Gracias a la celebración del 35 aniversario desde el lanzamiento de Super Mario Bros. a partir de mañana podremos disfrutar de Super Mario 64, Super Mario Sunshine y Super Mario Galaxy en la colección de Super Mario 3D-All Stars, del cual podéis leer nuestro análisis aquí.
Desde Revogamers seguimos con el homenaje a nuestro héroe, ayer recordando 5 momentos de Super Mario 64 y hoy, con el a la par amado y odiado Super Mario Sunshine.
El juego supuso la segunda entrega de nuestro fontanero favorito en las tres dimensiones, después de haberla revolucionado pocos años antes. Fue en Nintendo Gamecube y, curiosamente, no de lanzamiento allá por el año 2002. Aún siendo un juego sobresaliente, ha resultado ser uno de los juegos más ambiguos en cuanto a opinión pública, con gente que lo ama y, por otra parte, gente que no puede con él. A la evidente mejora gráfica se le añadieron cambios sustanciales en la jugabilidad como la incorporación de ACUAC, un aumento en la dificultad y una historia más elaborada.
ACUAC
Uno de los cambios más polémicos fue la incorporación de ACUAC, que generó un cambio de mecánicas muy importante. El pequeño robot servía de ayuda para afinar el plataformeo gracias a la capacidad de mantenerte suspendido en el aire y corregir la posición, entre otras características como la propulsión y el disparo de agua. Con ello, se dio vía libre para hacer que algunas secciones de plataformas fueran tan complejas que rozaron lo absurdo. Aunque personalmente se ha exagerado un poco la situación ya que, en realidad, son contadas secciones, además de opcionales.
Gracias a los gatillos con rango de movimiento de Gamecube, por otra parte, se podía regular la fuerza de lanzamiento de agua. Fue una característica impactante para la época. Algo que posteriormente la competencia aplicó a sus mandos e, inexplicablemente, Nintendo desechó. Con todo ello, una vez recibías a ACUAC en el juego no se podía parar de salpicar agua, y cómo no recordar las físicas y texturas de esta que, todavía hoy en día lucen espectacular.
Bowsy y la conspiración
Otro elemento en el que Super Mario Sunshine innovó respecto a su antecesor fue el desarrollo de una historia algo más elaborada, para ser un Mario, claro. Contando incluso con doblaje. Empezamos el juego con una cinemática en la que Mario y Peach se van de vacaciones y, al aterrizar, descubrimos que alguien se está haciendo pasar por nuestro héroe y está ensuciando Ciudad Delfino de tinta. Este hecho hace creer a los aldeanos que somos nosotros quienes hemos provocado el desastre y nos condenan a tener que limpiarlo todo con el uso de ACUAC. Hay hasta un juicio y vemos a Mario y ACUAC en la cárcel reflexionando sobre los hechos. ¿Quién se esperaba ver al fontanero en una situación así?
Al final resulta que es Bowsy, el hijo de Bowser que hace por primer vez aparición en un juego de Nintendo, quien se estaba haciendo pasar por Mario para hacer a este responsable de sus actos. Resulta que Bowser le ha contado que Peach es su madre y esta había sido secuestrada por él. ¡Ni en los mejores culebrones de media tarde!
Batalla en la montaña rusa
Justo antes de que se nos revelase quién era el Mario impostor, ocurre una de las batallas contra jefe más recordadas del juego, por su originalidad. En ella estamos montados en una montaña rusa y en el centro de ella hay una figura robótica con forma de Bowser. Nuestra misión consistirá en lanzar misiles propulsados mediante el ACUAC y en interceptar los disparados por él. Resulta en una de las batallas contra jefe más diferenciadas de la saga y que se recuerda con gran cariño.
Manejar a Yoshi
En Super Mario 64 podíamos encontrar a Yoshi en la azotea del castillo una vez nos pasábamos el juego. Pero, en ningún momento, debido a tiempos de desarrollo, tuvimos la oportunidad de montar en él y manejarlo. No fue hasta que en Gamecube pudimos volver a tener la oportunidad de, esta vez sí, controlar a nuestro dinosaurio favorito.
Para hacerlo debíamos robarle el huevo a Bowsy, todavía haciéndose pasar por Mario Oscuro, en Ciudad Delfino. En otra de las comunes persecuciones con las que nos encontramos lanzándole agua. Una vez acertado, solo nos hacía falta recoger el huevo. El susodicho suple el disparo de agua del ACUAC escupiendo zumo, que se carga comiendo fruta y nos permite desbloquear el acceso a ciertas partes. Aparte de cambiar las mecánicas de salto con su planeo zapateando en el aire. Todo un lujo contar con el dinosaurio. Posteriormente, no podríamos volver a jugar con él hasta Super Mario Galaxy 2, el gran olvidado del recopilatorio.
El hotel de los Boo
Curiosamente, una de las zonas que desbloquea Yoshi zampando una piña es Playa Paradiso. En esta, una vez vencida la Mega Raya, aparecía el Hotel Delfino. Aunque para nuestra sorpesa, se encontraba conquistado por los fantasmas Boo. Una de las misiones más épicas resulta en tener que infiltrarte en el hotel, lleno de fantasmas a los que afortunadamente podemos vencer lanzando agua y saltando encima. Vamos, así, avanzando de sala en sala, entrando por armarios falsos, a través de cuadros, agujeros en el techo y en el suelo hasta encontrar a Yoshi. Vemos que en la piscina del hotel hay un sol pero, a falta de bañador, sí, en serio, debemos encontrar un acceso oculto.
Bonus: Las zonas especiales, sin ACUAC
Durante el juego, hay soles que se consiguen entrando a “un mundo especial” en el que Mario Oscuro nos roba el ACUAC y debemos avanzar mediante plataformeo puro, al estilo de siempre. Estas zonas más clásicas son las más recordadas con cierto odio al elevar la dificultad rozando lo demoníaco. Aunque no sea un recuerdo demasiado agradable, forma parte de la cultura que ha envuelto el juego y no podíamos dejarlo en el olvido.
Estos son algunos de los momentos más memorables para nosotros de Super Mario Sunshine. Mañana, 18 de septiembre tendréis la oportunidad de recordar estos y más momentos con Super Mario 3D-All Stars para Nintendo Switch. Además, estad atentos a los 5 momentos a recordar sobre Super Mario Galaxy.