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Jack N’ Jill DX

El videojuego Jack N’ Jill (nada que ver con la ¿comedia? protagonizada por Adam Sandler ni con la serie televisiva de finales de los 90) ya está disponible en la eShop de Nintendo Switch. Ratalaika Games trae a la híbrida de Nintendo el juego de Rohan Narang y lo hace manteniendo intactos sus niveles de adicción pero sin haber logrado un resultado óptimo en algunos aspectos técnicos, aunque pueda parecer imposible ya que estamos ante un juego de estética 8 bits.

Game Boy HD panorámica

Jack N’ Jill recuerda enormemente a cuando jugábamos con nuestra Game Boy y sus cartuchos. Es algo totalmente intencionado y ha sido plasmado de forma magistral sin olvidar hasta el más mínimo detalle, aunque, eso sí, en alta definición y formato panorámico.

Pero no solo el envoltorio tiene ese aroma retro, sino que su interior parece asimismo sacado de un tiempo pasado (que pudo ser mejor, o no).

La excusa para jugar es sencilla: Jill, nuestra hermana, se ha perdido y debemos encontrarla, y siempre estará en la plataforma más inaccesible de todas. También podremos jugar haciendo que sea Jack el extraviado, por lo que pasaremos a controlar a Jill que se comportará exactamente igual que su alter ego masculino, conservando habilidades e incluso compartiendo sus líneas de diálogo. Lo mismo que pasa en Assassin’s Creed Odyssey pero sin tanto bombo de por medio.

Empieza así un runner como lo puedan ser Runner3 o incluso Super Mario Run que, sin embargo, tiene su estilo propio, aunque jugarlo resulte extrañamente familiar.

Plataforma, media vuelta y salto

En Jack N’ Jill el avance es automático y la cantidad de acciones que podamos llevar a cabo se realizará enteramente mediante un solo botón: el A. Adoradle pues con él podréis saltar, aplastar enemigos, rebotar en paredes, dispararos cual bala de cañón o incluso subir o bajar escaleras.

Son movimientos que iremos aprendiendo según vayamos avanzando por sus 7 mundos divididos en 20 pantallas cada uno. Estas son, por norma, de dificultad creciente, y esta suele depender de la cantidad de variables que los programadores, con muy buen juicio, han decidido colocar.

Tened muy claro que este es uno de esos juegos donde todo está medido casi al centímetro, por lo que si el repelente anti baddies (nombre de los enemigos, y sí, hay potenciadores como botas para correr o alas para volar) dura 10 segundos, es porque esos son exactamente los necesarios hasta alcanzar la zona libre de enemigos; ni más, ni menos.

Esta aparente dificultad (luego no lo es tanto) hace que superar una pantalla a la primera sea todo un logro, aunque su naturaleza arcade también favorecerá el mejorar cuanto más juguemos, por lo que será asimismo posible; dependerá de nuestra capacidad de reacción.

Hay que tener presente que es fácil que repitamos alguna zona solo por el hecho de ir por algún camino alternativo (pocas ofrecen esta opción) y sobre todo por recoger más monedas, necesarias para entrar en los minijuegos. De estos hay 7 y su objetivo final siempre será el de conseguir tickets que más tarde intercambiaremos por sombreros o filtros de pantalla, entre otras cosas, como un modo espejo que duplica la vida útil del título. Son variados y originales, habrá de puntería, habilidad, rapidez… y suponen un buen contrapunto a las fases normales. De hecho, que cada uno se desbloquee al acabar por completo un mundo invita a jugarlos ordenadamente, haciendo así que desaparezca la poca sensación de monotonía que hayamos podido acumular.

Y es que Jack N’ Jill puede parecer monótono pero nada más lejos, ya que no parará de introducir elementos nuevos, los potenciadores previamente mencionados, aunque cae en el truco fácil de abusar de su uso tras presentárnoslos.

La vida en escala de grises

Jack N’ Jill DX es uno de los juegos que mejor han sabido parecerse a los clásicos de Game Boy, máxime si desbloqueamos determinados filtros, como el verde, que directamente os harán retroceder en el tiempo. Siendo así duele todavía más que sufra de tearing (esa especie de corte momentáneo de la pantalla) y que no haya sabido bien solucionar algunas zonas de scrolling (si nos movemos sobre una plataforma a la vez móvil veremos un efecto raro).

Además de en lo visual, este juego destaca en lo sonoro, aunque sus melodías, bien conjuntadas con la estética, resultan preocupantemente escasas, una por mundo, o sea, 20 pantallas oyendo lo mismo cada vez. En los efectos de sonido es donde no podemos ponerle pega alguna; sentiremos que estamos jugando con un cartucho, tal cual.

Sin embargo su precio de 4,99 € y lo cuidado de la propuesta, medida al milímetro como ya hemos comentado, hace que le perdonemos estos pequeños errores y queramos volver a él nada más dejar la consola en su sitio.

Venga, otra más y a dormir. Ya, claro.

Escrito por
Señor Bichos para ti.

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