Ya queda menos para la entrega de los premios de los juegos del año, los The Game Awards (TGA), y como siempre la polémica está servida. Lejos del “este juego no debería de estar” y el “debiera estar este otro”, esta edición ha destacado como candidatos a dos títulos los cuales, aunque hayan generado una repercusión más que notable, no tienen la etiqueta de “premiable” o de favorito. ¿Que a cuáles me refiero? Cualquiera que haya seguido otras ediciones destacará la presencia de un título independiente, Hades. y cualquiera que vea los banners de los candidatos, sea seguidor o no, verá un título que rebosa de color, Animal Crossing: New Horizons. La inclusión de un juego indie en este listado no puede ser motivo más que de celebración para los que disfrutamos de este medio, pero no quiero hablar de este tema en el presente texto, quiero centrarme en el que es para mí es el juego del año, New Horizons.
Puede que alguno se haya escandalizado, compresible debido a la contraposición a lo que estamos acostumbrados, o incluso que haya dejado de leer el texto debido a mi elección. ¿Cómo puede ser este el juego del año? Bueno, expresaré mis reflexiones intentando hacer llegar el porqué de esta decisión, lo cual no deja de ser una ardua tarea ya que lo que transmite Animal Crossing solo puede desarrollarse por el medio de los videojuegos.
Y precisamente quiero empezar aquí. Desde mi punto de vista, para definir “el mejor videojuego del año” me suscita que quien debe conseguir el galardón es un videojuego (ahora es cuando llega la segunda baja de lectores). Espera, ¿los otros candidatos no son videojuegos? Claro que lo son, y muy buenos. Se asume como juego “premiable” de los TGA un juego con alto presupuesto en primer lugar, que sea una aventura de un jugador, y si tiene un perfil cinematográfico mejor. Paso al ataque, ¿The Last of Us Parte 2 (el favorito) puede desarrollarse en una película, serie y/o libro? Probablemente sí, pero ¿puede desarrollarse Animal Crossing: New Horizons en alguno de los medios nombrados? Claramente no.
Defender a New Horizons haciendo alusiones y “destrozando” a los otros candidatos no es la mejor idea, pero la culpa es de mi texto con un claro tinte reivindicativo. New Horizons es un juegazo, hablando desde el punto de vista técnico. Estéticamente hermoso, jugando con los colores como pocos hacen; una música extraordinaria con multitud de sintonías adaptadas al horario y al tiempo meteorológico, y por supuesto especial mención a los efectos de sonido; jugablemente es una delicia, intuitivo y con grandes avances en los denominados ”quality of life”; y por último, con una duración eterna. Siguiendo los clásicos cánones para analizar un videojuego, parece que cumple los requisitos de un candidato a juego del año, pero, ¿qué hace a este juego especial? Esta es la gran pregunta, y extremadamente complicada de contestar.
Una de las definiciones que más he escuchado para etiquetar la saga Animal Crossing es la de “simulador de felicidad”, y no faltando razón a este término, creo que se queda un poco corto ya que no siempre pretende ser alegre. Los personajes que constituyen “tu” mundo son los claros protagonistas, en ellos es donde reside una de las claves del título. Cada personaje corresponde con una personalidad distinta ajustándose a una manera de ver la vida, lo cual hace reflexionar al jugador sobre muchos temas como la felicidad, el existencialismo, o incluso posturas políticas. Todo lo que en otros juegos “te tiran a la cara” para que te enteres de su mensaje, aquí es intuitivo y sutil, tan sutil que en múltiples ocasiones no eres ni siquiera consciente. Porque Animal Crossing va de muchas cosas si quieres prestar atención. Si no quieres atender, no va de nada, depende de lo que el jugador quiera en cada momento. Una experiencia libre de verdad, sin obligaciones, sin objetivos impuestos.
Sí es cierto que, independientemente de cómo te tomes el juego, uno de los pretextos principales de la saga es decirte lo siguiente: calma, tomate tu tiempo y disfruta del momento. Viviendo en la era de la inmediatez, el mensaje principal de Animal Crossing: New Horizons cada vez es más poderoso. Es un juego que, aparte de ser un reducto donde refugiarse del mundo, también te hace más fuerte para cuando vuelvas a él. Y esto va más allá de lo concebido inicialmente por un juego, es por ello por lo que Animal Crossing es tan grande, es capaz de trascender el videojuego, no quedándose solo en la superficie del entretenimiento.
Me gustaría destacar también el componente multijugador y de conexión entre jugadores que ofrece el título, pero debido a lo variable que puede ser esta experiencia dependiendo de con quién tengas la suerte de jugar solo me he centrado en el juego base. Dicho esto, y volviendo al término de transcendencia, lo que Animal Crossing New: Horizons ha logrado unir a las personas pocas o ninguna vez se ha visto antes. Desde entrevistas hasta bodas reales se producen en este juego, aprovechando el componente social del título. Lo que ofrece Animal Crossing solo lo ofrece Animal Crosing; y no, no se puede expresar en unas simples líneas. Pero por poner algún paralelismo de la vida real, New Horizons es el mensaje impreso en los azucarillos cuando desayunamos fuera de casa, que nos dice algo que nos hace reflexionar y nos recuerda lo maravillosa que es la vida. Un semáforo regulado por la velocidad que nos avisa que para seguir por la vía hay que ir más despacio porque vamos demasiado deprisa.
Llena de webs con publicidad intrusiva y con dudosa credibilidad, la prensa del videojuego (encargada de seleccionar el ganador) tiene la oportunidad de manifestarse frente a las tendencias y poderes internos que limitan su libertad. Está claro que el TGA no es el campo más neutral, e incluso probablemente sea uno de los escenarios más viciados que existen. De hecho, en el hipotético caso de que Animal Crossing: New Horizons salga vencedor del galardón seguramente no sea por los argumentos que he descrito anteriormente. Pero este hecho sería un paso más al cambio: hay juegos para todo y para todos, y que merecen también su reconocimiento. Si la industria del videojuego quiere ser algo más que una industria de entretenimiento, que New Horizons se llevase la estatuilla es uno de esos pasos que se tienen quedar, ya que lo que proporciona al jugador es exclusivo de la saga y va más allá del simple entretenimiento.
Si has conseguido leer hasta aquí, quiero sobre todo darte las gracias. Recalco mi firme ilusión de que la saga Animal Crossing obtenga por fin su reconocimiento en la crítica del videojuego. Una saga que ha encandilado los corazones de una parte importante de jugadores convirtiéndose en uno de los mayores éxitos de la historia de la industria.
No sé lo que pasará en la gala, pero sí sé lo que pasará al día siguiente. Mientras los otros juegos candidatos a juego del año estarán descansando en sus preciosas cajas en las estanterías de los jugadores, Canela recibirá con los brazos abiertos a millones de personas para darles una ración de alegría y ánimo que les ayudará a afrontar el día.
Artículo de opinión realizado por Alberto González, alias Frisfros.
Enfin
TLDR: Retrasar un juego cinco meses y que por casualidad una pandemia mundial y la muerte de miles de personas completamente solas en hospitales saturados de gente con el personal médico sobrepasado, son argumentos para que el hecho de que tú y tu amigo a tres calles de distancia hayáis podido hacer algo online juntos (más allá de las docenas de juegos online ya existentes que vamos a obviar porque si no el texto se desmorona) sirva de principal postulado para nombrar AC como juego del año, mientras que el resto de candidatos se limitan a ser videojuegos (que vamos a desprestigiar de paso deslizando el manido tema de las películas y demás chorradas) cuyas virtudes o defectos se verían hubiese pandemia o no.
Por favor.