisis de Animal Crossing: New Horizons

La espera ha sido larga, pero ya tenemos con nosotros Animal Crossing: New Horizons, la última entrega de este simpático y adorable juego de simulación en el que ahora más que nunca nos tocará empezar prácticamente de cero, aunque por suerte el Plan de Asentamiento en Islas Desiertas de Nook Inc. nos brindará los elementos necesarios para empezar, como un techo, una cama y un billete de ida a nuestro destino: una isla desierta plagada de vida y posibilidades.

Veamos, a la par que analizamos, cómo es la vida de un isleño en 10 días.

Crónicas de viaje

Día 1

¡Me voy de viaje hacia una nueva vida! ¡Qué ilusión! He tenido que elegir entre una serie de islas en los hemisferios norte y sur. Norte es casi primavera, así que he decidido ir allí. Pero lo primero es lo primero: el pasaporte. En él se me pregunta si soy chico o chica y además tengo que poner mi foto, suerte que he podido peinarme como he querido (aunque sin demasiadas opciones en un principio), arreglarme nariz, ojos y boca y pintarme colorete en las mejillas. Bueno, yo creo que ya está. Ah, que además tengo que decidir qué me llevaría a una isla desierta… ¡algo para entretenerme, está claro! Bueno, vamos allá.

El viaje en el pequeño hidroavión de Dodo Airlines no ha estado mal, aunque otros viajes en tren o autobús me han gustado más, sea como sea, ya estamos aquí. De momento somos 3 vecinos, Tom Nook y Tendo y Nendo, los sobrinos de Tom. Dicen que están ahí para ayudarnos, pero la verdad es que ya de inicio nos han dado bastante libertad. Yo he puesto mi pequeña tienda al lado de un estanque donde suele haber renacuajos y los otros dos vecinos me han pedido ayuda para instalarse. Les he aconsejado que se pongan cerca del mar, allí las vistas son una pasada cuando anochece, con un cielo que va del rosa claro al naranja fuerte antes de ver las primeras estrellas. Me han hecho caso y como además les ha gustado el nombre que he elegido para la isla, me han nombrado portavoz vecinal

Creo que por hoy ha sido suficiente, así que me voy a mi tienda a echarme en la cama y escuchar un poco la radio antes de dormir.

Día 2

No he dormido mal, pero podría haber dormido mejor, en fin, todo llegará, mientras tanto voy a ver a Tom Nook para ver qué puedo hacer ahora; me dijo que le preguntara a él cualquier cosa y eso haré.

Vaya, si lo sé no voy, lo primero que me ha dado han sido los buenos días y justo a continuación una generosa factura de 59 800 bayas que, menos mal, podré pagarle a plazos. ¡Ah! También me ha dicho que puedo pagar con millas Nook, unos puntos que recibiré, básicamente, viviendo en la isla; solo por venir me han dado algunas de hecho. Puedo ganar más pescando, saludando a otros vecinos, cazando bichos, sembrando flores, vendiendo fruta (si es de otras islas, mejor), vendiendo conchas, amueblando mi casa, etc. Al menos me ha regalado un Nookófono, nunca había tenido uno y la verdad es que te hace la vida mucho más fácil. Por ahora tengo pocas aplicaciones como la cámara, con varias opciones como zoom, marcos y unos pocos filtros, Mis diseños, donde hacer patrones simples, Pasaporte, para cambiar la foto y mi título, Mapa, para ubicarme, especialmente útil al principio, y Millas Nook, donde consultar qué actividades pueden darme millas.

También he hablado con Nendo quien me ha dicho que mañana su tío impartirá un taller de bricolaje. Iré, creo que será una de las cosas más importantes de mi nueva aventura. Hoy de momento miraré el tablón de anuncios y hasta puede que me anime a escribir algo en él. 

Día 3

Me levanto, salgo a la calle y veo que Nintendo me ha mandado un regalo, ¡un banco de bricolaje! Creo que es el momento de tomar ese curso que imparte Tom, así que allá voy.

Nada más verle me salta con la noticia de que sus sobrinos han empezado una tienda ya que ya estamos todos instalados. Me parece bien, luego iré a visitarles a ver qué tienen.

