La cocina es uno de los grandes pilares de The Legend of Zelda: Breath of the Wild. Con una olla y cualquiera de los objetos que encuentres a tu paso en la inmensa Hyrule de esta entrega, puedes hacer todo tipo de platos o elixires con los que ganar salud o mejorar tus características. En el recientemente estrenado Tumblr del Nintendo Treehouse, han querido compartir un curioso detalle sobre este elemento pensado para los más “cocinitas”. ¿Sabíais que los cangrejos no siempre fueron un ingrediente de comida?
Bill Trinen, en un post titulado “Ahora estás cocinando con potencia”, guiño al mítico “Now you’re playing with power” de NES, ha comentado esta curiosa evolución gastronómica, e incluso revelado cierto símil con el concepto del desarrollo de un videojuego para Aonuma.
Cocinar. Eiji Aonuma recalcaba este elemento ya desde hace tiempo, en 2004, en numerosas entrevistas relacionadas con la IP de Link e incluso en una charla previa al lanzamiento de Twilight Princess, “La Evolución de una Franquicia: The Legend of Zelda“. No solo por parecerle algo interesante como mecánica jugable sino por considerar que hacer un Zelda era algo así como hacer un estofado:
“Ambos son procesos largos, ambos requieren la combinación de múltiples ingredientes y condimentos, y cuando cocinas esos ingredientes juntos se combinan para completar el sabor, e incluso mejorarlo.”
Trinen recuerda con especial cariño la primera vez que movió a Link por la Meseta de los Albores y se cebó recogiendo champiñones, algo que confiesa adorar. Comenta que, como si fuera algo instintivo, sabía que estos servirían para ser cocinados, y no tardó poco en ponerse a ello cuando llegó a la cabaña del anciano. Ahí descubrió que Aonuma había conseguido lo que quería, meter la cocina en uno de sus videojuegos.
Insectos de mar hechos ingredientes de cocina
Anécdotas aparte, lanzarse al mundo de la gastronomía en The Legend of Zelda: Breath of the Wild fue algo que también pasó por varias etapas. Cocinar el sistema de cocina, valga la redundancia, llevó a experimentos de todo tipo. Por ejemplo, y como podréis ver en la imagen a continuación, en un momento del desarrollo se consideró la idea de hacer carne electrificada, de forma similar a la congelada que puedes obtener durante la partida.
El acercamiento de Breath of the Wild a la gastronomía está también bañado por el permanente concepto de puzle del juego. Trinen, en su post, incide en cómo esta idea le llegó a la cabeza en sus primeras partidas: “[Cocinar] era una nueva forma de resolver puzles, intentando pensar qué ingredientes funcionarían bien juntos y qué cantidades darían los mejores resultados.”
Tanto ensayo y error llevó a hacer descubrimientos inesperados. Nate Bihldorff, otro de los miembros del Nintendo Treehouse, se llevó una sorpresa al intentar hacer un plato con un cangrejo. El resultado no fue una comida, sino un elixir. Estos brebajes, normalmente, se llevan a cabo cuando mezclas insectos u otro tipo de ingredientes en los fogones, y no terminó de resultar del agrado de Bihldorff. A diferencia de Trinen, él no considera a los crustáceos unos “bichos del mar”, así que no dudó en contactar directamente con el director del videojuego, Hidemaro Fujibayashi.
Solo hizo falta una llamada a Fujibayashi ese mismo día y una “explicación apasionada” al equipo de desarrollo sobre las bondades de este tipo de animales marinos. Los cangrejos comenzaron a estudiarse como ingredientes para comer y no como elementos que añadir para conseguir un brebaje. Y, finalmente, pasaron a ser lo que son a día de hoy en The Legend of Zelda: Breath of the Wild.
Es curioso ver cómo las ideas van cambiando a lo largo del desarrollo de un juego de este tipo. Aonuma, Fujibayashi y su equipo tuvieron que ir probando con todo tipo de ingredientes para dar con ese plato de 10 que podemos probar en Wii U y Nintendo Switch desde el pasado 3 de marzo (y que recibirá más condimentos durante los próximos meses).
Ahora, y tal y como concluye Trinen en su post:
“Cuando mezcléis Especias Goron junto con un cangrejo en una olla, podéis pensar en Nate. Yo me quedo con mis champiñones.”