Green Game: Timeswapper es un juego que nos llega de mano de los creadores de Serial Cleaner, y en el que hay que dominar pequeños puzles en los que el tiempo juega un papel fundamental. Se trata de un título llegado desde dispositivos móviles, y su jugabilidad ha llegado intacta, por lo que solo podremos jugar en modo portátil con la pantalla táctil.
Green Game, los mecanismos giran
Bajo una premisa llena de máquinas y vapor, un juego de puzles nos espera. Dada su naturaleza original, los niveles son cortos con una dificultad creciente, en los que nuestro personaje se mueve completamente solo en busca de llegar de un punto A a otro B y nuestro deber será facilitarle el camino, ya que normalmente acabaría chocándose. Para ello, disponemos del poder de girar una rueda que cambie el estado de algunos elementos en la pantalla.
¿Cómo funciona esto? Normalmente veremos máquinas que escupen aire y, si nuestro pájaro pasa por ellas, cambiará su dirección hacia la misma del aire. De esta forma, intentamos guiarle para que no caiga en ninguna trampa. Pese a que con un poco de maña toco se hace relativamente sencillo, hay varios coleccionables por el escenario que sí nos obligarán a darle más vueltas al coco si queremos completarlo todo al 100%.
Gira los engranajes cuando quieras mientras juegas cuando quieras
Cuando parece que todo es más simple (que no malo por ello) que el mecanismo de un chupete, aparecen las intensidades. Es decir, ya la cosa no es cambiar de encendido/apagado todas las máquinas de la pantalla de un plumazo, sino que aparecen distintos grados de encendido, provocando así que un mismo chorro de aire pueda llevarnos hasta varios sitios diferentes según su fuerza.
Con una limpieza visual carente de texto y predominante en siluetas, la sensación de atmósfera propia está bien conseguida, pese a que tampoco tiene muchos detalles. Su música acompaña muy bien, aunque hay poca variedad y puede llegar a cansar. Un problema a mencionar es la representación de las diagonales en el juego (es decir, desvíos que se salen de los clásicos caminos horizontal y vertical de nuestro pájaro), que hasta que nos acostumbremos a ellas nos harán equivocarnos alguna que otra vez.
Cargado de cortos niveles en los que aprenderemos por ensayo y error, Green Game: Timeswapper ofrece un par de horas de duración (si no somos muy hábiles o queremos todo hay que subir mucho esa duración). No tiene nada que lo haga destacar, pero tiene ese algo especial para convertirse en un aliado para echar una partida rápida en sesiones de juego muy cortas. Ya sabes, enciendes la Switch y juegas en un instante, su gran virtud.