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Análisis de Kingdoms of Amalur: Re-Reckoning

Valoración: 7.5
kingdoms of amalur

Kingdoms of Amalur no obtuvo el reconocimiento que merecía en su día pese a haber sido desarrollado por un talentoso equipo donde había nombres como los del escritor R.A Salvatore (El elfo oscuro), Todd McFarlane (creador de Spawn) o Ken Rolston (diseñador jefe de Elder Scrolls IV: Oblivion). Quizás fue por tener que competir con Skyrim o Dragon’s Dogma (curiosamente ambos podemos disfrutarlos en Nintendo Switch), o tal vez por no ser en absoluto original en cuanto a su mundo y las razas que habitan en él, pero lo cierto es que este fue el primer y único juego de la desarrolladora 38 Studios.

Años más tarde y cuando el boca a boca lo había colocado en el lugar indicado, THQ Nordic adquirió los derechos de la IP (y de tantas otras) y encargó a KAIKO Games la remasterización que ahora nos ocupa y que lleva a la venta en otras plataformas desde septiembre del año pasado y que por fin podemos disfrutar en cualquier parte.

El destino no está escrito

Kingdoms of Amalur era y es un buen RPG de acción al que el tiempo le ha jugado una buena y una mala pasada; me explico. En su día y por la competencia a la que tenía que hacer frente, sumado a los problemas de la desarrolladora, no se le hizo todo el caso que se debía, pero unos pocos años más tarde nos dimos cuenta de las múltiples virtudes que escondía, como un sistema de combate mejor que casi cualquier exponente del género o una historia más que interesante contada en un mundo con un lore bestial. Pero hicieron falta tan solo unos pocos años más y una remasterización más bien humilde o vaga incluso para verle asimismo las múltiples costuras, agrandadas además por el paso de estos 9 años desde su estreno inicial.

Vayamos no obstante a uno de sus pilares, su historia, que además logra hacernos sentir realmente el centro de ella ya que, esta vez sí, somos el epicentro de todo, y eso, por qué no decirlo, nos gusta. En un mundo regido por los tapices del destino, un alma ha logrado escabullirse de sus hilos y tiene la potestad de cambiarlo todo. Por supuesto esos somos nosotros, y lo más importante, el resto de habitantes de Amalur lo saben, por lo que habrá quienes nos ayuden o quienes se interpongan en nuestro camino, algo que también dependerá de nosotros gracias a un sistema de toma de decisiones bastante apañado y con consecuencias en el devenir de la partida. A partir de aquí comienza una aventura única con más de 40 horas de duración a sus espaldas donde hay sitio para toda clase de seres fantásticos, pero toda.

Porque si de algo peca Kingdoms of Amalur es de parecer un batiburrillo de fantasía medieval. Quitando algunos enemigos grandes algo más inspirados, el resto parece sacado de un glosario de criaturas de hace décadas. Hace muchos años que dejó de ser original meter elfos, enanos, humanos, trasgos, hadas y todo lo que se os ocurra (pero que ya esté inventado) en un mundo entre medieval, mágico y verde, y eso es exactamente lo que tenemos aquí. Es como si sus creadores hubieran apostado a cada raza a que no había huevos a meterla en el juego. Eso sí, a algunos les cambian el nombre; los elfos son los fae (también los hay oscuros/de invierno), los trolls sí son trolls… Igual ocurre con las localizaciones del juego, todas vistas una y mil veces en otras obras, o leídas. Hay momentos en los que parece más bien un MMO que un juego en solitario, una sensación a la que también ayuda su sistema de misiones.

Si bien la trama principal de Kingdoms of Amalur es extensa y bastante interesante, el verdadero ritmo lo marcan, para mal, las misiones secundarias, que además aparecen como setas a cada paso que damos o a cada ciudad que visitamos. Para nuestra desgracia, casi en su totalidad son del tipo consigue un objeto y tráemelo o mata a tantos enemigos y ven y dímelo, y además suelen ser las que nos hagan conseguir mejor equipamiento. Están demasiado fuera de la historia principal y en casi todas acabaremos matando a los mismos enemigos haciendo los mismos combos, y eso que armas y estilos de lucha los hay a porrillo, hasta podremos tirar de un sigilo algo desaprovechado, pero lo que se dice modelos de enemigos, no hay demasiados diferentes.

Esta es sin duda la gran pega de un juego, por otra parte, muy ágil en su desarrollo y que desde el primer momento es capaz de meternos de lleno en su historia. El combate al principio no parece nada del otro mundo, pero solo hacen falta unas pocas horas para descubrir su verdadero potencial, asemejándolo más al hack and slash que a cualquier otro género. Además y pese a que no es nada destacable o puntero en lo visual, sí está bastante cuidado y en Nintendo Switch corre a las mil maravillas, tanto en portátil como evidentemente jugando en modo dock. Es uno de esos ports donde se ha puesto cuidado y esmero, y es que el título lo merecía, aunque la propia versión Re-Reckoning sea un tanto decepcionante como remasterización. Al menos contamos con todos los DLC, que suman unas 10 horas más de juego, y por primera vez podemos disfrutarlo en una consola de Nintendo. Ojalá sirva para que los planes de THQ Nordic de lanzar una nueva expansión se hagan realidad.

Resumen
Su sistema de combate sigue siendo de los mejores del género. Visualmente cuidado aunque sin demasiados alardes. Bonito, pero no innovador y con una trama muy interesante, no así sus misiones secundarias. Como remasterización es justita, justita.
7.5
Bueno
Escrito por
Señor Bichos para ti.

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