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Starlink: Battle for Atlas

Ya tenemos con nosotros Starlink: Battle for Atlas, la arriesgada propuesta de Ubisoft que combina, como ya hicieron otras en el pasado, juguetes físicos y videojuegos. ¿Le habrá salido bien la jugada? Te alegrará saber que sí, aunque no es un juego perfecto. Además, en Nintendo Switch contamos con la versión más completa de todas.

Nova

La Iniciativa Starlink está formada por un equipo de lo más variopinto del que formamos parte. Esta nace gracias al astrofísico Víctor St. Grand, quien, gracias a haber conocido a un alienígena que resultó varado en la Tierra, aprende a refinar nova consiguiendo así el combustible y la tecnología necesarias para surcar el espacio con la Equinox.

En deuda como estaba con Judge, el alienígena que, además, parece ser el único de su raza, sale en busca de más como él mientras investiga los secretos que aguardan en el sistema Atlas, formado por varios planetas habitables.

Sin embargo, en su camino se interpondrá pronto Grax, líder de la Legión de los Olvidados quien busca los conocimientos de Judge y St. Grand para convertir electrum, materia prima abundante en los planetas de Atlas, en nova; aunque sus intenciones no acaban ahí…

Grosso modo, esta es la historia de Starlink, al menos la compartida entre versiones, porque los poseedores de Nintendo Switch tenemos un capítulo extra donde, en el papel de Fox McCloud, daremos caza a Wolf O’Donell, nuestro archienemigo, el cual ha venido del sistema Lylat a Atlas buscando refugio y también forjar nuevas alianzas.

Este capítulo extra, que además se integra con la historia principal pudiendo avanzar en esta trama a la vez que en la de la Iniciativa Starlink, conlleva que Fox esté disponible en exclusiva como piloto seleccionable así como su icónica nave, el Arwing.

Nuestros cornerianos favoritos aparecerán también en las secuencias de vídeo (que podrían tener mayor resolución) y todo el equipo contará con varias líneas de diálogo, ya sea en estos clips o dentro del propio juego, ya que se comunicarán por radio con Fox e incluso bajarán a echarle una mano cuando lo requiramos, y abrid bien el oído cuando eso pase porque reconoceréis la música que suena.

Atlas

El sistema Atlas está formado por 7 planetas todos ellos habitables, al menos por formas de vida alienígenas, ya que nosotros nunca nos bajaremos de nuestra nave, siendo esta una de las grandes diferencias de Starlink con respecto a otros títulos como No Man’s Sky, del que toma prestado el diseño de algunos animales y también la paleta de colores o su vertiente más recolectora, aunque nunca será tan abusiva como en el juego de Hello Games.

Cada uno de estos planetas tiene su propia flora y fauna, aunque animales grandes, que además podremos escanear, habrá pocos, tanto en número como en diseño, por lo que casi nunca sentiréis que las superficies están vivas.

Para subsanar esta sensación habrá, por otra parte, multitud de asentamientos, aunque los más grandes estarán todos abandonados por motivos de historia, y tocará reclamarlos como nuestros.

También habrá otros puestos, como observatorios, refinerías, talleres o armerías. Son pequeñas instalaciones que, además de darnos misiones, podremos mejorar, ya sea a base de completar estos encargos o de entregar materiales (y dinero en algunos casos).

Uno de los mayores logros de Starlink es, precisamente, el saber introducirte todos estos elementos y otros muchos (colmenas, restos espaciales, agujas…) de manera que no interrumpan el ritmo de juego, especialmente al inicio.

Durante nuestras primeras horas en Refugio, primer planeta que cuenta con paisajes verdes pero también otros arenosos que recuerdan al Jakku del Episodio VII de Star Wars, todo lo que haremos será volar, disparar y juguetear con nuestra nave. Aceptaremos misiones de este o aquel puesto y también las que nos manden desde la Equinox, pero poco más, por lo menos hasta que la trama se complique.

De repente y cuando no hayamos visitado más que tres o cuatro planetas de los siete que tiene el juego, nos sorprenderemos a nosotros mismos creando esas instalaciones, intentando forjar alianzas con sus habitantes, combinando potenciadores, plantando sondas en puntos estratégicos o descubriendo el misterio de las agujas (unas estructuras altas que encierras importantes mejoras para nuestra nave o armamento). Todo ello además mientras hacemos frente al jerarquizado ejército de Grax, que ahora cuenta con potentes acorazados y temibles titanes que hacen uso de los extractores que hay diseminados por todos los planetas.

Sin embargo, a partir de aquí será también cuando nos demos cuenta de que el “efecto Ubi” hace su aparición.

En seguida entenderemos que en los 7 planetas hay que hacer lo mismo, siempre. Hablar con las bases, recuperar los asentamientos, abrir las agujas y destruir los extractores y los nidos de diablillos. Eso, una y otra vez, en cada uno de los cuerpos celestes que visitemos.

