Nintendo está que tira la casa por la ventana con Super Mario Bros. Wonder y está intentando que lo pruebe cuanta más gente, mejor. Nosotros asistimos a las oficinas de Nintendo a probar detenidamente cuanto tenía que ofrecernos el nuevo título del fontanero y estas son nuestras primeras impresiones.
La opinión de Alejandro Sanz.
Desde su anuncio oficial Super Mario Bros. Wonder prometía ser un juego innovador y rompedor. Aun así, en estas primeras impresiones hemos podido comprobar que la esencia más pura de la saga continúa intacta en esta nueva entrega. Honestamente creo que Super Mario Bros. Wonder puede sorprender tanto a los fans incondicionales de toda la vida como al público nuevo que aún no se ha animado a reservar el juego. Tras acabar la demo lo más seguro es que cualquier persona piense “quiero seguir jugando” y probablemente desde el 20 de octubre empezaremos a perder la cuenta de las horas que le estamos dedicando al mítico fontanero y compañía. Además, a la multitud de posibilidades que nos ofrece este juego con las mecánicas que ya hemos visto todos, tenemos que sumarle unos cuantos cambios, como las insignias, que engrandecen la estructura de los niveles. Al menos de los que hemos podido probar.
La mejor palabra que define a Super Mario Bros. Wonder es “locura”, no solo por el diseño de los escenarios y la nueva flor maravilla, sino por todos los cambios que este va a implantar en los juegos de plataformas, siendo una oferta muy atrevida a la par que tradicional.
La opinión de Marcos Catalán
Como siempre que pruebo un juego por primera vez, la cautela es mi principal acompañante, y si encima hablamos de Mario soy el doble de precavido. No por nada, sinceramente creo que no hay Mario malo, sino por tratarse de mi saga de plataformas predilecta. Así las cosas, he de admitir que Super Mario Bros. Wonder me ha sorprendido gratamente, aunque no comparta ese afán de Nintendo por que todos puedan jugar y encima en igualdad de condiciones; me explico, tranquilos. Todo lo “Wonder” es, como dice la palabra, maravilloso: las animaciones, el apartado visual y sonoro (con especial atención a la flor parlanchina), los nuevos enemigos, las semillas que cambian el nivel por completo, los secretos escondidos, los potenciadores, los minijuegos (llamados aquí pasatiempos)… Pero el problema viene cuando Nintendo, la de la sangre vieja, pisa el freno, especialmente en su modo multijugador. ¿Por qué Peach ya no planea, ni Luigi salta más alto? ¿Por qué las insignias (potenciadores que elegimos al inicio de cada fase) se comparten por todos? En juegos anteriores nos lo pasábamos muy bien haciéndole la puñeta a nuestros amigos, aquí eso no será posible. Es la vertiente más edulcorada de una Nintendo que por lo menos ha tenido a bien mantener la cara de killer de Luigi en determinados momentos.
Pero, más allá de eso, me divertí de lo lindo, jugando tanto solo como acompañado. Además Super Mario Wonder promete seguir la tradición de fácil de llegar al final, pero difícil de completar al 100 %, y de hecho ya nos dejamos alguna moneda sin coger. Bueno, para el 20 de octubre.
