Portada » Artículos » Pokémon: mitos y leyendas del patio de recreo

Pokémon: mitos y leyendas del patio de recreo

Pokémon Azul, Rojo y Amarillo, Game Boy

Antes de que internet y la Web World Wide irrumpiesen con un disruptivo cambio en la comunicación, la manera en la que los jugadores conversaban acerca de sus juegos favoritos y accedían a la información sobre estos era bien distinta. Si bien es cierto que la capacidad para desinformar de este medio digital es considerable, siendo muchas de las redes sociales auténticos caldos de cultivo para la difusión de bulos, también lo es para informar y echar abajo muchas de estas mentiras difundidas por este canal, llegando a producirse dicha transmisión y desenmascaramiento del engaño en cuestión horas o minutos.

No obstante, en un tiempo no muy lejano, que muchos de los jugadores de los ochenta y noventa recordarán con enorme añoranza, una inocente conversación en un recreo, autobús o cualquier espacio de encuentro con otros chicos y chicas de misma edad una historia, que como protagonista solía tenía al amigo de un amigo o un familiar algo lejano, podía plantar en ti una pequeña semilla de incertidumbre que no tardaba en florecer y al mismo tiempo te convertía en otro difusor más. La dificultad para contrastar muchas de estas historias, en la que la palabra de quien actuaba como emisor era la principal garantía, te mantenían completamente atrapado intentando replicar hazañas nunca vistas para alcanzar un objetivo aparentemente imposible en un videojuego o te apartaban de lleno de este ante el miedo de que lo ocurrido al siempre despistado y desafortunado ignoto jugador te condujese a la misma tragedia.

Fue precisamente aquí, en plena antesala de la llegada de Internet a todos los hogares, donde se desató el fenómeno Pokémon, inundándose escuelas del mundo entero de Game Boy con los cartuchos de Pokémon Rojo, Pokémon Azul (Pokémon Verde también en Japón) y, muy poco después, Pokémon Amarillo. Es por ello que un videojuego de enorme éxito en boca de todos, disponible en una plataforma portátil ampliamente extendida, así como unos cuantos provechosos errores de programación (los denominados glitch), fueron los ingredientes clave para una considerable ración de leyendas urbanas que difícilmente volveremos a ver. A continuación repasamos algunas de las más sonadas sobre esta primera generación, así como las realidades camufladas tras varias de ellas ¿conoces todas?

Logo de Pokémon

El número marcado no existe

Este es sin lugar dudas el glitch más conocido de la saga, incluso de la industria en general, el cual no solo es llamativamente vistoso sino fácilmente replicable, algo que otorga una buena base para la credibilidad de las historias que lo acompañan, estando a menudo relacionado equívocamente con otros errores diferentes, y más nocivos para la partida, como las Islas Fallo o ‘M. Este fallo en sí, que te permitía hacerte con dicho misterioso “Pokémon”, está presente únicamente en esta primera generación, si bien existen otros Pokémon glitch similares en otras entregas y no tan accesibles. Los efectos que este pueden desencadenar incluye distintos fallos gráficos, la corrupción del Hall de la Fama, un comportamiento extraño en el juego y la multiplicación del sexto objeto de la mochila, consecuencias que incluso se ha visto obligada a recoger la propia Nintendo ante tan sonado calado.

Sobre su aparición, esta viene detonada por la explotación de las limitaciones de memoria de los cartuchos de Game Boy y la propia consola, de manera que forzando las variables que controlan la aparición aleatoria de Pokémon en una zona se puede hacer que el juego apunte a espacios nulos del índice en el que se recogen todos ellos, que gracias al uso de un sistema de 8 bits cuenta con 256 sitios (concretamente las posiciones del 0 al 255). Curiosamente se encuentran ocupados los huecos del 1 (Rhydon) al 190 (Victreebel) por los 151 originales, intercalados con 39 MissingnNo., mientras que el 0 y el intervalo del 191 al 255 permanecen reservados a otros glitch. Su función de esta manera no es otra que salvaguardar el equilibrio del título, ya que en condiciones normales jamás deberían aparecer otros que no sean los 151, por lo que rellenando los huecos faltantes evitan un problema mayor en caso de que esta cadena de problema se materialice y se apunte a tales espacios de memoria. Respecto a la forma de forzar su aparición existen diferentes métodos, los más populares involucrando las Islas Canela, siendo además algunos de ellos exclusivos de determinadas regiones.