En cuanto al bricolaje, la verdad es que es bastante sencillo, solo tengo que reunir materiales como ramas, madera, piedras, hierro, hierbajo… (hay más que nunca) y, por supuesto, saber bien cómo voy a hacer lo que voy a hacer, algo que se consigue con las instrucciones, claro está, llamadas aquí proyectos. Por la playa me encontré una botella y tenía de hecho un nuevo proyecto dentro, y por lo que me han contado pronto habrá nuevas formas de conseguir más, ¿pero cómo? Bueno, ya me preocuparé más tarde, por ahora aprovecharé para crear una caña y una red endebles; sí, no tardarán mucho en romperse y tendré que hacer otras, pero en estos momentos es lo único que puedo hacer. Aquí todo tiene su propio ritmo. También podía haber comprado estas cosas en la tienda de Tendo y Nendo, pero por ahora mejor ahorrar, ¡que tener un hogar no se paga solo! Aunque sí que he comprado un par de cosillas desde TeleNook, una especie de cajero que tiene tanto productos como ropa, suelos, paredes o complementos pero también elementos para decorar la isla y mejoras esenciales, como mayor hueco en mis bolsillos o la posibilidad de elegir herramientas a través de un acceso rápido en forma de ruleta, ¡qué útil! Estos últimos se pagan todos con millas, así que tendré que esforzarme por vivir más y preocuparme menos.

A todo esto, mi Nookófono ha recibido una nueva app, Creaciones, donde consultar los proyectos que ya sé hacer y qué me hace falta para construirlos, y también me ha picado una araña y casi un enjambre de avispas, menos mal que me metí en la nueva tienda que aún estaba abierta.

¡Hala! Con la tontería se me ha hecho de noche, y es que aquí el ritmo pasa de manera normal (claro, cómo si no). Veo luz en la tienda de Anacarda, así que creo que iré a saludarla y me iré a dormir.

Día 4

¡Grandísimas noticias! A base de recoger hierbajos, fruta, peces y conchas he podido pagar mi tienda, pero ahora estoy pensando en hacerme una casa, a lo que por supuesto se ha ofrecido Tom Nook, ¡parece tan amable y desinteresado este mapache! Además, con la construcción de la casa, de la que además he podido elegir el color del tejado, he recibido también una mejora en el programa de millas con acceso a las millas Nook+, que al parecer son misiones sencillas que van rotando cada cierto tiempo o al ir completándolas y que van desde vender hierbájos hasta pescar 5 peces, talar un árbol, personalizar objetos… ¡Hablando de ello! Como tengo casa nueva, he hecho una mesa de madera y un par de sillas y las he personalizado. En algunos objetos puedo elegir un patrón, patrones que además puedo crear para usar en ropa, suelo, paredes y como maquillaje, pero en otros solo puedo cambiar el color, como es el caso. Creo que verde quedará bien…

Hoy también he oído decir a Tom Nook algo de un amigo suyo que tiene un museo. Al parecer, esta isla tiene un ecosistema de lo más rico y variado y para que yo mismo tome nota de ello me ha instalado la app Capturapedia donde ver, en miniatura o en grande, lo que he capturado hasta ahora.

Tom también me ha enseñado algunos proyectos simples para hacer en mi banco de trabajo, como el hacha, al fin. La pala también está ya cerca.

Algo de charla con los vecinos (hay que estrechar lazos), un paseo por la playa y a dormir, que mañana promete ser interesante, como todos los días desde que he venido.

Ah, he comprado nabos.

Día 5

Voy de nuevo a ver a Tom, ¡y qué coincidencia! Justo estaba hablando con Sócrates, su amigo el del museo. Dice que va a abrir aquí un pequeño laboratorio donde identificar fósiles y al que podré llevar los insectos y peces que capture. Además, ahora el cajero deja encargar, previo pago de millas, más artículos, como nuevos tintes para el pelo, peinados, cupones y hasta diseños de nuevas herramientas. ¡Todo es poco!

Dicho lo cual, hora de viajar a otra isla. Con un cupón de millas Nook puedo ir al aeródromo y que Rafa, junto a su compañero Rodri, me lleve en avión a parajes aleatorios, aunque si viajo mucho es posible que se repita el destino. De cualquier forma, poco importa, en estas islas suele haber fauna y flora diferente a la de donde vivo yo ahora y también es probable encontrar a viajeros que, quién sabe, quizás estén buscando un lugar en el que instalarse definitivamente, siempre puedo proponerles que sean vecinos míos.

Nota: de vuelta en el aeródromo tengo que mandarle una postal y un regalo a la nueva residente. Ha venido desde donde yo solía vivir y se ha instalado hace nada. Antes he pasado un rato muy divertido con ella cazando mariposas y enseñándole cómo es la vida aquí y quiero agradecérselo. Además, ha habido un momento en el que ella ha tomado el control y hemos ido siempre donde ella decía, ¡si me alejaba o me dejaba atrás parecía como si me teletransportase a su lado! Podían haberse venido 2 amigos más que también tuvieran su propia casa en esta isla, pero no han querido. También juntos hemos ido a ver a una tal Pili que vendía ropa en la plaza.

