Uno de los mayores fenómenos de los videojuegos y del ocio en general es Pokémon. Una franquicia con una legión de seguidores a través de sus diferentes títulos, series, películas, cartas y mucho merchandising asociado. Hace una semana llegó a nuestras tierras Pokémon Escarlata y Púrpura para ofrecer la novena generación dentro de la saga, además de un universo ficticio, Paldea, inspirado en la Península Ibérica. Ha batido récords de ventas, pero todavía le queda algo por el camino que comentaremos más adelante.
Libertad como nunca
Por un momento debemos olvidarnos de lo visto en Leyendas Arceus y pensar que estamos ante el sucesor del título ambientado en Galar. Es decir, la Pokédex, la manera de capturar Pokémon, el estilo de combate tradicional con nuestro equipo, encuentros por turnos (ahora en el lugar del mapa donde estamos sin crear arena para el mismo, algo que aligera cargas pero a veces muestra cosas extrañas) y el progreso es el tradicional de las entregas principales, por lo que dejamos de lado la interacción y exploración vista hace unos meses para optar por algo continuista, pero evolucionado.
Esta evolución se ve desde el inicio, con una historia que nos lleva a conocer al legendario de turno al poco de empezar para convertirse poco después en nuestra montura (aunque su “captura” no ocurrirá tan temprano). No hablaremos más de esta relación por ser destripe, pero está bien planteada para ofrecernos una manera de movernos por el mundo. Pero más allá de eso y la introducción al mundo, nos encontramos que, tras pasar el clásico tutorial e inicio lento, el juego nos permite recorrer el mundo a nuestro antojo para vivir tres aventuras diferentes.
La libertad para recorrer estas aventuras es casi total, podemos hacerlas en orden o bien combinadas a lo largo de nuestro viaje sin problemas. Esto es posible gracias a que Paldea está abierta totalmente y no hay obstáculos ficticios que nos impidan llegar a la última ciudad desde el inicio (pero sí que hay algunos naturales que quedan mucho más realistas como ya se vio en Leyendas Arceus), pero hay un pero, y es que realmente sí que hay un orden “lógico” y escondido para superar el juego (en internet podéis verlo), ya que de ota manera vamos a encontrar picos de nivel bastante raros que nos provoquen momenetos demasiado fáciles o dificiles (sin subir mucho de nivel). Entendemos que los pokémon salvajes y los entrenadores del campo (con los que nosotros escogemos si queremos luchar o no) tengan un nivel marcado, pero los enfrentamientos de historia podrían tener nivel adaptado a nuestro equipo en cierta manera.
Pero esto también provoca que podamos dejar la historia de lado en cualquier momento y dedicarnos a capturar y explorar, algo que también está bien. Es una decisión de diseño inteligente, pero que podría estar algo mejor elaborada también. El buen trabajo de diseño se ve también en la trama y su evolución, ya que sigue la típica de la saga Pokémon y otros RPG que va de menos a más, pero al tener separados los retos nos permite que no haya choques y conexiones innecesarios entre las tramas. En general, dentro de que es la saga que es, la trama es la más elaborada y seria desde la quinta generación.
Llegaré a ser el mejor…
Hay que hacer especial hincapié a que los personajes del mundo tienen bastante carisma, y que Mencía y Damián son muy interesantes (más que la mayoría de compañeros y rivales que hemos tenido). Los líderes de gimnasio, el alto mando y los demás personajes a los que retamos también tienen un estilo característico y resultan interesantes, pero hay un pero, y es que las pruebas de los gimnasios han perdido algo de fuerza respecto a los clásicos puzles planteados en generaciones atrás, aunque es cierto de que son variadas y vivas y nos hacen ver que el “gimnasio” tiene vida más allá de su propia localización.
Las otras dos tramas (la que va al margen de la liga) pueden ser similares a algo ya visto en la saga, pero a pesar de ello saben sacarnos de lo habitual y hacen que la aventura en general se sienta algo más fresca y propia, sobre todo por el hecho de que el orden es cosa nuestra y no tenemos que sí o sí luchar con cierto personaje asociado a la ruta de la Vía Stardust antes de ir a un gimnasio.
En general podemos decir que Paldea está muy bien diseñada para ser recorrida de punta a punta, con algunos lugares que sí requieren que volvamos a ellos cuando podamos usar cierta habilidad. Las ciudades presentan variedad, y Ciudad Meseta tiene una gran cantidad de lugares a los que ir y su diseño sorprende para bien, pero con otras ciudades no ocurre exactamente lo mismo, con varios edificios a los que no podemos entrar y con la pérdida del interior de algunos locales, los cuales ahora solo nos ofrecen un menú emergente.
