Abylight nos trae a NIntendo Switch (y también a Nintendo Switch 2 con mejoras gracias a su último parche) SOMA, uno de los clásicos de los creadores de Amnesia que ya encandiló hace cerca de una década a los jugadores de PC.
SOMA no es lo que parece
Todo comienza cuando Simon, una persona corriente con un trabajo ordinario que sufre hemorragias tras un accidente de tráfico. Sin embargo, dado que su problema no se sana, se somete a una terapia experimental que utiliza simulaciones por ordenador para dar con la solución definitiva. Todo parece ir bien hasta que, tras una intervención, se despierta en una nave abandonada en una situación muy lejana a nuestra realidad.
Una vez en esta “pesadilla”, estamos ante una aventura en primera persona en la que hay que ir avanzando, escondiéndonos en distintos lugares de los escenarios de los enemigos que acechan por varios lados y resolviendo algunos puzles (algunos basados en manipular la realidad de las personas, los mejores, pero otros sí resultan quizás más básicos y genéricos). Si se nos hace difícil o nos agobiamos, podemos activar un modo más relajado en el que los enemigos no nos hacen daño.
No todo el desarrollo es obligatorio y de hecho algo se nos puede escapar en la primera vuelta, y su trasfondo filosófico nos hará pensar y tener dilemas internos sobre la consciencia y las máquinas (algo que con la IA está muy de moda actualmente), y de hecho es su narrativa en general la que carga con gran peso de este título.
El paso el tiempo se nota
A pesar de ser un juego que sigue funcionando excepcionalmente bien, el paso del tiempo se nota. Al principio pensé que todo era recorte para la versión de Switch (que lo hay también), pero también es algo que viene derivado de su lanzamiento original, en el que hay texturas planas o elementos con polígonos propios del desarrollo AA de hace 10 años. Sin embargo, ya están saliendo actualizaciones para pulir más todos los detalles e incluso acaba de lanzarse una para aprovechar las “no limitaciones” de Nintendo Switch 2, luciendo ya de una forma mucho más sólida tanto en resolución como en fps y reduciendo considerablemente los tiempos de carga (siendo así una versión más agradable).
A nivel de ambientación, esas mejoras se notan, haciendo que toda la atmósfera gane enteros durante las cerca de 10 horas que nos esperan por delante. Todas ellas con textos en español y voces en inglés, algo que sirve para que podamos seguir bien todos los diálogos y sumergirnos en su mundo. Al final, pese a que la estructura del juego es la que es y su género es muy particular, los detalles de ambientación se notan, y consiguen atraparnos bien dentro y demostrar porque Frictional Games se ganó su fama.
SOMA es un juego de su tiempo, pero cuya ambientación sigue siendo relevante actualmente. La mecánica de huir y esconderse quizás se note que no es la más avanzada, pero eso no evita que sepa potenciarse con buenos puzles para equilibrar el desarrollo, que con sus sonidos nos tiene en tensión (de buena manera).
Versión del juego analizada: Nintendo Switch (1.3.0)