Marfusha fue una propuesta arcade que mezclaba acción arcade con Tower Defense rejugable y con muchos buenos detalles. Ahora nos llega su secuela, Snezhinka, protagonizada por la chica que le da nombre al juego para ofrecernos más de lo mismo pero mejor y con algunos cambios interesantes.
Snezhinka y la búsqueda de una hermana
Tras los hechos del primer juego, si completábamos el final bueno, Marfusha “desaparecía”. Su hermana menor, a la que intentó proteger del peligro de la guerra, ha decidido alistarse en una compañía militar privada para poder encontrarla. Esta es la historia de Snezhinka, una joven que debe proteger algunas instalaciones de los ataques de unos robots ofensivos que pretenden destruirlas.
Esto se traduce en 100 días de trabajo, que son fases que forman un “run” (si hablamos en términos de roguelike, pese a que esto es más arcade). La idea es cada día defender la base sin que sufra daño (o al menos el mínimo), recibir una recompensa, pagar impuestos y avanzar al día siguiente en el que podemos adquirir una mejora si lo deseamos y tenemos dinero. Es un no parar, aunque cada cierto número de días podemos ver a la pobre Snezhinka descansar en una base.
La clave del juego es su sistema de mejoras que aparecen en grupos de tres de manera aleatoria al comenzar un nivel. Empezamos con una pistola y unos atributos de chiste, pero podemos ir consiguiendo armas (que tenemos que ir cambiando cada cierto número de fases), compañeras que actúen como torreta para atacar y potenciadores de atributos, tales como daño, velocidad o cadencia de fuego. Al final nuestro poder ofensivo será mucho mayor, pero también mejorará el de los enemigos.
Big Helmet Heroes, mejor en cooperativo
Cada día de juego puede completarse en segundos, a excepción de algunos que sí pueden llegar al minuto o superarlo (por lo que al final cada partida puede durar una hora). En función de nuestro desempeño y de la compañera con la que superemos la aventura al final tendremos acceso a diferentes finales, que son más bien un coleccionable que nos invita a rejugar.
Y la verdad es que el juego es rejugable como él solo. Con dos sticks, disparo, recarga y la posibilidad de colocar objetos auxiliares mientras nos movemos un poco de izquierda a derecha nos encontramos un sistema eficaz, directo y que responde bien. Si por lo que sea el modo historia nos sabe a poco, existe un modo desafío para los que busquen todo un reto de superación 100% arcade.
La propuesta vuelve a contar con melodías de acción pegadizas que acompañan a un pixelart bonito tanto para personajes como enemigos y fondos. Es cierto que un mismo fondo se repite durante bastantes niveles y que hay algunos enemigos más inspirados que otros, pero al final todo queda en un segundo plano una vez que estamos disparando sin parar.
Snezhinka es la clásica secuela que pule, mejora y optimiza lo visto en su antecesor, y eso hace también que sus cambios hagan que si decidimos volver al sea como dar un paso atrás. Una propuesta con una narrativa interesante, con una duración asequible y varios aspectos de aleatoriedad y progreso que consiguen tenernos enganchados de inicio a fin.
Versión del juego analizada: S.1.0
