Los juegos de la saga Yomawari no son títulos que consigan llamar la atención de las masas y la verdad es que es una lástima. Ya sea por su peculiar apartado gráfico creado a base de sprites en 2 dimensiones, por su exagerada vertiente oriental o por la irrisoria promoción que acompaña a cada lanzamiento, lo cierto es que no es muy conocida por aquí esta original propuesta basada en la combinación de puzles y terror. De hecho, hay tanta calidad aquí que ya vamos por la tercera entrega (se puede disfrutar de la trilogía completa en Nintendo Switch y en formato físico) llamada: Yomawari: Lost in the Dark.
Sola en la oscuridad
Al igual que en los anteriores juegos de la saga, Yomawari: Lost in the Dark está protagonizado por una niña pequeña que se adentra en las solitarias y oscuras calles en mitad de la noche. En esta ocasión deberemos explorar la aldea en busca de recuerdos perdidos que nos ayuden a romper la maldición que nos han echado y que hace aparecer a todos esos fantasmas que se manifiestan en la noche, al mismo tiempo que evitamos ser descubiertos por los mismos. Solo armados con nuestro valor y una linterna deberemos hacer frente a todos estos demonios y a los sustos que nos podemos llevar.
Con nuestra linterna descubrimos los caminos por los que debemos pasar y a los demonios que en ellos residen. Ante esta temible situación lo que podemos hacer es salir corriendo, despistar a nuestros enemigos y escapar sigilosamente o simplemente quedarnos quietos escondidos. Escapar corriendo no siempre es tan eficaz como nos gustaría ya que podemos quedarnos sin resistencia en el intento y ser atrapados.
Color en la oscuridad
El apartado artístico sigue la estela de sus antecesores para ofrecer su peculiar estilo en donde se mezclan diseños entrañables de personajes con el diseño oscuro de escenarios, dando como resultado un producto tan atractivo como único. Dentro de las escasas novedades de esta entrega, contamos con la posibilidad de personalizar la apariencia de nuestro personaje, eligiendo su corte y color de pelo, su ropa y sus accesorios.
El apartado sonoro cumple su cometido de contribuir a la creación de la atmósfera y meternos los escalofríos en el cuerpo, mediante el uso de melodías ambientales de tono lúgubre. En cuanto a la duración, estamos ante el título más longevo de la saga donde vamos a contar con unas 8 horas de diversión pasando miedo a los mandos y explorando la aldea del juego.
El factor sorpresa de Yomawari: Lost in the Dark se ha perdido por completo en esta tercera entrega en donde se ofrece al jugador una experiencia calcada a la de sus antecesores. Y aún con todo, volvemos a estar ante un juego con calidad, que en su desarrollo ofrece un montón de nuevos y terroríficos momentos llenos de imaginación con los que disfrutar en una propuesta que sigue manteniéndose tan única como su primera entrega.