Aluna: Sentinel of the Shards nos trae mitología ínca del siglo XVI a nuestras consolas en forma de RPG de acción, con cierta inspiración en los grandes como Diablo. Seguramente para algunos no sea un nombre nuevo, y es que este título se basa en un cómic, así que si por algún motivo lo conoces, este juego te va a gustar el doble.
Aluna, mestiza con poderes
En este juego manejamos a Aluna, la hija de una nativa y un conquistador español que cuenta además con un cristal mágico que le da poderes especiales. Sin embargo, la paz se acaba pronto con la amenaza de cierto enemigo, lo cual invita a la protagonista a buscar más cristales para así tener el poder de defender su hogar.
Su aventura se presenta con una vista aérea que nos ayuda a ver los distintos elementos y enemigos en pantalla, y la mecánica principal es el combate con armas dispares que cuentan con diferentes características y que pueden combinarse con magias también. Eso se combina con una esquiva con el stick derecho que puede ser algo extraña al inicio, pero que al final funciona bien.
Interiores y exteriores
La cantidad de localizaciones es interesante, y podemos ver desde templos hasta la jungla mientras jugamos, y los jefes temáticos de cada lugar hacen más especial la representación. En definitiva, buena ambientación y un combate decente que responde bien, aunque puede que a veces las hit boxes de los enemigos no estén bien delimitadas y que hay veces en las que la fluidez se pierde, especialmente tras finalizar una escena de vídeo.
En lo audiovisual se nota que no estamos ante un portento, pero pese a ello se nota que hay un esfuerzo por mostrar lugares con cierto fotorrealismo y captando la esencia de la zona representada. La música cumple, y las voces (en inglés, textos en español) están muy bien, pues son además las mismas del motion comic de Aluna.
Aluna: Sentinels of the Shards es una propueta interesante que gustará sobre todo a los que conozcan la serie, pero que no consigue destacar por encima de otros títulos de su género. Consigue no hacerse repetitivo durante sus 9 horas de duración y en general la experiencia entretiene, pero bien es cierto también que arriesga poco en lo jugable.
