Parece hay cuerda para rato porque tras dos alocadas entregas, desde D3PUBLISER nos llega ¡ESCUCHEN! ¡INTENTAMOS QUE “ESOS JUEGOS” SEAN MÁS EXTREMOS! ¡HAY QUE APRENDER ALGUNAS COSAS POR LAS MALAS! El título es más largo si cabe y la premisa es la misma pero si no sabes de lo que este extravagante nombre esconde aquí te contamos de qué va el asunto.
Mismo juego 3
Puede que dicho así suene algo mal pero es justamente lo que ofrece este ¡ESCUCHEN! ¡INTENTAMOS QUE “ESOS JUEGOS” SEAN MÁS EXTREMOS! ¡HAY QUE APRENDER ALGUNAS COSAS POR LAS MALAS!. Seguro que alguna vez te has topado con anuncios jugables en móviles que a la hora de la verdad te llevan a descargar algo que no se parece en absoluto. Pues precisamente este título ofrece un compendio de minijuegos basados en esas ideas que nunca has podido disfrutar como corresponde. Y lo cierto es que el resultado merece, cuanto menos, nuestra atención.
Más allá de un estilo visual algo rácano, no busca otra cosa que captar nuestra atención precisamente así: imitando esos anuncios jugables. Stickman es el protagonista de los seis minijuegos que podemos encontrar en él donde cada uno de ellos ofrece niveles de unos pocos segundos donde obtener hasta tres estrellas en base a nuestra actuación. Más de 150 fases en total que si bien no le hacen ser el producto más longevo del mundo nos mantendrá entretenidos unas cuantas tardes. Eso sí, los extras coleccionables nos saben a poco (títulos y placas para el perfil) pero siempre nos queda superar marcas online.
No, el juego no incluye anuncios.
Pero yendo al grano, quizá lo peor de ¡ESCUCHEN! ¡INTENTAMOS QUE “ESOS JUEGOS” SEAN MÁS EXTREMOS! ¡HAY QUE APRENDER ALGUNAS COSAS POR LAS MALAS! es conservar algunos minijuegos que ya pudimos jugar en la segunda parte. Si bien tenemos misiones nuevas, “Tira la barra” no deja de ser algo que ya conocemos. En él debemos, como su nombre indica, tirar de las barras amarillas correctas para que Stickman salga ileso en cada nivel. Abrirle paso para llegar al tesoro, hacer caer una rocas sobre los enemigos que nos impiden avanzar y sacar provecho de una serie de carambolas donde las físicas también juegan un papel importante.
Otro que repite es “Dibuja y protege” donde una cabeza de gato gigante está apunto de ser devorada por unos murciélagos hambrientos. Nuestra labor es dibujar, mediante una línea negra, un escudo protector para el felino. Desde un círculo que le rodee en los primeros niveles hasta formas más complejas que incluso le impidan caer a la lava. También repetidor es “Atrápala y lánzala” donde disparamos un arma en el ángulo correcto para que la bala rebote por las paredes hasta impactar en el rival o rivales. Hay disparos limitados y también, por supuesto, corremos el peligro de que un mal ángulo la haga volver hacia nosotros.
Es algo sangriento pero su estilo visual no incita a la violencia.
¿Los que no repiten?
A partir de aquí parece que llegan las novedades y no precisamente porque no resulten familiares ya que “Laboratorio de color” ofrece uno de esos anuncios que probablemente más se han visto. Varias probetas con líquidos de colores que debemos repartir hasta dejar cada color en uno solo de los tubos. Cada vez hay más tubos, colores en cada uno y en general un buen rompecabezas que casi no hay que explicar. Esas fracciones de color dan pie a los dos últimos minijuegos de ¡ESCUCHEN! ¡INTENTAMOS QUE “ESOS JUEGOS” SEAN MÁS EXTREMOS! ¡HAY QUE APRENDER ALGUNAS COSAS POR LAS MALAS! donde las matemáticas tienen un papel fundamental.
En “Pergamino de supervivencia”, Stickman avanza con una ametralladora hacia la parte superior de la pantalla en una versión diferente a lo que ya jugamos en el segundo título. Mientras dispara automáticamente debemos preocuparnos de movernos a izquierda o derecha para eliminar las tropas enemigas y de paso cruzar por unos portales de color que añaden o restan aliados a nuestro protagonista. Hay sumas o restas obvias pero también otras operaciones que multiplican a dividen el pelotón haciendo que no siempre sumar 5 unidades sea mejor que un goloso x2. Una prueba de agilidad visual y mental muy interesante.
Algo así también es lo que se hace en “Torre de Números”, pasando por todas las salas de una torre repletas de enemigos. Cada uno tiene un número de fuerza que deben ser menores a la de Stickman para vencer. Hay salas que la aumentan o disminuyen por lo que el orden a visitarlas es crucial. Como veis una serie de minijuegos variados, rápidos y sin más intención que pasar un buen rato a los que quizá les sentaría bien algún componente multijugador y, por qué no, pruebas que no hayamos visto en entregas previas ya que a pesar de su nuevo vestido se siente como un más de lo mismo quizá demasiado descarado.
Hay que proteger como sea esas cabezas de gato gigantes.
Versión del juego analizada: Nintendo Switch (1.0.1)
