Battletoads, Street Sharks, Tortugas Ninja … hace un par de décadas que los animales antropomorfos que reparten estopa estaban muy de moda. Clash Force trae de nuevo a escena ese tipo personajes con un juego que bebe también de clásicos como Mega Man o Contra (e incluso Sonic). Una propuesta muy “añeja” que llega a Nintendo Switch para complacer a, principalmente, los nostálgicos.
Mucha acción y pocos botones en Clash Force
Los malos están invadiendo el planeta y le toca a nuestro escuadrón salvar el día. Para ello podemos saltar y disparar (usando el gatillo para disparos continuados), algo básico pero que gracias a los power-ups de diferentes disparos que vamos encontrando gana en variedad.
El juego tiene tres dificultades y, al igual que el juego de Rock, saltos con enemigos que aperecen de la nada a los que odiarás por hacerte caer. Por suerte hay escudos que nos ayudan contra ello y los diversos disparos para que no sea tan molesto. No existen puntos de control, pero por suerte las fases tienen una estructura mucho más corta.
Picos extraños
La dificultad del juego es un poco “artificial”, porque se basa en colocar enemigos en una cantidad o lugar que el juego no nos había preparado antes. Por ejemplo, en un nivel encontramos una gran cantidad de enemigos que no se pueden eliminar en un espacio muy pequeño y eso puede frustrar bastante.
El juego es lineal en su desarrollo y sencillo en concepción, con sus picos de dificultad en algunos momentos (sobre todo en difícil). A nivel técnico estamos ante un claro homenaje a juegos como los de Mega Man clásicos y otros de la época, tanto en colores como en falta de animaciones o diseño de niveles. La música no llega al nivel de los títulos en los que se inspira, pero acompaña adecuamente.
Clash Force es un título correcto en su campo, pero sin ningún tipo de mecánica o característica que le haga destacar entre la multitud. Hay muchas posibilidades en su género en la actualidad, por lo que solo los más nostálgicos sabrán sacarle todo el partido a esta aventura de disparos.