Nintendo Switch y las aventuras gráficas se llevan muy bien desde hace muchos meses. Una de las últimas en llegar es Darkestville Castle, una propuesta que coge el formato de picaresca al estilo de los clásicos de LucasArts y lo acompaña de dibujos a mano y una ambientacion “demoniaca” a la que nos acercamos desde el humor.
Siendo el malo en Darkestville Castle
En esta aventura encarnamos a Cid, el malo malo que tiene hasta la coronilla al pueblo, y no por miedo precisamente.Uno de los humanos, Dan Teapot, ha conseguido encerrar a Cid en su propio castillo, por lo que nuestra misión es salir sin problemas del confinamiento.
Para ello podemos tenemos que ir explorando diversas habitaciones siguiendo un estilo de juego con puntero que movemos con el stick, un inventario y la posibilidad de interactuar con varios elementos de la pantalla de diversas maneras (eligiendo la acción tras marcar el lugar). Es la fórmula clásica del género, sin la velocidad de ratón pero bien adaptada al mando.
Cierto olor a la maldición de cierta isla
El desarrollo no es complejo y la dificultad no es alta, aunque hay algún que otro puzle que nos va a obligar a probar distintas opciones porque no se hacen del todo lógicas. También existen un montón de “puntos de interés” irrelevantes, pero eso no es negativo (sino incluso positivo) si somos habituales del género. El humor y los diálogos son buenos, con varias veces en las que se rompe la cuarta pared, pero a veces se excede más de la cuenta al reirse de los tópicos de los juegos.
El arte del juego es bueno, con dibujos llenos de detalle y cuidados escenarios y personajes. Sin embargo hay muchos contrastes, puesto que algunas animaciones y elementos que presentan tienen una calidad sustancialmente superior a otros. Se nota que es una propuesta más independiente que los grandes del género, pero el resultado es positivo. La música si que está un paso por debajo, pero gracias a los divertidos diálogos (con voces en inglés y textos en español) lo sonoro cumple bien.
Darkestville Castle es un buen título, con una clara inspiración en los clásicos de los 90, pero con algunas ideas propias. El control por botones no está mal pero podría estar mejor optimizado (el táctil merece menos la pena). Eso sí, esta aventura está recomendada para los seguidores del género y del humor que, sin llegar a los niveles de la era dorada, tampoco no desmerece a sus antecesores.