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Madrid Otaku 2017

En una más que calurosa mañana del sábado nos dirigimos al Pabellón de Cristal de la Casa de Campo de Madrid a enfrentarnos a lo que pensamos iba a ser otra feria más de japonesadas y, aunque por poco, erramos en nuestra valoración de esta Madrid Otaku.

Con menos espacio que otras ferias de similar índole, el principal problema de Madrid Otaku, además de que en parte no deja de ser, como nos temíamos, otra feria más, es que está rodeada de otras ferias o eventos que son casi calcos entre ellos: Heroes Manga, Heroes Comic Con, Japan Weekend y este Madrid Otaku comparten tanto stands como el grueso de sus actividades (quizás Heroes Comic Con algo menos).

También comparten algo que no acabo de entender, y es ese afán por mostrar tan poco de la cultura japonesa en su forma más pura y centrarse en los últimos hits del mundo del manganime, porque no nos engañemos, estos eventos van dirigidos a adolescentes y jóvenes adultos (por decir algo) que gusten de visualizar y, en cierto grado, adoptar las más extravagantes modas que provengan del País del Sol Naciente.

No quiero que nadie me malinterprete, ahora que peino más canas que pelos negros digo esto, pero si me hubiera pillado en la edad, es posible que también hubiera caído. Porque, seamos sinceros, los frikis sin vergüenza saben pasárselo de fábula, y si para ello han de disfrazarse (hacer cosplay, lo mismo me da), bien por ellos. Antes nos aprendíamos las coreografías de las Spice Girls (por favor, sé lo que estáis pensando) y ahora las de Hatsune Miku. El resultado final es el mismo.

Por supuesto esto no quita para que nos hayan faltado cosas realmente japonesas, pero japonesas, japonesas, no mezcladas, ni agitadas como las pediría Bond (o Golgo 13 en este caso). De lo poco cultura japonesa que pudimos ver destacamos varias charlas, como una de kimonos interesantísima, las demostraciones de hapkido, los intentos de la academia de idiomas Lingua Studio por enseñarnos algo de japonés, chino y coreano y la poca gastronomía japonesa que tuvimos ocasión de probar. Ah, y la presencia del dibujante de manga ecchi Makoushi, entrañable es decir poco. El resto: manga y anime en su forma más comercial. Sobre todo mucho anime, en forma de cosplay, de canciones y bailes y de muñecos, porque nunca hay que perder de vista que los stands son el principal atractivo de estos eventos, lo que nos lleva a un dato curioso: era casi imposible comprar tomos de manga o series o películas anime, ¿alguien se lo explica?

Claro que de todo lo anterior no tiene toda la culpa la organización del evento, que, por cierto, tuvo todo muy controlado en todo momento y se nota que le puso más cariño que otras en otras ferias, sino que no podemos restarle culpa al público asistente, más pendiente del grábame con tal o el ¿me puedo hacer una foto contigo? que de asistir a las charlas y coloquios ofrecidos. En la primera demostración de hapkido participamos alrededor de 5 personas, a la charla de kimonos asistimos 6 oyentes y al primer taller de iniciación al manga otras tantas. Claro que para ser justos hay que resaltar que en horas posteriores la cosa mejoró y que las zonas de baile y karaoke y la de videojuegos (la de juegos de mesa algo menos, claro que también es verdad que pintaban poco ahí) consiguieron reunir durante todo el día a un flujo más o menos constante de gente. Y tampoco podemos olvidar que asistimos a un pequeño adelanto de lo que será el concierto que se celebrará en Barcelona el próximo 25 de noviembre donde actuará en directo la orquesta de The Legend of Zelda: Symphony of the Goddesses.

Ya que hemos llegado a lo que nos interesa, vamos a quedarnos un ratejo. En el tema videojuegos hubo poca variedad en este Madrid Otaku, no pasa así en otros eventos de similares características: varias Wii U con su Smash Bros. 4 correspondiente (donde se organizaron diversos torneos a lo largo del fin de semana), varias PlayStation 4 con juegos de pelea en su mayoría como Tekken o Street Fighter V, alguno deportivo en alguna Xbox One y unas pocas máquinas arcade de baile o ritmo en su mayoría, prácticamente eso fue todo, nada de compañías japonesas montando sus chiringuitos y mostrando novedades, cero patatero. Ah, también un buen puñado de Wii modificadas con versiones hack de Smash Bros. Brawl y unas cuantas tiendas de compraventa de juegos que, bueno, digamos que no les hicimos gasto y no por falta de ganas, sino por lo especulativo (que no espectacular) de sus precios. Mención especial a los puestos de 16 Bits Era y de Tierras de Hyrule, gente maja donde las haya y con un amor por lo mismo que nosotros que nos animó el caluroso día.

Y eso fue, en líneas generales, lo que nos deparó el sábado en el Madrid Otaku. Puede que leyendo el texto no lo parezca, pero pasamos un día muy divertido y salimos de allí con unos cuantos euros menos, y sí, también había japonesadas, de las buenas.

¡Y conocimos a Malon!

Escrito por
Señor Bichos para ti.

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