Por suerte habrá misiones secundarias que nos servirán para entender mejor la historia y que tendrán más enjundia que estos encargos, pero, en comparación, serán las menos.

Tampoco se salva de esta repetición la arquitectura de bases o asentamientos, ni por fuera ni por dentro, ya que a algunos edificios podremos acceder para ver qué esconden.

Y cuando salgamos al espacio, la cosa no mejorará demasiado.

Viajar será divertido al principio. El sistema Atlas no es demasiado grande pero cuenta con campos de asteroides, chatarra espacial a investigar, trampas de forajidos, guaridas… Pero, una vez más, se repetirán hasta la saciedad, igual que los diálogos que las preceden.

Ir de un planeta a otro con el hiperpropulsor conllevará, siempre e inexorablemente, que se cree un campo de asteroides con basura con algún contenedor y también que los piratas nos traten de atrapar en su red. Si no la esquivamos, habrá una pequeña contienda y, si resultamos vencedores, se mostrará en el mapa su guarida.

Otro problema añadido es que estas naves-guarida son siempre calcadas en diseño, igual que pasa con las naves de los forajidos o con sus pilotos. No solo eso, sino que todos los enemigos que veamos serán variaciones de uno llamado cíclope solo que los habrá con escudo y/o con algún arma elemental (de fuego, hielo o gravedad principalmente).

Es una lástima que el mimo que se ha puesto en los diseños de naves y planetas no se haya puesto también en los soldados de la Legión.

Las piezas clave

Starlink: Battle for Atlas, además de ser un buen juego de naves y exploración, es también una línea de juguetes como en su día fueron Skylanders, por lo que hay que dejar muy claro qué se consigue con ellos y hasta dónde podemos llegar sin ellos.

El Starter Pack en Nintendo Switch trae el Arwing en físico, un muñeco de Fox (la mitad de un amiibo de tamaño), otro de Mason Rana, dos armas elementales en físico, de hielo y fuego, una nave, la Zenith, en digital, otra arma, la Despedazadora, también en digital, el juego y el soporte para los Joy-Con.

Con este pack es posible completar todo el juego, incluso al 100 %, aunque os costará tener que recurrir a trucos como el remolcar bombas antigravedad para romper cristales de gravedad y así acceder a lugares secretos, por ejemplo. Es algo tedioso a veces si no hay cerca bombas del elemento que buscamos, pero se puede hacer.

Otro tanto os ocurrirá con determinados enemigos. Algunos son resistentes a un tipo de arma y débiles a otro, pero, aunque no llevemos la más eficaz, siempre les haremos algo de daño, por lo que comprar armas extra, ya sea en físico (Pack de Armas, vienen dos en cada uno) o en digital (a través de la eShop) no es obligatorio aunque sí os hará la travesía más fácil. Es importante también saber que las armas combinan su eficacia, de modo que si, por ejemplo, hemos congelado a un enemigo, conseguiremos una racha térmica si le freímos a continuación con el Lanzallamas.

Con las naves ocurre algo similar. Si nos destruyen el Arwing, si tenemos otra, podemos continuar desde el punto exacto donde han acabado con nosotros y terminar así la pelea. Si, por el contrario, no disponemos de más naves ya sea en físico o en digital, la solución será pagar electrum y reapareceremos en la atmósfera del planeta.

Algunos os preguntaréis también si hay que estar con la nave todo el rato encima del soporte o si se puede usar el Pro Controller; bien, se puede. Al escanear una nave (de forma rapidísima), esta se guardará de forma virtual en vuestro hangar durante 7 días, igual que las armas y pilotos. Así, bastará con escanearlas una vez y ya podremos pasar al mando Pro.

Esto hablando de los formatos físicos. Si tenéis Starlink en formato digital, no tendréis ese “problema”.

Las naves, incluso poniéndoles las 2 armas y 2 alas extra (se puede, todas las piezas valen en cualquier nave), son sumamente livianas pero, lejos de lo que pudiera parecer, están recreadas con bastante detalle, incluso tienen partes que se iluminan si jugamos con el soporte.

Comentar asimismo que cada nave se maneja de una manera, pues las hay pesadas y ligeras, y cada una cuenta con sus propios atributos (velocidad, manejo, defensa y energía), por lo que comprar una u otra influirá en la jugabilidad.

Siempre podemos ver antes de comprar en qué influye cambiar una pieza, aunque tampoco os preocupéis demasiado por esto porque los potenciadores cambiarán las características del cuerpo de la nave otorgándole más velocidad, menos peso, más energía, mejor manejo…

Si jugáis a dos jugadores, en modo local, eso sí, podréis elegir entre hacerlo usando los dos un soporte y vuestra propia nave o uno jugar con soporte y el otro hacerlo de forma digital. La pantalla se dividirá en 2 verticalmente y podréis cooperar para acabar con Grax y su ejército.

