Travis Touchdown ya calienta los motores de su Schpeltiger para su vuelta a consolas Nintendo este 18 de enero después de no haber dejado indiferente a nadie con dos entregas en Wii que crearon y asentaron a un héroe tan socarrón como memorable. Vuelve Travis y lo hace de una forma que nos resultará familiar y diferente a la vez. ¿Eso es bueno? En un mes lo sabremos seguro, mientras tanto os contamos qué nos parecieron nuestras primeras partidas a este spin off que llevará por sobrenombre Travis Strikes Again.
Misma base para un juego muy diferente
Travis Strikes Again: No More Heroes no se parece a ningún juego al que hayáis jugado anteriormente, si acaso a las dos entregas principales, pero solo en el fondo. Es algo que cuesta asimilar porque todo estará ahí: la Beam Katana, el ¿héroe?, la moto, los asesinos y hasta Jeane, nuestra gata, pero que tampoco resulta raro primero por tratarse de Suda51 y segundo por ser su juego más personal de los últimos años y también, probablemente, el que ha contado con un presupuesto más ajustado.
Que esto no os eche para atrás; los dos No More Heroes se caracterizaban por una mecánica que se basaba en enfrentamientos a espada y llaves de lucha libre contra esbirros hasta llegar a un (memorable) jefe final y de vez en cuando intercalar algún que otro minijuego, como usar la katana como bate o manejar un robot gigante. Todo esto sigue aquí, de hecho, puede que la variedad sea aún mayor, veremos en la versión final, pero es cierto que todo se ha segmentado más, es decir, los combates a espada por un lado (ya no hay llaves que aprender o realizar, un minuto de silencio), los pequeños puzles por otro y los minijuegos por otro.
Como muchos ya sabréis, la historia de este Travis Strikes Again gira en torno a cómo la videoconsola Death Drive Mk II abduce a Travis y este debe enfrentarse así a varios juegos, concretamente 7, dando como resultado zonas de lo más variadas y enemigos y personajes amigos de lo más sorprendentes, de hecho, buena parte de ellos serán glitches y otros errores de programación. Lo que puede que no sepáis es que esa es una historia dentro de otra historia, es decir, hay vida más allá de esos 7 juegos en lo que se conoce como Travis Strikes Back. No sabemos mucho más salvo que existe, puede que sea una grata sorpresa o que se quede en cuatro escenas animadas sin peso jugable, pero siempre es agradable sumar contenido.
En cuanto a los juegos en sí, tuvimos la ocasión de jugar a dos de ellos. El primero, Life is Destroy, nos hacía jugar primero en un típico barrio periférico estadounidense donde mover las manzanas para entrelazar las calles de manera que se abrieran nuevos caminos, y más tarde, dentro ya de una mansión, empezaba la fase de combate que tantas veces habréis visto a estas alturas aunque en decorado distinto.
Ataque flojo, ataque fuerte, esquiva y salto, es casi todo lo que os hará falta para salir airosos, o eso parecerá al principio. Cuando muráis, porque moriréis, aquí la vida no se regenera de forma automática, entenderéis que las habilidades están ahí para algo. Podremos equipar hasta 4 de estas, aunque descubriréis muchas más, y serán la clave para salir airosos y lo que diferenciará a este juego de sus predecesores. Además, serán distintas entre Travis y Bad Man, el otro protagonista del juego y personaje siempre seleccionable en lugar del héroe habitual.
Hablando de Bad Man, este será, por norma, a quien controle el jugador 2, ya que no hay que olvidar que ahora contamos con un modo multijugador, y podremos acceder a él en cualquier momento de la partida. Además, el manejo del juego es tan sencillo que cada uno podremos utilizar un solo Joy-Con. Tanto Bad Man como Travis suben de nivel, algo que no habíamos visto antes en la saga, y al hacerlo aumentarán nuestros puntos de vida máximos y también la potencia de nuestros ataques. El subir de nivel (¿levear o levelar?) será una técnica a la que puede que tengáis que recurrir, ya que no todos los juegos de la Death Drive Mk II serán igual de sencillos e incluso puede que hasta un jefe de mitad de nivel (el propio juego se burla de esta denominación) os compliquen la travesía más de lo deseado.
El segundo juego al que tuvimos acceso fue más original todavía, ya que primero nos proponía una carrera al más puro estilo Tron, al menos estéticamente, para luego intercalar las zonas de acción ya comentadas.
Pero claro, incluso las carreras no podían ser típicas estando Suda51 de por medio. De lo que se trataba era de saber cambiar de marchas, colocándose cada vez que reiniciábamos la carrera la caja de cambios de una manera diferente. Lo mejor vino cuando nos dimos cuenta de que teníamos que, y perdonadnos el pequeño spoiler, perder para poder avanzar. Un toque muy del autor y que no será el único que veréis del estilo. Tras comprender esto, tocaba conseguir una nueva caja de cambios, lo que suponía derrotar esbirros (los hay de varias formas y con ataques diversos) y arrebatársela al jefe de mitad de nivel.
Como veis, son solo dos ejemplos de lo mucho y variado que nos espera en un juego que no es No More Heroes ni lo pretende. Travis Strikes Again tiene todos los mimbres para conseguir ser un ente propio con la suficiente presencia, aunque se le nota en determinados aspectos, como ciertos detalles visuales, que no es un triple A. Es, como lo fueron los otros, un clase media centrado en divertir, gamberro y con un fondo mucho mayor del que parece a simple vista. No es solo una retahíla de juegos, hay más historia detrás, y tampoco podemos olvidar que será todo un homenaje al mercado indie; ¿en forma de camisetas? Sí, en forma de camisetas.