MissingNo. en Pokémon Amarillo

MissingNo. en su forma de esqueleto de Kabutops

Cariño, he intercambiado los bichos

Seguramente alguna vez habéis confundido la evolución de algún Pokémon debido a parecidos más que razonables, pero ¿y si este fallo humano lo hubiesen cometido sus programadores a última hora? Otra de las extendidas leyendas urbanas sostiene algo por el estilo: las evoluciones de Venonat (Venomoth) y Metapod (Butterfree) están intercambiadas. Ciertamente, si nos fijamos bien en el primero, sus enormes ojos rojos, antenas y patas desaparecen al transformarse, en contraposición a Butterfree, que no solo posee esos tres elementos, sino que además su color morado y forma de las manos son extrañamente similares al de Venonat, lo que hace que cualquier persona se pueda cuestionar la relación entre ambos. Por otro lado, Caterpie y Metapod poseen una cornamenta, ojos y cola que podrían desembocar perfectamente en los exhibidos por Venomoth. Sin embargo, más allá de estos indicios no existen otras pruebas que hagan siquiera referencia a ello y den aliento a tal hipótesis.

Evoluciones de Metapod y Venonat

Hipotéticas líneas evolutivas originales de Caterpie y Venonat

Posguerra y verdugos

Cambiando de tercio, ¿y si os dijéramos que tras toda la aparente alegría de los escenarios de Kanto se esconde un truculento escenario de posguerra? Existe la nada desechable creencia de que no mucho antes de nuestra aventura, Kanto fue el terreno de batalla de una guerra. Algunos de los indicios y hechos que apuntan a ello son la ausencia del padre del protagonista – así como la de ambos progenitores de su rival -, o la considerable inexistencia de adultos en general, participando la mayoría de ellos dentro del crimen organizado. Sin embargo, hay una prueba de peso que directamente nos confirma sin lugar a dudas nuestras sospechas, y que viene de Lt. Surge, líder del gimnasio de Ciudad Carmín, testigo vivo del conflicto que nos ofrece la siguiente afirmación: “¡Te lo aseguro chico, los Pokémon eléctricos me salvaron durante la guerra!”. La otra región o regiones involucradas en el conflicto bélico y los motivos para ello han traído a algunos fans de cabeza con la aparición de cada generación, especulándose mucho con la participación de Jotho, claramente derivado de la estrecha relación entre ambas primeras generaciones, sin existir evidencias para ello más allá de los fantasiosos puntos de vista de los jugadores.

Si la anterior historia te ha hecho pensar que toda tu infancia fue una mentira, espérate a conocer a Gary desde otra perspectiva, pues lejos de ser el soberbio rival es la principal víctima de la historia – más allá del Team Rocket e incluso el anciano de Ciudad Verde -, con una frágil situación personal en la que nosotros nada contribuimos por mejorarla. Todo comienza después de la batalla con Gary en el S.S. Anne, en la que debilitamos al Raticate que tenía desde el principio del juego, y que tras dar paso a nuestro siguiente enfrentamiento nos percatamos de que dicho Pokémon ya no se encuentra en su equipo. Pese a que lo lógico sería pensar que lo cambió por otro, almacenó en el PC o incluso lo liberó, este nuevo encontronazo se produce en la Torre Pokémon, el cementerio de estas criaturas, y antes de librar la batalla él reflexiona acerca de la muerte. A partir de ese momento su actitud cambia, volviéndose más fuerte e intentando fortalecer el vínculo que lo une a sus Pokémon, pudiéndonos querer decir Game Freak con esto que nosotros acabamos con la vida de su Raticate. Para rematar esta triste hipótesis, es necesario remarcar que los fracasos de Gary son pisados continuamente por nosotros y, además, reprochados por su abuelo el Profesor Oak, quien en cambio no duda en felicitarnos. ¿Se trata de un punto de vista rebuscado?

Gary en Pokémon Amarillo

Gary, el eterno rival

El incidente Lavanda

Pasamos a la leyenda urbana más merecedora de ocupar un pequeño reportaje en uno de los programas de Iker Jiménez, y que ha diferencia del resto no llegó a extenderse ampliamente hasta años más tarde de su lanzamiento. Si has jugado a los originales de primera generación seguro que aún resuenan en tu cabeza muchas de las melodías, y muy posiblemente la de Pueblo Lavanda sea una de las más recordadas, con una sintonía muy característica y marcada, y lo suficientemente lúgubre como para convertirse en la protagonista de la más terrorífica historia, según la cual se llegaron a reportar casos de suicidios entre infantes japoneses tras estar sus oídos expuestos a esta melodía, siendo inmediatamente modificada antes de su llegada al resto de territorios. Algunas de estas historias afirman, e incluso se aventuran a demostrar, que en el espectro de frecuencias se podía observar al fantasma de la torre, y es que la creatividad y estupidez humana, por suerte y desgracia, no conocen límites.