El espacio

Técnicamente, Starlink nos ofrece una cara dulce y otra amarga. En las distancias cortas y si nos paramos a observar, veremos que hay texturas que tardan en cargar y otras que no son todo lo detalladas que podrían, incluso hay elementos que esperas que sean poligonales y al acercarte ves que son planos, y en las distancias largas siempre habrá algo de popping, apareciendo elementos casi de golpe (casi, antes se granulan y ya se forman del todo).

Sin embargo, una vez que nos dejamos de fijar en esas nimiedades, el juego llega a impresionar, más en portátil, donde parece increíble poder surcar volando a esa velocidad un planeta entero mientras vemos un nuboso cielo y pasamos a través de aros formados por la propia vegetación, todo ellos rodeados de colores a veces vivos y otras apagados.

Es muy gratificante el hecho de que, si volamos cara al sol, además de ver un efecto muy chulo, el paisaje irá ganando en luz; en cambio, si nos alejamos de él, acabaremos por llegar a la zona no iluminada del planeta.

Estos planetas cuentan con accidentes del terreno propios en cada caso, aunque, una vez más, se repiten en exceso, y hay demasiada tierra y poco agua en cada uno de ellos.

Es interesante, no obstante, cómo influimos en algunos planetas. Al principio son una nube de gas corrosivo pero, según acabamos con los extractores de la Legíon, se van repoblando y ganando en luminosidad.

Por fortuna, recorrer todos estos planetas, así como las zonas del espacio, es una gozada, y es así por el control de nuestra nave. Ubisoft ha dado en el clavo en lo referente a maniobrabilidad y siempre tendremos un control total de la situación.

Aquí hay que diferenciar dos fases: vuelo y planeo. En vuelo, la nave irá a bastante altura y se moverá en un espacio 3D, pudiendo quedar invertida respecto al suelo si así lo deseamos. Es una fase que se usa fuera de la atmósfera pero que también podemos utilizar en la superficie de los planetas para acceder a lugares altos, por ejemplo. Planeo es una fase de vuelo bajo donde es más fácil apuntar y disparar y donde usaremos una especie de salto, salto que será indispensable saber dominar pues, al arrastrar objetos, no podremos volar.

Los desarrolladores han aprovechado esto último para crear auténticas zonas de plataformas, aunque solo las veréis si completáis misiones secundarias, así que no tengáis prisa por acabar la historia principal.

En cuanto al sonido, la banda sonora brilla por su ausencia la mayor parte del tiempo, pero cuando suena acompaña la acción de forma bastante acertada. Como ya os dijimos, usad la habilidad especial de Fox y flipad.

Los efectos de sonido sí están más cuidados ya que son una constante. Al principio desearéis que vuestra nave haga menos ruidos cada vez que se mueve, pero os acostumbraréis a ello.

Starlink: Battle for Atlas está doblado íntegramente al castellano, y de forma totalmente profesional. Habrá voces que reconozcáis de otros juegos de Ubi, pero que sabemos que siempre cumplen. Ojalá los colonos y forajidos variaran un poco más su registro, porque se repiten hasta la saciedad.

Veredicto

Ubisoft ha logrado un juego de naves espaciales tremendamente digno al que lo que más lastra es el tener que repetir una y otra vez las mismas misiones y lo que es peor, viendo siempre los mismos emplazamientos y enemigos.

Su manejo es agradecido y fluido, aunque, quienes se esperaran un Star Fox, aquí no lo van a encontrar. Starlink va de exploración, recolección y sí, acción, pero no como en la saga de Nintendo.

Es importante mejorar todo, desde la nave nodriza, llamada Equinox, hasta nuestra propia nave o las armas, por suerte no hay ningún punto en el que esto se vuelva tedioso, sino que simplemente surge de forma natural cuando ya dominamos otras artes.

Es un juego que os puede durar decenas de horas, y que en Nintendo Switch es todavía más largo. Las secundarias se funden con la misión principal de una forma pocas veces vista, así que es más que recomendable que no las dejéis sin hacer.

Puede jugarse de principio a fin solo con lo que incluye el Starter Pack, y, aunque no conseguiremos armas en el juego, sí podremos comprarlas en físico o digital o bien estará la posibilidad de utilizar otros medios que nos proporcione el juego; más costoso a nivel de tiempo, no mucho más, pero con el mismo resultado.

Le ha faltado más variedad en los planetas y que estos estuvieran más poblados por muchos más animales o alienígenas inteligentes, pero, para los amantes de la acción espacial y la ciencia ficción, es un fijo.

Ubisoft también ha prometido más contenido postlanzamiento con múltiples mejoras y nuevos desafíos, y es que, después de echarle un buen puñado de horas, le pediremos más.

Y manejamos a Fox.

Escrito por
Señor Bichos para ti.

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