Cuando oímos hablar de Tri-Crescendo, se nos vienen a la mente muchos juegos de Digimon o el peculiar Fragile Dreams entre otros, pero orginalmente fue una empresa centrada en el audio de los juegos de Tri-Ace. Algo parecido ocurre con Shin’en Multimedia, que se convirtieron en especialistas de audio para portátiles de Nintendo (y otras plataformas) con su propio motor, realizando así dicho trabajo en una enorme cantidad de juegos. Hoy vamos a hablaros de esta empresa, con motivo de la celebración de sus primeros lanzamientos físicos en Nintendo Switch en la web de Super Rare Games.
La nave que creció en píxeles y resolución
En el terreno del desarrollo, esta compañía alemana fundada en 1999 comenzó en Game Boy Color con un título de Blue Bear, una mascota de su país y que por aquí no conocemos mucho, pero poco después trajeron Iridion 3D a Game Boy Advance, un título de naves a lo Starfox que explotaba la portátil a todos los niveles. Majesco se convirtió en publisher de esta serie de juegos, que posteriormente evolucionó a lo que en la saga Nanostray de Nintendo DS. Aquí la jugabilidad estaba más enfocada en un shoot’em up de naves tradicional que usaba la pantalla táctil como un HUD muy completo.
El trabajo de Shin’en llamó también a que otros editores como Acclaim o Midway los contratasen para hacer títulos licenciados de Garfield o La abeja Maya, pero fueron sus títulos de naves los que conquistaron a los jugadores. Al ser expertos en audio, la compresión propia estaba muy bien lograda, y la jugabilidad se caracterizaba por ser fluida y ofrecer una buena cantidad de elementos en 3D. Si pecaban de algo sus juegos quizás era de ser algo cortos, pero ese es un problema que se “sufría” mucho en la época por el tamaño de la memoria, especialmente si eran juegos arcade o de acción.
Sin embargo, este trabajo de compresión los convirtió en un estudio “muy Nintendo”, en el sentido de ser capaces de optimizar el uso del hardware y de compactar lo máximo posible el espacio de almacenamiento de sus lanzamientos sin que el sacrificio fuese notorio. A día de hoy siguen destacando en consolas Nintendo por alcanzar framerates estables de 60fps en resoluciones bastante altas.
La autopublicación y el F-Zero indie
Llegó WiiWare (y su molesto límite de 40 megas para cada juego), y aquí Shin’en demostró su valía. Se estrenaron con el título Fun! Fun! Minigolf, pero poco a poco llegaron Jett Rocket, Art of Balance y FAST Racing League. Jett Rocket era un plataformas 3D muy competente para sus limitaciones, el segundo es un título de puzle basado en la colocación de piezas que ha recibido posteriores versiones en otras consolas y el último sentó las bases del futuro de una de las sagas actuales más queridas de Shin’en.
FAST Racing League es la combinación de F-Zero e Ikaruga, un título de carreras futuristas a toda velocidad pero que combina también un sistema de polaridad de dos colores que si lo utilizamos bien nos da ventajas pero que si lo hacemos mal la jugada se vuelve en nuestra contra. Su dificultad era bastante elevada, pero muchos pensaron que Shin’en podría ser capaz de hacer un F-Zero para descarga y a día de hoy seguimos pensando que podrían hacerlo.
Esto nos lleva a la era 3DS y Wii U, un momento en el que lanzaron el último Nano con Majesco y luego pasó a ser suyo para ser autopublicado en una versión mejorada llamada Nano Assault X. Tiene relación con todo lo visto en Nanostray y aquel que quiera verle la historia a un juego que la tiene muy de trasfondo (al nivel de la que se contaba en los manuales de instrucciones) quizás pueda pensar que se pierde algo, pero Nano Assault se convirtió en una saga que buscaba ser independiente y propiedad de Shin’en. El último de ellos salió de lanzamiento en Wii U y nos sorprendió de nuevo por ofrecer una experiencia fluida y rápida en muy poco espacio de memoria.
Nintendo e-Shop Selects y el camino actual de Shin’en Multimedia
Además de colaborar con Arc System Works para la publicación cruzada entre Japón y Occidente de varios de sus juegos indie, la empresa alemana, ya dueña de todas sus publicaciones, continuó sabiendo lo que mejor sabe hacer, optimizar el uso del hardware en sus juegos. En Wii U fue FAST Racing Neo quizás el que más destacó, una vuelta a la fórmula vista en WiiWare que se hacía más llevadero pero igual de frenético. Fue un título tan especial que recibió DLC y una versión física que la propia Nintendo comercializó (solo este juego y la colección de SteamWorld tuvieron dicho honor en Europa).
Y llegó Nintendo Switch, la consola del éxito a la que Shin’en de nuevo decidió apoyar de inicio con la mejor versión de su juego de carreras. FAST rmx (o Fast RMX según dónde lo leas) demostró que la fórmula funciona y que sigue sólida como una roca. De hecho, es quizás el culpable de que a día de hoy algunos seguidores del título del Captain Falcon hayan visto su ansia algo satisfecha.
Pero en Nintendo Switch decidieron apostar también por la novedad, y llegó The Touryst. La evolución de la exlporación 3D de Jett Rocket se adapta ahora a una aventura de exploración en un entorno isleño muy peculiar, y con un estilo a base de cubos que sabe lucir muy bien. No solo eso, sino que también supieron integrar pequeños juegos arcade (su punto fuerte) dentro de máquinas del juego, para así ofrecer una experiencia más redonda. Un título que se completa en menos de 5 horas, pero que sabe dejar un buen sabor de boca y ser relajante y desafiante a partes iguales.
Así que si sois seguidores de Shin’en Multimedia u os ha gustado lo que habéis visto tras leer su trayectoria, os animamos a haceros con sus ediciones físicas (que acaban de ponerse a la venta), o bien que os descarguéis alguno de sus lanzamientos (The Touryst tiene demo) en la eShop. Puede que no sean grandes joyas que perduren en el hall de la fama de la historia de los videojuegos, pero sí que son diamantes bien pulidos que cumplen con lo que muchos lanzamientos más grandes no consiguen en términos de eficiencia.
