Una de las cualidades más promocionadas de los Joy-Con es su capacidad para ofrecer modo multijugador sin necesidad de tener que adquirir otro mando, algo que se puede utilizar mucho tanto en sobremesa como en modo TV. Por ello ver juegos muy orientados a dos jugadores (más que incluso a uno solo) es muy frecuente en Nintendo Switch. Never Breakup es uno de esos casos que, si bien puede jugarse solo, gana enteros y puede valorarse como otra cosa bien distinta si se juega en compañía.
Tú y yo, a la fiesta
En este título manejamos a una serie de animales esféricos que tienen que recorrer varios escenarios desde el inicio hasta el final resolviendo puzles sencillos y con pequeños retos plataformeros. En caso de jugar solos tenemos que manejar muy bien gatillos y sticks, algo que se hace un poco tedioso de manejar, sobre todo cuando hay que subir plataformas “por turnos”.
Jugar en cooperativo facilita el desarrollo y además resulta más entretenido y es que, a pesar de que los controles nunca son demasiado precisos, la diferencia es muy notoria. Es cierto que hay que sincronizarse bien, y que la distancia de la cuerda que une a ambos personajes no es demasiado amplia, pero la mayoría de acciones son mucho más llevaderas .
Never breakup el lazo que nos une
No solo nos esperan desafíos en forma de puzle o saltos, sino también enemigos que hemos de despachar haciendo que uno de los personajes escupa al otro par golpear. De nuevo, es algo que con dos jugadores resulta más entretenido y llevadero que si estuviésemos solos.
El desarrollo en general se mantiene similar durante toda la aventura, aunque con una curva de dificultad adecuada y varios coleccionables para desbloquear más personajes o minijuegos. Los minijuegos son entretenidos y tienen un enfoque más competitivo. No son muy profundos, pero jugar al fútbol o luchar nos aporta algo de variedad.
A nivel técnico tenemos un título alegre y colorido, con un nivel de detalle decente. Los polígonos y los detalles no son demasiado actuales, pero el resultado es simpático para los sentidos, al igual que ocurre con el apartado sonoro.
Never Breakup ofrece un concepto curioso y llamativo, pero cuya ejecución no consigue ser del todo satisfactoria por aspectos de la cámara y del control (sobre todo si no disponemos de un segundo jugador). Para los amantes del cooperativo puede ser una buena opción para echar un buen rato, con puzes interesantes y un desarrollo no demasiado agobiante.