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Análisis de Chronos: Before the Ashes

Chronos: Before the Ashes llegó a Nintendo Switch el pasado 1 de diciembre. Desarrollado por Gunfire Games y distribuido por THQ Nordic. Se trata de un juego de aventura en tercera persona con elementos RPG que bebe del fenómeno souls“, popular sobre todo gracias a Hidetaka Miyazaki y FromSoftware.

Primero, debemos aclarar que se trata de una precuela de Remnant: From the Ashes, desarrollado por el mismo estudio y que forma parte del mismo universo. En dicho juego, se optaba más por la acción y lo disparos y, pese a haber cosechado buen éxito y crítica para otras plataformas, aún no ha visto la luz en la híbrida de los de Kioto.

Por otra parte, hay que saber que Chronos: Before the Ashes no es un título original lanzado este año. Se trata de un juego que llegó en 2016 para Oculus Rift y ahora se ha readaptado a consolas, entre ellas Nintendo Switch. Es importante mencionar esto porque algunos de los problemas con el juego vienen dados a que, de base, es un juego pensado para Realidad Virtual, especialmente los relacionados con algunos ángulos de cámara.

Cuando la inspiración se vuelve expiración

Una vez en los mandos, es inevitable pensar en Dark SoulsUna pequeña introducción en forma de contexto y, de repente, ya estamos saltando de una barca atracados en una isla. Lo primero que llama la atención y que, además, saca un poco de la inmersión es que a pesar de ir con espada y escudo, lo siguiente que debemos hacer es subir a un ascensor. Aunque la cosa mejorará luego.

Enseguida nos damos cuenta de que los controles son los mismos que en el susodicho juego de FromSoftware. Y los mismos significa exactamente eso. Pero pronto nos damos cuenta de que no estamos en Lordran y que, como durante la mayor parte de la aventura, recibiremos una de cal por otra de arena continuamente por parte del juego.

Porque, evidentemente, obtener ideas e inspiración de juegos que han arrasado en los últimos años es algo útil y necesario. Pero, cuando la inspiración se vuelve expiración, matas a tu propio título precozmente al no poder compararse con una de las obras más aclamadas del Siglo XXI en la industria del videojuego.

Imagen de Chronos: Before the Ashes

Una de cal

Los primeros problemas del juego entran por los ojos. Texturas pobres, dientes de sierra y el sombreado de los personajes que saca totalmente de la inmersión, y eso una pena porque por otra parte, se notan buenas ideas y buenas intenciones en los diseños de escenarios y en la ambientación. Uno de los puntos fuertes del juego. Aunque le falta variedad, después de la zona de ascensores mencionada anteriormente entramos en diferentes mundos que están basados en ruinas.

La estética es de nuevo dicotómica, logramos una gran inmersión cuanto más jugamos al juego. Pero, posteriormente, vemos que la variedad de enemigos es muy escasa y poco inspirada. Aunque las peleas contra jefes son interesantes.

Aunque los escenarios se hacen algo repetitivos están bien inspirados y te meten de lleno en las mazmorras. Pero, por alguna razón, hay decisiones de diseño gráfico que no tienen mucho sentido, como por ejemplo cuando has de usar un objeto pero todavía no dispones de él, sale una señal de prohibido que saca totalmente del juego.

Imagen de Chronos: Before the Ashes

Una de arena

Al final, si caracterizamos las cualidades principales de un juego como Dark Souls, vemos que sus dos puntos fuertes son el combate y el diseño de niveles, aquí pasa igual. Probablemente estos sean los puntos más trabajados en Chronos: Before the Ashes. El diseño de escenarios es lineal, pero laberíntico. A medida que avanzamos abrimos atajos que hacen más accesible el camino y lo conecta con zonas anteriores. Así, luego nos es más fácil avanzar por él. Para ir abriendo camino es necesaria la resolución de pequeños puzles. Algunos de ellos están bien trabajados y recuerdan incluso a mazmorras vistas en la serie The Legend of Zelda.

Por otro lado, el combate es el eje central del juego. La paciencia y los enemigos duros, de esos que te quitan una buena porción de barra de vida cuando te golpean, se encuentran por doquier. Puedes elegir entre tres niveles de dificultad, lo que hace todo el mundo pueda disfrutar del juego. Aun así es posible que le apetezca a gente que busca un reto. Sin embargo, aunque el combate está bien llevado, le falta agilidad y dinamismo y, al final, las mecánicas resultan algo simples. Por otra parte, la adquisición de habilidades y recursos para conseguir mejoras lo hacen lo suficientemente estimulante como para aprobar.

El paso del tiempo, el punto fuerte

La característica principal y más diferenciadora del juego es, sin duda, como resuelve la derrota. Cuando nos creamos a nuestro personaje tiene 18 años, y cada vez que nos ganan debemos salir de la isla y esperar un año para poder volver a enfrentarnos al reto. Por tanto, si morimos una vez volvemos con 19, a la segunda con 20, etcétera. ¿En qué nos afecta eso? Las habilidades del personaje se van mejorando al recibir puntos mientras vencemos enemigos y el cómo gestionarlas va a depender de nuestra edad. Mientras seamos jóvenes nos podremos centrar en mejorar la fuerza bruta y la agilidad, pero, a medida que envejecemos, no podremos mejorar más esos atributos aunque sí otros como el arcano, que básicamente es la magia. Así dependeremos de otras habilidades y nuestro estilo de juego deberá ser algo diferente.

Sin duda, es una manera muy original de resolver la derrota, aunque no acaba de estar bien implementada del todo con la historia. Cuando perdemos, simplemente volvemos a la última piedra mágica, que hace las de punto de guardado y desplazamiento rápido por las diferentes zonas del escenario. No hay ninguna animación ni narración en la que nos comenten qué ha pasado durante ese año más allá de la primera vez en que nos avisa de cómo funciona la mecánica, o si vemos que nuestra edad sube en el menú de personaje. Tampoco vemos que llegue de nuevo a la isla, sino que apareces en la última piedra. Además, esto sirve también para hacer respawn de los enemigos. Tanto ellos como los escenarios no ven ningún cambio con el paso de las décadas, simplemente vemos a nuestro personaje envejecer mientras todo lo demás se mantiene intacto e inamovible.

Imagen de Chronos: Before the Ashes

After the Ashes

Chronos: Before the Ashes es, por tanto, un juego con buenas ideas, buena ambientación y algunas buenas mecánicas que no sabe ver más allá de eso. Los conceptos están bien pensados, pero falla la implementación y el esfuerzo técnico necesario para ser algo más que un juego correcto y entretenido. La duración es bastante decente, ya que dura unas 10 o 15 horas. Y, si eres fan de las mazmorras podrás llegar a disfrutar y estar inmerso en su mundo. Por otra parte, no es recomendable tener unas expectativas demasiado elevadas con él y, además, tiene muchos errores que te sacan de la experiencia. Aun así es un aventura a la que puede merecer la pena darle una oportunidad si te gusta este tipo de juegos.

Resumen
Chronos: Before the Ashes es un conjunto de inspiraciones que no acaban de arrancar en ningún aspecto. Aunque sí es suficiente para poder disfrutar de una aventura de mazmorras y combate, sobre todo si eres fan del género, no reinventa nada. Tiene fallos y es simple, pero sirve para entretenerte durante un buen puñado de horas.
6.5
Justo
Escrito por
Miyamoto sea con vosotros.

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