¿Es Escarlata y Púrpura el futuro?
Los Centros Pokémon (gasolineras para los amigos) suponen un buen punto de referencia para realizar las acciones básicas en un solo lugar, además de ser el punto en el que podemos crear MT con materiales (sí, las MT son de un solo uso pero podemos fabricar más) y también crear las reuniones para que varios compañeros recorran el mundo con nosotros o viceversa, lo que permite que teniendo un único juego podamos atrapar especies de la edición contraria si nos metemos en el mundo de un amigo. Una ampliación a lo visto en las incursiones, pero algo que también es el causante de varios problemas.
Y es que no se puede hablar de todo lo bueno de Escarlata y Púrpura sin mencionar dos grandes problemas. Si bien varios de ellos pueden aliviarse si guardamos manualmente en ciertos puntos (desactivad el guardado automático, es un consejo) y salimos y entramos del juego, no nos parece que sea lo lógico que el jugador medio (sobre todo de escasa edad) vaya a realizar. Esta gestión de mundo abierto implica que encontremos bajadas de fps que se van haciendo más llamativas conforme más tiempo seguido jugamos, que haya elementos cargados de más o incorrectamente, que haya animaciones que no deben ocurrir y varios aspectos más que, si bien son en varias ocasiones algo cómico que no afecta a la experiencia, otras veces sí y puede que incluso alguien se vea forzado a tener que reiniciar el juego y a perder parte de su progreso (o incluso toda la partida si ha tenido el guardado automático).
Esta es la cara oscura de una generación que se ha volcado a la calidad de vida del jugador veterano y profesional, y también a la del novato. Los pokémon salvajes se ven en el mapa y se agrupan por hábitats lógicos con su tipo (a veces en manadas), hay muchos objetos que encontrar, podemos montar picnics que es de donde salen los huevos de pokémon (podemos cruzar incluso con compañeros en multijugador), podemos olvidar y recordar movimientos de una criatura en cualquier momento, seguimos disponiendo de los últimos objetos vistos para alterar habilidad y otros aspectos de cada Pokémon, … Es decir, tenemos básicamente todo lo visto al final del DLC de Espada y Escudo, pero mucho más claro, directo y con alguna novedad para que ser jugador profesional sea algo sencillo que no requiera demasiado tiempo extra.
Pokémon Escarlata y Púrpura es una entrega que hace mucho, para bien o para mal. El rediseño de las criaturas antiguas es generalmente muy positivo, estamos en el título con más criaturas capturables de inicio, la mecánica de la teracristalización, aunque más sencilla a nivel visual, añade un gran componente a los combates y el mundo es bastante bonito, de la misma manera que los Pokémon nuevos (los nuevos “ultraentes” requieren una calificación al margen pues generan opiniones divididas) tienen un buen diseño y variedad. Hay mucho que hacer, pero también se echa en falta misiones secundarias que hagan que este mundo tan conectado no se sienta a veces vacío (incluso aunque fueran de recadero, si son opcionales, sumarían más que restar) y darle más vida a la gente que no se mete en el competitivo, pues la historia principal, si vamos a por ella sin perdernos demasiado, no llega a las 30 horas.
Por último, en general el apartado audiovisual se nota que no está al nivel de Xenoblade Chronicles 3 o Super Mario Odyssey, pero es cierto que hay una gran cantidad de criaturas y animaciones que guardar aquí. La música sigue en la línea de la vista en los últimos juegos, con melodías que generalmente encajan bien, con varias sorpresas para bien y con homenajes a otros juegos de la saga, pero también quizás con algo de carencia en la epicidad. Tanto el equipo de propio de Pokémon como Toby Fox han hecho un buen trabajo y se siente propio de la saga, pero la cantidad de temas que vamos a escuchar tras pasarnos el juego no será larga (y muchos serán de los últimos compases de la aventura, la parte más memorable).
¿Y la nota? En este momento, al estar en un estado en el que para evitar muchos de los problemas hay que hacer cosas fuera de lo normal, y que hay otros problemas presentes al margen, vamos a decir lo que se lee mucho por internet: “El juego es muy divertido, tiene mucho potencial y mejora en muchas cosas, en otras da un paso atrás, pero tiene problemas que para alguna gente pueden ser demasiado graves y necesita un parche bastante grande pronto”. Dicho esto, y como ya hemos hecho en otras ocasiones, puntuaremos el juego más adelante, pero ahora no es el momento.