Tras desentrañar los misterios que asolaban el lago Atamipek al norte de Canadá el detective Carl Faubert vuelve en una nueva aventura con Kona II: Bruma. Esta vez nos desplazamos a Quebec, a un pueblo minero donde una extraña bruma parece afectar el orden natural de las cosas y, por ende, la vida normal de todos sus habitantes, alterando a las personas y animales hasta el punto de alcanzar el más atroz de los comportamientos.
Resuelve el misterio
Kona II: Bruma se podría clasificar dentro del género de los Walking Simulator, donde nos desplazamos por los entornos nevados investigando las edificaciones y la vida de sus inquilinos como si de un relato interactivo se tratase. Los sucesos y pensamientos de nuestro detective se narran a través de un narrador omnipresente, que va atando cabos y nos da pistas sobre a dónde debemos dirigirnos a continuación.
La aventura también cuenta con algunos puzles, haciéndonos así partícipes de la resolución del misterio y del propio avance del relato. Estos, sin ser muy complejos, se resuelven llevando objetos de una estancia a otra o realizando determinadas acciones en un orden concreto. También vuelven los medios de transportes, esta vez sustituyendo los medios mecanizados por otros más arcaicos, por referirnos a ellos de alguna manera, como un bote o un trineo arrastrado por perros.
Bajo los efectos de la bruma
Gráficamente Kona II: Bruma da un salto significativo respecto a su predecesor, correspondiente al salto gráfico que se podría encontrar entre generaciones. El diseño de personajes y entornos se ve ampliamente mejorado con una mayor carga de polígonos y detalles, además de contar con escenarios de mayor tamaño.
Por si fuera poco, en esta entrega hemos presenciado algunos de los mejores efectos de iluminación y atmosféricos que han corrido por los circuitos de nuestra Nintendo Switch. Por encima de todo esto, destacamos su lograda ambientación, que nos introducen totalmente en la historia que se nos está contando.
La historia de Kona II: Bruma no es muy extensa, y tampoco su rejugabilidad, pues en unas 5 horas seremos capaces de resolver todos los misterios que se encuentran en lo profundo de este pueblo minero. Como complemento también podemos buscar los objetos coleccionables que se presentan a modo de cromos de jugadores de Hockey y bebidas energéticas.
Kona 2: Bruma es un más de lo mismo que su predecesor, tanto en lo bueno como en lo malo, pero con mejores gráficos y escenarios más grandes. Se siente una oportunidad perdida ya que en lugar de mejorar sus defectos o carencias se ha dedicado a ponerle un envoltorio más bonito, aunque no por ello es algo malo en una fórmula que ya funcionó.
Al final lo que encontramos es una experiencia y narración que intenta tocar muchos palos, aunque le falta profundizar en alguno de ellos. Sus puzles se sientes simples, su intención de aportar mecánicas de supervivencia no se ven llevadas a cabo en ningún momento, y su historia intenta ser más profunda de lo que es introduciendo personajes con trasfondos algo superfluos respecto a la historia que se nos quiere contar realmente.
Aún con todo, Kona II: Bruma sabe mostrarse interesante y nos empuja a recorrer y a contemplar sus hermosos entornos nevados, al mismo tiempo que descubrimos el misterio que aterroriza a los habitantes del pueblo minero.
Versión del juego analizada: 1.0.2