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Análisis de The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom – Nintendo Switch 2 Edition

Analizar una bestia parda como The Legend of Zelda: Tears of Kingdom desde cero puede que no tenga sentido, porque ya en su día lo hicimos y se llevó un 10. Una de las grandes novedades de esta edición para Switch 2, es que es compatible con la Nintendo Switch App, para hacer uso de Zelda Notes, una experiencia opcional que nos ayuda a explorar el mundo, acceder a diseños de construcciones, encontrar secretos y a escuchar horas y horas de lore del mundo grabadas y dobladas al castellano. Es decir, es como si combinásemos una guía con una brújula y los comentarios del director en algo que se siente propio del juego.

Limitaciones fuera en Tears of the Kingdom

Por si acaso no pudisteis jugarlo en su momento (leed nuestro análisis citado en el primer párrafo), The Legend of Zelda Tears of the Kingdom es la secuela más directa de toda la serie Zelda, en concreto de Breath of the Wild. Tiempo después del final del primer juego, Link y Zelda deciden explorar la ruinas subterráneas del castillo, y descubren algo que va a poner Hyrule patas arriba. Con Zelda desaparecida, muchas islas flotantes y una nueva amenaza capaz de romper la Espada Maestra, Link despierta débil y tiene que volver a hacerse el camino para derrotar al mal, encontrando por el camino aliados nuevos y otros ya conocidos.

Estamos ante un juego de exploración, aventuras y acción. No hay niveles, pero sí que hay progreso de personaje con equipamiento, mejoras en la vida y la resistencia, y un mundo que se puede explorar como nos dé la gana. Si en Breath of the Wild las físicas eran lo más importante, aquí la creatividad de construir vehículos o cualquier máquina que cumpla una tarea es algo que sin duda puede no tener límites y ofrecer soluciones creativas a muchas mazmorras y pequeños puzles, pero además nos permite perdernos y pasar de todo y tener un rato divertido.

Estamos ante uno de los juegos más imaginativos creados en los últimos años. No  sorprende tanto como lo hizo su precuela en su momento, pero eso no quita que sea una experiencia muy completa, más pensada para dar un equilibrio entre la libertad y la historia programada y, sobre todo, una muestra de que, a pesar de reutilizar contenido del anterior juego, sabe expandirse mucho y ofrecer una gran cantidad de zonas y secretos nuevos, creando la sensación de estar visitando un mundo conocido, pero diferente al mismo tiempo (además de todos sus kologs y otros secretos a encontrar).

Aplicación y mejoras, los otros extras

Ahora, a las mejoras de esta edición. Además de la propia mejora gráfica de estar en la nueva consola, que corta las limitaciones a las que se sometía el juego en la primera Switch (y que ahora no están presentes), hay mejoras en muchos apartados, y lo notamos desde el segundo 1 con los tiempos de carga reducidos (más de 5 segundos), mejor modelado de personajes y un mayor detalle en la distancia de dibujado. Esto último, en un juego que abarca distancias enormes en lo vertical y lo horizontal, es bastante notorio (y ayuda a ver mejor a los dragones).

La siguiente mejora viene en la resolución y las texturas. A primera vista puede parecer que son similares, pero no es así, y es que el nivel de detalle hace que las texturas estén más suavizadas, tengan más relieve, más detalles y, en definitiva, que se sientan más como terrenos reales (sombras más dinámicas, mayor cantidad de hierba, más marcas en las piedras, arena y recovecos más definidos, …).

La otra gran novedad son los 60 fps. Las caídas desde el cielo, como cae el agua, como Link se desplaza y ataca, todo se nota. Si bien Zelda a 30 fps no era algo que doliera demasiado,  en momentos de caídas y en algunos momentos sí que se notaba que le costaba tirar, y ahora todo es mucho más sólido y fluido, siendo una experiencia más armónica a la vista y a los mandos.

No esperéis en esta versión de Tears of the Kingdom el trabajo de un remake propiamente dicho, ni el de algunos remasters con varias generaciones de diferencia, pero eso no quita que sí se note el salto que hay entre la versión original y esta. Un juego que ya era una maravilla se nota ahora más perfilado, sin limitaciones que le hagan sufrir y más placentero a la vista y a los mandos. No es un juego que explote Nintendo Switch 2, pero sí es algo muy gustoso de jugar en ella.

Versión del juego analizada: Nintendo Switch 2 (1.4.0)

Escrito por
Pikmin de nacimiento y strawhard de corazón, colecciono monedas DK por diversión.

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