Día 6

¡Viva! 3 nuevos vecinos han llegado a la isla atraídos por lo bien que estamos decorando todo esto, ya que no solo es importante tener una casa bonita, sino que lo fundamental es llegar a tener un pueblo bonito y rebosante de infraestructura y decoración. Eso sí, me toca buscarles un sitio agradable y hacerles unos cuantos muebles con los planos que Tom me ha dado.

Hemos crecido tanto en tan poco tiempo que incluso hemos inaugurado un pequeño puente, bastante rudimentario, con el que acceder a zonas de la isla hasta ahora inexploradas, ¡no hay día en el que no vea algo nuevo! Incluso podré ir todavía más allá ya que el bueno de Tom (empiezo a sospechar que es un poco usurero) me ha facilitado los planos para una escalera y una pértiga con las que acceder a zonas altas (nunca había visto tantos niveles) y sortear ríos de una forma atlética y elegante (que no está reñido).

Antes de nada veo que Pili ha vuelto a pasarse por el pueblo, perfecto, me apetece cambiar de estilo, aunque no hay mucho para elegir, sin embargo parece ser que tiene idea de abrir aquí una tienda junto a su hermana, ¡cruzaré los dedos!

Casi de noche acabo los muebles que me ha encargado Tom, por lo que procedo a investigar un poco la isla, desenterrar alguna almeja, regar mis plantas y redecorar mi casa, algo muy sencillo al poderlo hacer como en un juego para Nintendo 3DS llamado Happy Home Designer y en uno para móviles que se llama Pocket Camp.

Día 7

Los nuevos vecinos ya se han instalado y Tom ha anunciado que pronto Hermanas Manitas abrirá sus puertas, ¡al fin! Tom me ha dado unas vallas con las que delimitar mi parcela o poner a mi conveniencia, basta con que las seleccione una vez y ya las llevaré en la mano para ponerlas una detrás de otra. Al parecer, esto mismo lo podré hacer más adelante con aceras, muros y otras instalaciones, pero no quiero adelantarme, eso llegará cuando tenga que llegar.

Por la tarde, poco que hacer. Fuera llueve a cántaros, lo que eso sí crea un efecto maravilloso. Aquí todo se ve de fábula, lleno de color y vida, incluso mis vecinos lucen mejor que nunca, con un aspecto adorable y achuchable, y cuando la lluvia o el viento arrecian, los árboles se mueven con fuerza y todo adquiere otra tonalidad. Es maravilloso poder ver todo esto, siempre lleno de detalles, como las gotas que caen por la ventana al estar dentro de casa o al salir y ver caracoles por las rocas. Y la playa, es tan bonita de ver y desprende tanta calma. Aún no he podido meterme (no hablemos ya de bucear), pero me lo paso pipa tomando el sol y sobre todo pescando, aunque aún no he visto tiburones tampoco y me parece raro, claro que menos mal, porque un día había un náufrago tumbado en la playa. Eso sí, haberlos, haylos.

Día 8

¡Vaya cambio la oficina de gestión vecinal! ¡Así da gusto amanecer! Pero ya está bien de dedicarme a la vida contemplativa, que llevo toda la mañana de aquí para allá haciendo nada salvo relajarme con la maravillosa música que suena todo el rato, toca crear una zona para que la gente pueda venir de acampada. A más visitantes, más experiencias para compartir (cada uno tiene su propia personalidad) y más posibilidades de que alguien se mude, sin olvidar que es también más gente con la que charlar, que empiezo a creer que mis vecinos se repiten más que el ajo, es algo que también me pasaba en mi otro pueblo por lo que creo que es un mal endémico de estos animales.

Para relajarme creo que volaré hasta cayo Fauno, un lugar en el que hacer fotografías de mis vecinos en un estudio llamado Fotopía en distintos ambientes/habitaciones, pudiendo llamar a gente de la isla o a gente que vive fuera vía NFC… que no sé ni lo que significa pero que también sirve para que vengan de acampada.

Está bien y la cámara aquí es libre, no como en el modo foto de mi isla, que está bastante limitado.

¡Ostras! Se me ha pasado el tiempo volando, creo que voy a volver ya a mi isla a dar un paseíto de última hora, charlar con Liana (creo que voy a regalarle una concha que he cogido antes) y quién sabe si no me dará tiempo incluso de recolocar las flores del jardín a ver si puedo crear algún híbrido. Es lo bueno de vivir aquí, parece que siempre hay cosas nuevas por muchos días que pasen. Y las noches no son tan aburridas como en otros pueblos donde he vivido, ahora puedo dedicarme a ganar millas con las misiones y el buzón de compraventa de la tienda trabaja 24 horas.

