En un mundo en el que los Soulslike, los metroidvania y los juegos de acción en 2D están en todas partes, un par de desarrolladores húngaros decidieron que un viaje a Irlanda les inspirase para utilizar el lore de esa cultura y así desarrollar Mandragora, un juego junto a un equipo que ya supera la decena de personas. La versión de Switch sigue sin fecha (o quizás sea porque se va a su sucesora), pero en el resto de plataformas llegará en abril, por lo que esperamos que no tengamos que esperar mucho más para jugarlo en Switch.
Un mundo 2D lleno de vida en 3D
En Revogamers hemos tenido la oportunidad de asistir al evento de Mandragora en la que el publisher My.Games nos mostró junto con algunos miembros del equipo de Primal Game Studio su obra que llegará dentro de poco para ofrecer dosis de fantasía oscura que tiene un desarrollo 2.5D (es decir, desplazamiento en dos dimensiones y elementos tridimensionales).
Uno de los aspectos más interesantes del juego es que se intenta que la experiencia de cada jugador sea lo más propia posible. Esto se consigue gracias a diferentes decisiones que afectan al final, un enorme árbol de talentos con más de 200 mejoras posibles en habilidades pasivas y activas, en centenares de armas disponibles (entre los diferentes modelos de espadas, martillos y otros) y en 6 clases de personaje con sus propias características (aunque el árbol nos permite obtener “prestadas” acciones de otras clases).
Además de los detalles personalizables, hay otros aspectos que se han buscado ensalzar para darle valor a la producción, como traducción a múltiples idiomas (entre los que se encuentra el castellano), música del compositor griego Christos Antonoiu y un set de 21 actores de voz en inglés para darle vida a los personajes.
Muchas posibilidades para crear “tu aventura”
A la hora de jugar, tenemos un personaje que comienza sintiéndose pesado, tal y como ocurre en los Souls, con ello se busca potenciar los combates. Es más, 15 jefes y muchos minijefes nos esperan en nuestro viaje, además de muchos más enemigos comunes. Hay energía que se consume usando nuestras acciones en combate, por lo que la estrategia a la hora de medir nuestros ataques y movimientos está muy presente.
Su parte de desarrollo metroidvania viene dada por la exploración. Existen diversas habilidades que nos permiten acceder a nuevos lugares, por lo que el propio mapa nos a bloqueando el camino de los lugares a los que no podemos acceder hasta que no consigamos a capacidad de, por ejemplo, usar el gancho. No obstante, este elemento no tiene en esta aventura tanta vertiente de backtracking como la propia de sus inspiraciones, sino que volver atrás es algo que no se está haciendo tan a menudo.
Lo que sí se potencia son las conversaciones con los NPC y sus misiones secundarias, que buscan ofrecernos incluso acceso a lugares que de otro modo no podríamos visitar, para que así aumenten el lore del mundo que estamos explorando. Lore que viene además reforzado por su apartado visual, con escenarios llenos de detalles que invitan a incluso pararse a apreciarlos en ocasiones.
Queda todavía tiempo para que veamos Mandragora en nuestra híbrida favorita, pero ya os adelantamos que va a ofrecer una experiencia de muchas horas y muy medida que a los fanáticos de los combates estratégicos y con calma les encantará. No se trata de un juego que reinvente lo visto en los títulos en los que se inspira, pero sabe jugar bien todas sus cartas.