Si bien, respecto a las supuestas propiedades de esta melodía ni siquiera existen claras evidencias de que pudiesen acarrear en los jugadores algún leve problema, como simples dolores de cabeza o malhumor, mucho menos aún las hay sobre sus supuestas tendencias suicidas, aunque sí que hubo un momento trágico que pudo acrecentar esta creencia. Y es que el anime sí llegó a desencadenar en el país del sol naciente diferentes episodios de epilepsia entre los más pequeños por una combinación fatal de elementos en un capítulo de su primera temporada. Retomando la mencionada composición, dicha trágica creencia fue popularizada por medio de un creepypasta (las conocidas historias de terror online), del mismo modo que otras muchas narraciones virales nacidas de Internet.

Torre Pokémon en Pokémon Amarillo.

Tumbas de la Torre Pokémon, en Ciudad Lavanda

Del Pokémon, hasta los bits

Llegamos ahora al que sin lugar a dudas es el Pokémon que más de cabeza ha traído a los jugadores de la primera generación, floreciendo a su alrededor innumerables historias acerca de cómo conseguir plantarnos cara a cara con él en un combate, momento con el cual ciertamente solo podíamos soñar. Sobra decir que se trata de Mew. Si de todas las leyendas aquí descritas hay alguna que a buen seguro conoce la mayoría de los que tuvieron en sus manos una Game Boy, es la referente al camión próximo al S.S. Anne en Ciudad Carmín, el cual ha estado vinculado a este misterioso Pokémon. Ya fuese mediante aplicar algún movimiento sobre él, usar unas inexistentes llaves o un largo listado de tareas que siempre seguíamos sin éxito a pies juntillas, se decía que este vehículo era la clave para encontrar a Mew, algo evidentemente falso.

Tal y como revelaron Tsunekazu Ishihara y Shigeki Morimoto en una de las entrevistas “Iwata pregunta”, Mew fue introducido en los juegos originales a última hora y a modo de broma, ya que sobraba un pequeño espacio en el cartucho y lo decidieron aprovechar con él. De este modo, fue así como esta misteriosa criatura entró a formar parte de los originales, de un modo completamente oculto, quedando su liberación en las manos de sus responsables mediante eventos poslanzamiento. No obstante, los ya citados errores de programación precipitaron todo, haciendo que este fuese descubierto por los jugadores, mediante un proceso igual al de MissingNo., lo que como consecuencia hizo que este fuese ofrecido al resto de jugadores mediante una primera limitada oferta en la que sus responsables fueron testigos de un inesperado interés y aumento de ventas. Un fenómeno claramente fundamental para el devenir de la saga.

Mew en Pokémon Amarillo

Entrada de Mew en la Pokédex

Stairway to Bill’s garden

No podemos terminar este repaso sin hablar de otra de esas historias ampliamente extendidas que nunca se contaban dos veces de la misma manera, la cual siempre defendía la existencia de una zona oculta en la parte trasera de la casa de Bill, en donde camuflado esperaba nuestra llegada algún elemento completamente asombroso, sonando mucho Mew. Algo que también iba acompañado de algún método cuanto menos absurdo para acceder a él, como repetir decenas de veces una serie de patrones de acciones o haber completado la Pokedex. Si bien todos recordaréis que tras dicha casa se podía vislumbrar un llamativo y estratégico espacio, que además rompía por completo la estética del fondo del escenario, pareciendo ofrecer incluso la entrada a un cueva, este es completamente inaccesibles. En esta ocasión no contamos con un error de programación ni indicios que hicieran despegar toda esta clase de rumores, siendo la mera existencia de un decorado un poco fuera de lo común en la frontera de estos títulos lo que hizo remover la imaginación de todos los jugadores, quienes veían una zona que claramente invitaba a entrar y aguardaba secretos, pero cuya puerta de entrada no existía. Es posible que en un principio quisieran ofrecer la entrada de alguna de las existentes cuevas o rutas directamente desde ahí y que finalmente desistieran, dejándose olvidados esos primeros metros.

Jardín de Bill en Pokémon Amarillo

El jardín, bosque o cueva tras la casa de Bill

Estas han sido solo una pequeña muestra de algunas de las más sonadas leyendas urbanas de Pokémon, cuyo mayor valor reside en la capacidad de llegar a oídos de todos los jugadores simplemente mediante el boca a boca, forjando una auténtica leyenda en torno a estos títulos, y sin las cuales no recordaríamos estas entregas de la misma manera.

Pero, y vosotros, ¿cuales son los bulos que mejor recordáis?

Escrito por
Player, amiibo de mis amiibo y miembro 1999 del club de fans de John Boy.

¿Te ha Gustado?

0 0
Comentarios

Contraseña perdida

Por favor ingrese su nombre de usuario o dirección de correo electrónico. Recibirá un enlace para crear una nueva contraseña por correo electrónico.

Registrarse