Día 9

Como ya está abierto, me he acercado a Hermanas Manitas a ver el género. Ahora no solo venden lo que tienen expuesto, sino que hay mucho más disponible. Además, Pili es tan maja que lo que me quite (porque me he comprado algo nuevo, claro está), lo enviará directamente al trastero de mi casa, que es algo que no había tenido hasta ahora en el pueblo del que vengo pero que viene la mar de bien para guardar todo aquello que no utilice pero que pueda necesitar en un futuro, así no gasto espacio innecesariamente, que no sobra y ¡siempre hay tantísimo que me apetece comprar o construir con mis propias manos!

Tras ello, sigo investigando la parte alta de la isla. Está llena de malas hierbas pero también de unos árboles que no están donde yo vivo y que rodean lo que es ya todo un museo. Oh, sí, pagué por que lo cambiaran de emplazamiento y me costó un buen dineral, pero mereció la pena, una instalación tan formidable no podía estar en cualquier sitio. Siguiendo con la flora, hay muchas cosas que afectan a su crecimiento, como pasa con algunos bichos, que solo salen bajo condiciones específicas, ¡es lo que tiene estar en un mundo vivo! Y los peces, anda que no me lo han puesto difícil hoy algunos en el reto de pesca en el que he participado.

De vuelta a casa y tras haber asfaltado la calle de lo que yo llamo el barrio pudiente (con un patrón que he dibujado yo, nada de florituras), es hora de cambiar un poco de imagen. Sí, es algo que puedo hacer en cualquier momento con solo acercarme a un espejo, ¡y me encanta!

Lo mismo hago con mi ropa, abro el armario, elijo el pijama y a dormir, que mañana promete.

Día 10

¡Otro vecino se ha instalado en la isla! Además, lo ha hecho en uno de los solares que yo reservé para tal fin, por lo que recibiré una pequeña comisión. Veo también que hay otro vendedor en la plaza, más tarde hablaré con él, a ver si consigo convencerle para que abra aquí una tiendecita, seguro que el resto de vecinos me lo agradecen; de hecho, voy a consultárselo a Tom Nook.

Vaya, como ha crecido mucho la isla, cada vez hay más opciones disponibles en la oficina de gestión vecinal, como el poder hacer rampas o puentes para no estar todo el rato con las herramientas a cuestas, pero cuestan un ojo de la cara (se me ha notado el disgusto por la expresión que he puesto, me la enseñó un vecino, por cierto, a eso se dedican ahora…). En fin, habrá que aportar nuestro granito de arena, aunque sea poco a poco, total, voy a estar aquí mucho tiempo.

Sé que aún me quedan muchas cosas por aprender, como poner calles, compartir mis diseños y hasta modificar (un poco) el terreno, creando así nuevos caminos, rampas naturales y hasta cascadas, por lo que no tengo prisa. 

También estoy deseando el poder invitar a amigos de otras islas de todas las regiones del mundo a que vengan a conocer la mía, ¡imaginaos lo que 8 aldeanos podemos hacer en una tarde! Aún es pronto para ello, pero tiene que estar muy bien.

Ahora, de momento, toca centrarme en lo importante que es llenar la isla de vida y decorarla como a mí más me guste, aunque no puedo evitar preocuparme por el bienestar de los demás, parece mentira que unos personajillos a los que acabo casi de conocer me generen tanta ternura (a mi edad). Todos estamos preparando la llegada de un invitado muy especial, pero mientras llega, me concentraré simplemente en divertirme y disfrutar de esta mágica isla llena de posibilidades de la que creo que no he rascado sino solo su superficie.

Resumen
Animal Crossing: New Horizons es tan pausado como imaginábamos, aunque el rollo isleño en tienda de campaña tarda demasiado poco en dejar paso a cosas mayores. Es un Animal Crossing de los pies a la cabeza que expande hasta lo insospechado lo visto en juegos anteriores y añade funciones que le sientan de maravilla, como la creación. Aun con todo y pese a corregir o mejorar funciones de juegos anteriores, sigue teniendo elementos que se repiten con más frecuencia de la deseada. Lo que no quita para que llegue a convertirse en el juego más jugado de vuestra Nintendo Switch, de la nuestra ya va camino.
9
Genial
Escrito por
Señor Bichos para ti.

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