Parece un mantra de tanto repetirlo, pero suele ser verdad aquello de que los juegos de licencias de cine o televisión no acaban de ser todo lo buenos que nos gustaría. GameMill Entertainment sin embargo se empeña en darnos la razón primero con su G.I. Joe: Operation Blackout y ahora con este Cobra Kai: The Karate Kid Saga Continues.
Golpea primero
El videojuego de Cobra Kai está, obviamente, basado en la serie estrenada en YouTube que ahora podéis disfrutar en Netflix y que personalmente os recomiendo a todos aquellos que busquéis un entretenimiento rápido y a quienes os gustara Karate Kid en los 80. Se toma eso sí la licencia de incluir ataques especiales con elementos de hielo y fuego y de narrar una historia paralela a la vista en la serie aunque con lugares comunes que hace que unos cincuentones tengan excusas para pegar puñetazos y patadas a niños de instituto.
Nada más empezar deberemos ya elegir a qué escuela unirnos, si a Cobra Kai o si a Miyagi Do, contando cada una con habilidades y atributos diferentes; mientras que los de Johnny Lawrence hacen más daño y dominan el fuego, los pupilos de Daniel Larusso cuentan con más vida y han perfeccionado el elemento hielo. Además, en cada misión podremos elegir a diferentes personajes y alternar entre ellos en cualquier momento, teniendo estos asimismo diferentes golpes especiales los cuales, eso sí, se realizarán siempre de la misma manera con una combinación de ZR o ZL más algún otro botón.
Terminar el juego como es debido significa entonces hacer los caminos de los dos dojos, ya que aunque compartirán zonas, no serán todas, y si queremos verlo todo tendremos que pasarnos el juego dos veces y completar el verdadero tramo final. Una buena idea que no nos lo parecerá tanto cuando empecemos a comprobar que, para ser un beat ‘em up, no encaja nada bien los golpes, literalmente. Un nuevo exponente de un género que lleva pegando desde los 8 bits no puede arrastrar problemas en las colisiones, así de sencillo; Pues Cobra Kai: The Karate Kid Saga Continues los tiene. Pegar hace que muchas veces nos movamos del sitio y nos acerque a los enemigos, a los que acabaremos por atravesar si llegamos al borde de la pantalla, inhabilitando nuestros golpes. También será común encontrarse rodeado por rivales y no poder ni siquiera salir rodando o bloquear porque el control a veces no responde como debe, como tampoco lo hacen los ataques de escenario, donde hay que estar más fino de lo que parece para meter a un matón en un contenedor de basura.
Una pena, porque lo que rodea a una jugabilidad sin depurar y con pésimas animaciones está bien (no técnicamente como veremos después). El juego tiene dos sendas lo que lo hace bastante largo para este género, varios personajes con sus propias habilidades, voces de varios actores originales (en inglés, subtítulos en español), árbol de habilidades personal y del dojo, secretos por descubrir, un sistema de mejora en fases mediante cinturones y kimonos bastante interesante, cooperativo local… En definitiva, una serie de elementos que desgraciadamente se ven lastrados por un núcleo descuidado y que palidece frente a casi cualquier otro juego de corte similar, ni siquiera la licencia puede salvarlo.
Golpea duro
Como ya hemos hablado de lo importante, que es una jugabilidad que deja mucho que desear pero que no obstante puede llegar a salvarse a medida que avanzamos y aprendemos a usar mejor los combos, aunque no esperéis milagros, vamos ahora a tratar un aspecto técnico tan pobre que ni el estilo cómic lo salva.
Para empezar, muchos de los personajes no se parecen nada a los actores de la serie, como el propio Miguel, eje de la campaña de Cobra Kai, o Daniel Larusso, que parece 20 años más mayor. Tampoco se entiende que todos, incluido las mujeres, anden como Robocop, con animaciones en golpes que dejan mucho que desear, incluso en lo que debería ser un devastador ataque especial que realizaremos cuando llenemos un medidor de energía. Y tampoco es que los escenarios corran mejor suerte. Agradecemos pasar por sitios que hemos visto en la serie como el parking de la feria, el centro comercial, el concesionario de Daniel-San…, pero es que todos ellos son visualmente pobres, insípidos, y están excesivamente faltos de elementos destruibles. Parece un juego antiguo en este sentido, pero no de los que lo hacen aposta. Menos mal que la música ayuda a la inmersión y se nota que han ayudado en ella los mismos que compusieron para la serie ahora de televisión.
Sin piedad
No, Cobra Kai: The Karate Kid Saga Continues no es ni lo que esperábamos ni lo que merece la licencia, sea esta Cobra Kai o Karate Kid. Como nos pasó con G.I. Joe: Operation Blackout, parece que el estudio encargado tiene mejores ideas que gente que las sepa plasmar, o quizás es cuestión de tiempo, capital… a saber. Sea como fuere, desde el primer momento tendremos la sensación de estar ante un producto menor, y solo algún destello, motivado por la mediocridad general, lo salvará pasadas unas horas.
Que tengamos dos caminos distintos debería ser algo bueno, pero a nosotros se nos quitaron las ganas de seguir tras la primera vuelta. Hay opciones mejores en las que machacar a gamberros.